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Cuántas veces habremos dicho eso de que conocemos destinos lejanos y exóticos más que nuestra tierra. Tendemos a pensar que, si no cogemos un avión a un lugar recóndito en la otra parte del planeta, no hemos viajado como toca este verano. Pero lo cierto es que tenemos paraísos naturales mucho más cerca de lo que pensamos.
La provincia de Burgos es un auténtico diamante en bruto que debes descubrir si te gusta el turismo rural, huir de las masificaciones y explorar rincones inolvidables.
Y Burgos tiene algo que se agradece mucho en los meses de verano con el avance del cambio climático: temperaturas moderadas y frescas, especialmente al anochecer. Esta provincia tiene un paisaje muy diverso, desde las montañas de la Cordillera Cantábrica al norte, hasta el relieve suave de la Ribera del Ebro y los Montes del Sistema Ibérico, los sobrecogedores cañones del Ebro y los valles y páramos de la meseta castellana.
Un espectáculo natural que se complementa con un rico patrimonio artístico. Por no hablar, por supuesto, de su excelente enogastronomía.
Vamos a visitar dos destinos que no pueden faltar en tu escapada de verano en Burgos: el Parque Natural de las Lagunas Glaciares de Neila y el Parque Natural Sabinares del Arlanza y La Yecla. Te explicamos por qué son paradas obligatorias.
Lagunas glaciares por alta montaña
Para adentrarnos en el Parque Natural de las Lagunas Glaciares de Neila tenemos que ir al sur de la Sierra de la Demanda, enclave conocido, entre otras cosas, por haber sido escenario de parte de la mítica película El bueno, el feo y el malo (¡hay hasta una ruta que sigue los pasos del film!). Los accesos a este pulmón verde de Burgos en la frontera con Soria están en las localidades de Neila y Quintanar de la Sierra.
En este punto hallaremos un sorprendente paisaje de alta montaña muy singular, con formaciones geológicas de origen glaciar. Así, es posible admirar lagunas a entre 1.700 y 1.900 metros de altitud, en medio de un circo de montañas cuyas cimas superan los 2.000 metros. Las dos más impresionantes son las lagunas Negra y Larga, y la laguna de La Cascada es de las más visitadas porque es la que está a menor altitud. Es un paraíso para senderistas y escaladores.
Hay varias rutas señalizadas, como la Ruta de las Lagunas, una circular que las recorre todas en 8 kilómetros; no es demasiado exigente, pero no hay que olvidar que es alta montaña. Otra, como la Ruta laguna Larga y Negra, es de 4 kilómetros (lineal) sin apenas desnivel y está recomendada para ir con niños pequeños. Otro paseo sencillo e ideal para familias es el mágico Sendero de los Abuelos, una circular de menos de dos kilómetros que pasa por pinares con ejemplares de más de 450 años de antigüedad, más 20 de metros de altura y diámetros de 1,5 metros.
Los que quieran algo más de caña y panorámicas inolvidables, no deben perderse la Ruta de las Calderas: es un recorrido lineal no marcado (imprescindible llevar track) que suma 20 kilómetros entre ida y vuelta; nos acerca a un paisaje salvaje y tiene algún tramo un poco técnico, en el que hay que hacer alguna trepada, aconsejable solo para personas con experiencia en la montaña.
Además, el Parque Natural de las Lagunas Glaciares de Neila y su entorno se ha convertido en un centro de peregrinaje de los amantes del ciclismo. No es para menos: con un último duro ascenso en la zona acaba todos los años la Vuelta a Burgos. Para los amantes de la BTT, ¡hay más de 200 kilómetros de rutas balizadas!
Complementa toda esta naturaleza exuberante con dosis de patrimonio como la ermita visigoda de Quintanilla de las Viñas o la iglesia de San Miguel de Neila, con un ábside románico. Y acompaña todas estas aventuras con contundentes platos locales, como el ajo carretero, una caldereta con carne de oveja machorra y verduras preparada a fuego lento.
Parque Natural Sabinares del Arlanza y La Yecla
El segundo destino que os recomendamos en Burgos para una escapada en verano está en el sur: el Parque Natural Sabinares del Arlanza y La Yecla. Atención, porque aquí se encuentra uno de los sabinares más grandes y mejor conservados del mundo, con ejemplares que superan los dos mil años de antigüedad.
Es un paraje con un relieve rocoso y grandes cortados calizos prácticamente inaccesibles, en los que, si tenemos un poco de suerte y miramos hacia arriba, podremos divisar aves rapaces. También habitan el lugar otros animales apasionantes como el lobo, la nutria, el gato montés o la gineta.
Una ruta imprescindible, espectacular y sencilla es la del Desfiladero de La Yecla: desde Santo Domingo de Silos son apenas 7 kilómetros (de ida, más otros tantos de vuelta) sin casi desnivel, por lo que es apropiado para todos los públicos. Pasa por un puente y un tramo de pasarelas que conduce por las Peñas de Cervera, con una estrecha garganta excavada en la roca caliza y moldeada por el agua. En algunos puntos llega a una anchura máxima de dos metros.
La visita a este conmovedor destino debe ir de la mano de un paseo por el cercano municipio de Santo Domingo de Silos, que está en el corazón del parque natural. Es un pequeño pueblo que alberga un impresionante monasterio que representa una de las obras más importantes del arte medieval en Europa. Y es que cuenta con el claustro románico más bonito del continente, con capitales y otras tallas en la piedra que os dejarán boquiabiertos. Tomaos vuestro tiempo para contemplar todos sus detalles y curiosidades.
¿Qué sería de un viaje sin degustar la gastronomía local? Esta zona de Burgos presume de tener uno de los mejores lechazos de raza churra asados en horno con leña de encina, sin olvidar las mollejas de cordero y la morcilla. ¡Así que ya sabes qué pedir en el restaurante!
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Raquel Andrés
Me gusta mucho esta página de escapada rural me la miró cada día y me da ideas para viajar está muy bien