Culto en la montaña: 12 iglesias incrustadas en la roca

Los lugares de culto son atracciones turísticas en las ciudades y pueblos, más allá de la religión que profese (o no) cada uno. Son espacios con un interés cultural, arquitectónico, artístico y etnográfico, ya que nos cuentan mucho de la sociedad que les rodea.

Algunos de estos espacios sagrados para los feligreses tienen, además, un encanto natural especial. Hay muchos santuarios, ermitas, iglesias y otros tipos de templos en España que están excavados en la montaña y que nos remiten a una espiritualidad de lo más ancestral.

Algunas de estas iglesias incrustadas en la roca tienen fácil acceso por carretera. Para llegar a otros, tendremos que coger la mochila y hacer una ruta por bonitos parajes naturales. Toma nota de la ubicación y un poco de historia de cada uno de estos templos tan especiales de visita obligatoria.

Iglesia rupestre de los Santos Justo y Pastor

Es, seguramente, el complejo de culto incrustado en la montaña más popular de todos los que veremos. Está en Olleros de Pisuerga, localidad que pertenece a Aguilar de Campoo (Palencia). Se construyó a partir del siglo VII y es de carácter románico. Está dentro de una cueva y tiene un aire bucólico ideal para relajarse y reflexionar. No os perdáis las preciosas vistas desde la torre.

Santuario de la Mare de Déu de l’Abellera

A unos dos kilómetros del pueblo de Prades (Tarragona) se encuentra esta ermita con una disposición bastante peculiar y que se asienta en una cueva que servía de cobijo, con una sola nave de 13 x 6 metros. Forma parte de un riscal que alcanza los 1.020 metros de altura y con vistas espectaculares al valle del río Brugent. Se puede aparcar cerca o ir andando.

Montserrat y sus ermitas

El impresionante santuario de Montserrat, que pertenece al municipio de Monistrol de Montserrat (Barcelona), es en sí un templo excavado en parte en las montañas más emblemáticas de Cataluña. Además, los que se animen a explorar su entorno a pie, podrán descubrir un complejo de ermitas-refugios incrustados en la roca en las que no faltan pequeños altares, llamados “baumas” o “balmas”, como la ermita de Sant Jaume o la de Santa Anna.

Ermita de San Adrián

En el término municipal de Zegama (Guipúzcoa), siguiendo el Camino de Santiago por el interior, cruzaremos el túnel de San Adrián, uno de los puntos más bonitos del Parque Natural de Aizkorri-Aratz. Ahí dentro, en la roca, y pese a que la cavidad tiene apenas 70 metros de largo, hay una pequeña ermita. Hasta este punto llega una calzada medieval que evidencia la importancia de esta vía de comunicación en el pasado. Ideal para conocer en una ruta senderista por el entorno.

Ermita de San Bernabé de Ojo Guareña

Este pequeño pero sorprendente templo es la estampa más famosa del Monumento Natural del Ojo Guareña, que pertenece al municipio de Merindad de Sotoscueva (Burgos). De impresionante belleza y absorbida por un relieve kárstico, se cree que la cueva ya se empleaba desde el paleolítico.

Santa Cueva de Covadonga

Una popular ermita de Cangas de Onís (Asturias) que alberga la imagen de la Virgen, “La Santina”. A la Santa Cueva, que data del siglo VIII, se puede acceder desde la zona baja, llamada “del perdón” o “las promesas” y que tiene 105 escalones. También se puede llegar desde el túnel que se adentra en la montaña desde la parte alta del santuario. Un lugar de culto muy visitado en el corazón de Asturias.

Eremitorio rupestre de San Vicente

Uno de los templos más curiosos que podemos ver está en Cervera de Pisuerga (Palencia). Se trata de un primitivo templo religioso que se erigió en los primeros siglos del medievo, pese a su aspecto pseudoprehistórico. Está directamente hecho dentro de la roca y tiene un aire un tanto siniestro. Para verlo en persona.

Santuario de la Virgen de la Esperanza

Una antigua cueva tallada en la roca a 6 kilómetros de Calasparra (Murcia), en medio de la naturaleza. Data del siglo XVII y tiene una capilla con mucho encanto, donde prácticamente todo es de piedra. Puedes hacer una visita online en su web para ir abriendo boca.

Ermita de San Úrbez

Cuenta la leyenda que aquí murió un pastor y orador con una vida de película. Hoy este pequeño templo del municipio de Fanlo (Huesca) es destino de peregrinaje tanto de creyentes como de ateos por la belleza de su entorno. Es una construcción hecha sobre un abrigo de roca en pleno Pirineo aragonés. En sus paredes se pueden observar conjuntos pictóricos y su interior es minimalista, con una decena de bancos de madera y un pequeño altar.

Iglesia rupestre de Santa María de Valverde

Nos acercaremos hasta el pueblo de Valderredible, al sur de Cantabria, para descubrir una auténtica joya de la arquitectura hispanovisigoda. Se trata de un templo que se excavó en la montaña y que hoy luce perfectamente conservado. Al lado hay un Centro de Interpretación del Rupestre para conocer más a fondo esta arquitectura.

Iglesia rupestre de Bobastro

Viajamos al al-Ándalus con las ruinas de Bobastro, también conocidas como “Mesa de Villaverde”. En el municipio de Ardales (Málaga), encontraremos los restos excavados en la piedra de una iglesia de estilo mozárabe que albergó a Omar Ibn Hafsún y a su comitiva. Cuando el califa de Córdoba Abd al-Rahman III conquistó la zona, derruyó el templo. Años después fue reconvertida en iglesia cristiana. Hoy es bastante visitada por su cercanía al popular Caminito del Rey.

Eremitorio del Arroyo de las Torcas

Más conocido como “Cuevas de los Portugueses”, este ejemplo de eremitismo se encuentra en el municipio de Tartalés de Cilla (Burgos). Se trata de un conjunto protomonástico de 14 cuevas construidas sobre la piedra, probablemente entre los siglos VII y VIII. El nombre popular hace referencia a que fueron hogar de los portugueses que trabajaron en la construcción del embalse de Cereceda. Hoy está abandonado, aunque hay paneles informativos que recuerdan los usos que tuvo en el pasado.