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Huesca es un enclave mágico. Separada de Francia por los imponentes Pirineos, gracias a su ubicación, esta provincia de Aragón cuenta con todo tipo de atractivos naturales. Desde paisajes de alta montaña, lagos, parques naturales, desierto y hasta un rico patrimonio románico.
Esta variedad hace posible que sea un destino para todos los gustos y épocas del año. Mientras que durante el invierno es uno de los más demandados para practicar deportes de invierno, durante la primavera y el otoño sus parques lucen más bonitos que nunca. En la época estival la oferta también es amplia. Desde rutas de senderismo, a realizar deportes acuáticos en sus ríos o cañones. Por supuesto, su propuesta cultural también se puede disfrutar todo el año.
Aquí os dejamos una lista de 10 lugares imprescindibles de Huesca, aunque hay muchos más.
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
Si estás buscando qué visitar en Huesca y deseas disfrutar de la naturaleza no puedes dejar escapar la oportunidad de visitar el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el segundo parque nacional declarado en España en 1918. Ubicado en los Pirineos, gracias a sus montañas y valles imponentes de gran biodiversidad, el parque también es Reserva de la Biosfera y Patrimonio Mundial de la Humanidad de la Unesco.
Está formado por los valles de Ordesa, Escuaín, Pineta y Añisclo, y en total ocupa unas 15.608 hectáreas, por lo que lo mejor es dedicarle varios días. Visitar su basto territorio puede conllevar hasta una semana. Entre sus joyas destacan la de Cola de Caballo o el cañón de Añisclo, dos de las opciones más conocidas que pueden dejar boquiabiertos a aquellos que las visitan.
Monasterio de San Juan de la Peña
Cercano a al municipio de Jaca encontramos un enclave con gran valor histórico: el monasterio de San Juan de la Peña. Un imponente edificio del siglo X que tuvo que ser reconstruido un siglo después, cuando alcanzó todo su esplendor debido a que los primeros reyes aragoneses lo dotaron de bienes e influencia.
Los restos de la realeza aún se conservan en su interior, en el panteón de estilo neoclásico. Su claustro exterior de estilo románico es una de las joyas de la provincia y merece una visita. En su interior, en cambio, destaca la iglesia prerrománica, pinturas del siglo XII y la capilla gótica de San Victorián.
El monasterio de San Juan de la Peña está considerado Bien de Interés Cultural e históricamente estuvo relacionado con el Santo Grial.
Castillo de Loarre
Otra construcción histórica que visitar en Huesca es el castillo de Loarre. Situado en el municipio con su mismo nombre es uno de los más bonitos de toda España desde donde podemos observar toda la llanura de la Hoya de Huesca.
Construido en el siglo XI cuenta con un gran estado de conservación. Además, fue declarado Monumento Nacional en 1906 gracias a su historia y enclave único. La piedra caliza fue utilizada como cimientos, toda una novedad que le ha permitido ser reconocido en todo el país.
Ibón de Plan
Volviendo a la naturaleza debemos destacar el Ibón de Plan, también llamado Bosa de la Mora. Este rincón que visitar en Huesca es uno de los más espectaculares a la vez que accesibles de la zona.
En lo alto de la montaña, a unos 2.000 metros de altura, podemos encontrar un lago de origen glaciar. En la zona se alternan bosques de pino con las verdes praderas. El lugar perfectos para los amantes del senderismo.
Valle de Aguas Tuertas
El valle de Aguas Tuertas también hace las delicias de los amantes de la naturaleza. Está ubicado en la comarca de la Jacetania, en el corazón de los valles occidentales. Hay quien destaca su gran parecido a los países nórdicos gracias a los colores y formas de las montañas que el río Aragón Subordán otorga a la zona.
A su paso por las extensas praderas el río ha creado meandros otorgando al lugar una belleza difícil de superar. A ello hay que sumar que en el valle podemos encontrar un dolmen milenario que se erige como referente del lugar.
Aunque no es el único, esta es una de la zonas del Pirineo con mayor concentración de monumentos megalíticos.
Mallos de Riglos
A orillas del río Gállego están los Mallos de Riglos. Unas gigantescas y curiosas formaciones geológicas de color rojizo cuyas paredes verticales consiguen sorprender a todo el que las visita.
Fueron creadas hace unos 65 millones de años, cuando se formaron los Pirineos. Sus curiosas formas, en cambio, son obra de la erosión del agua que las ha ido aislando y dando forma. Sobre sus cimas es posible ver buitres, así como otro tipo de aves. Todo ello ha hecho que estén considerados Monumento Natural de los Mallos de Riglos, Aguero y Peña Rueba.
Los Mallos de Riglos también son un reto para los escaladores más experimentados. En ellos se han abierto unas 200 vías de escalada.
Finestres
Siguiendo con las formaciones naturales únicas encontramos uno de los puntos más impresionantes del país: la popularmente llamada «Muralla China de Huesca«. Su nombre, como no podía ser de otra manera, se debe a que recuerda a la milenaria construcción asiática conocida en todo el mundo gracias a su forma y extensión. Está ubicada en el ruinoso pueblo de Finestres, en el extremo del embalse de Canelles. No es una zona de fácil acceso, a no ser que se acceda a ella en 4×4, bicicleta o a pie.
Ansó
Situado en el valle homónimo, en el punto más occidental de la Jacetania, Ansó es uno de los rincones con más encanto de Huesca. Sus calles empedradas y su trazado medieval le han valido para ser considerado uno de los pueblos más bonitos de España.
Su casco urbano del siglo XIII está declarado Conjunto Histórico-Artístico, esto es gracias a que sus habitantes han sabido conservar los materiales tradicionales en la construcción y rehabilitación de las viviendas. No hay que dejar de visitar su torre medieval del siglo XVI, la iglesia de San Pedro o la ermita de la Virgen de Puyeta, patrona del valle.
Aínsa-Sobrarbe
Aínsa-Sobrarbe es uno de los pueblos medievales más bonitos que visitar en Huesca. Su casco urbano parece haberse quedado congelado en el tiempo. En sus construcciones podemos ver piedra, tejas y muchas flores.
En sus empedradas calles se pueden ver algunas casonas nobles hasta llegar a su plaza mayor, donde podemos disfrutar de la mejor gastronomía de la zona. No hay que perderse una visita a su castillo ni a la iglesia de Santa María. En 2018, Aínsa fue proclamada Capital del Turismo Rural por EscapadaRural.
Lanuza
Lanuza es posiblemente uno de los pueblos con más encanto de Huesca. Está en el valle del tena, rodeado de imponente montañas, y a orillas del embalse del río Gállego. En 1978 el pueblo fue deshabitado debido a la construcción de la presa, pues es de esas tantas localidades que quedaron anegados bajo las aguas.
Lo que vemos hoy es una reconstrucción que los vecinos hicieron en los años 90, cuando decidieron volver al pueblo. Cada verano aquí se celebra el Festival Internacional de las Culturas Pirineo Sur, por lo que son buenos motivos para añadir a nuestra lista.
Albert Martinez
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