Hoy nos sumergimos en la faceta verde de Asturias de la mano de una de sus muchas rutas de senderismo envueltas en naturaleza: la ruta por el hayedo de Montegrande y cascada del Xiblu. Una estimulante caminata por uno de los mejores bosques de la región asturiana.
Tras pasar la localidad de Parmu (páramo en castellano), perteneciente al concejo asturiano de Teverga, nos encontramos en el aparcamiento de Braña La Puerca. En este punto es donde comienza esta cómoda y agradable ruta de ida y vuelta de 6.7 kilómetros (ida). Al discurrir por una pista ancha y tener un desnivel acumulado de poco más de 100 metros, apenas entraña dificultad.
Ruta por el hayedo de Montegrande y cascada del Xiblu
La ruta por el hayedo de Montegrande y cascada de Xiblu es una auténtica delicia para los sentidos que regala más de una sorpresa. Presentes durante todo el trayecto, los ancianos árboles cubiertos de líquenes nos demuestran, una vez más, la exuberante naturaleza asturiana así como la excelente calidad del aire que se respira en esta zona del norte de la península ibérica. Si la niebla se levanta a saludar, el recorrido, además de bello, es mágico.
Llevamos caminados unos 800 metros cuando nos topamos con una señalización que nos lleva hasta la fuente de los Leprosos. Según cuentan leyendas populares, las aguas que emanan de ella ayudaban a paliar esta dolorosa enfermedad.
Volvemos al camino principal y pocos pasos más adelante nos encontramos con la primera bocamina del conjunto que veremos en toda la ruta. Aunque hoy están selladas, son varias las galerías de carbón que se explotaron en la zona años atrás.
Acabamos de alcanzar el kilómetro 4.3 y empezamos a notar la pendiente ascendente. Este esfuerzo extra se ve recompensado por un nuevo compañero de ruta, el cauce del río Fundil (también conocido como La Verde), el cual nos acompañará a partir de ahora.
Tras cruzar un puente, el sendero se bifurca en dos direcciones. Si tomamos el camino de la derecha llegaremos hasta la braña de las Navariegas y a la localidad de La Foceicha. Nosotros nos decantamos por girar a la izquierda para zigzaguear entre hayas, pues queremos alcanzar nuestra meta transformada en cascada. Este tramo, como ya estarás imaginando, es especialmente atractivo en otoño por la fiesta de colores que visten sus hojas.
El premio final de la ruta por el Hayedo de Montegrande está muy cerca. Unos pocos metros más adelante hace su aparición estelar la cascada de Xiblu o, mejor dicho, cascadas pues, en realidad, el Xiblu es un trío de saltos de agua de extraordinaria belleza, con una altura acumulada de 100 metros, que vierten su agua monte abajo generando un fuerte estruendo y dibujando una escena que pide a gritos ser fotografiada.
El sendero que pega a la cascada puede estar algo resbaladizo por la humedad que impregna las piedras, por lo que hay que tener especial cuidado.
Tras disfrutar de un merecido descanso, emprendemos el camino de vuelta deshaciendo nuestros pasos o, si así lo preferimos, tomando la bifurcación de la derecha que antes hemos dejado atrás para terminar nuestra aventura en La Foceicha.
Elísabet García
Etiquetas
Si te ha gustado, compártelo
Hola