“Hace mucho calor”. Sin demasiada duda, se puede afirmar que es una frase habitual en los veranos de Madrid, sobre todo ahora que las temperaturas cada vez son más altas. Los remedios para combatir el bochorno son variados: desde los ventiladores (la venta de los de techo ha subido a la par que las cifras del termómetro), el aire acondicionado, los tradicionales abanicos, las bebidas frías y, por supuesto, los desplazamientos a zonas más frescas.
Afortunadamente y aunque no lo parezca a primera instancia, no hay que moverse demasiado lejos de la ciudad para respirar un poco mejor y sudar un poco menos.
Las playas de interior y las piscinas naturales son las estrellas del estío, sobre todo algunas como las presillas de Rascafría, la piscina de Riosequillo (un nombre paradójico para una zona de baños), las dehesas de Cercedilla o las áreas recreativas El Muro y La Virgen de la Nueva del pantano de San Juan. Pero también hay otras opciones que quizá sean menos conocidas o más novedosas. Hay que señalar que no todas están dentro del perímetro de la Comunidad de Madrid pero sí muy cerca.
Cascada del Hervidero
No es una playa ni una piscina pero tiene agua. Este salto ubicado en la zona norte de la Comunidad de Madrid, en concreto en San Agustín de Guadalix, es la recompensa final que se encuentra al final de la ruta que empieza en el área recreativa de la Laguna de los Patos. También conocida como Camino del Brincadero, la senda tiene una longitud de unos seis kilómetros (ida y vuelta) y transcurre al lado del río Guadalix.
Aunque no es un lugar al que ir a bañarse, la temperatura del lugar es más baja que la de la ciudad porque los árboles ‘refrescan’ el ambiente. Además, el mero hecho de tener cerca el río hace que el calor sea menos agobiante.
Playa de Bolarque
El embalse de Bolarque forma parte del conocido como mar de Castilla junto a los de Buendía, Entrepeñas, Almoguera, Estremera y Zorita. Aunque pertenece a Guadalajara, está entre las montañas de la sierra de Altomira donde confluyen los ríos Tajo y Guadiela, solo se tardan unas dos horas en llegar desde Madrid ciudad. Este espacio ofrece todos los servicios necesarios para poder bañarse sin peligro, practicar deportes acuáticos y diversas actividades al aire libre, como la excursión en kayak o barca a la cueva de las Tortugas.
El recinto tiene un cupo de 800 personas y es necesario pagar entrada, así que es aconsejable obtenerlas con antelación por internet o consultar cómo está el aforo antes de ir.
Hoya Encavera
Situada en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, el área recreativa de Hoya Encavera está bañada por las aguas del río Lozoya. Se llega en una hora aproximadamente desde la ciudad y en unos cinco minutos del pueblo homónimo al río. Es importante saber que no está permitido hacer barbacoas o prender cualquier tipo de fuego y no se puede acampar.
Los visitantes pueden bañarse en la zona habilitada para tal uso en la temporada que va desde el 15 de mayo al 15 de septiembre. Todas estas medidas están orientadas a proteger a los bañistas y a mantener el buen estado del espacio.
Presa del arroyo de Sardalinde
Los visitantes y los vecinos de la Garganta de los Montes, municipio perteneciente a la comarca de la Sierra Norte de la Comunidad de Madrid, pueden disfrutar durante el verano de las aguas de esta presa alimentada por este arroyo que desemboca en el río Lozoya.
Cerca de este lugar está la ermita de Nuestra Señora de los Prados, un lugar que también puede resultar de interés para quienes se acerquen hasta allí.
El Hayedo de Montejo
Hay lugares a los que es todo un privilegio acceder y este es uno de ellos. Sus 222 hectáreas alcanzan una altitud máxima de 1.600 metros y acogen a una gran diversidad de flora y fauna. Es tan importante que en 2017 la UNESCO lo declaró Patrimonio Natural de la Humanidad. Asimismo está catalogado como Sitio Natural de Interés Nacional. Su conservación es esencial, así que las visitas están restringidas y es necesario sacar una entrada previamente para poder entrar.
A la entrada hay un área recreativa con mesas, fuentes y contenedores para poder disfrutar de un picnic pero en ningún caso se puede acampar o hacer fuego. Los aficionados al senderismo pueden realizar diversos recorridos –la senda del río, la de la ladera y la del mirador–, pero siempre serán guiados. El microclima del lugar ha permitido el crecimiento de los increíbles árboles que dan sombra y también que sea un refugio climático para los vecinos de los alrededores.
Embalse de Picadas
Cerca de los municipios de Pelayos de la Presa y Aldea del Fresno, a menos de 100 kilómetros de la ciudad, está el embalse de Picadas, una alternativa al pantano de San Juan, más conocido y masificado. Su zona de baño está en el área recreativa llamada La Depuradora, donde hay sillas y mesas para poder comer o merendar y zonas de sombra, donde también pueden refrescarse quienes no sean muy de bañarse.
Además de los chapuzones, también se pueden realizar actividades acuáticas como el piragüismo o paddle surf, además de senderismo por algunas de las rutas que lo rodean.
Carmen López
Soy periodista y escribo sobre cosas que importan en sitios que interesan desde hace más de una década.
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