12 espacios naturales para descubrir el centro de Portugal
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04.11.2022
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¿Sabías que en la Región Centro se concentra la mayor densidad del patrimonio natural clasificado en Portugal? Así de espectacular es uno de los destinos de naturaleza más sorprendentes del país vecino. O mejor, habría que decir que así son cualquiera de los doce territorios englobados bajo el sello iNature, en los que tanto lo natural como lo cultural se alinean para proporcionar un sinfín de planes con los que desconectar en una escapada rural perfecta: espeleología, observación de aves, gastronomía, aldeas que descubrir, las opciones son muchas.
La red de esta docena de territorios protegidos suma una biodiversidad extraordinaria que se puede conocer siguiendo una extensa red de senderos y rutas en BTT y alojamientos y restaurantes que permiten obtener las mejores experiencias en estos espacios de extraordinaria belleza natural y riqueza gastronómica y cultural.
Parque Natural de la Serra da Estrela
Para alcanzar el techo de la Portugal continental hay que dirigirse a la parte más occidental del Sistema Central. Allí, la cima de la Torre despunta en el horizonte, con una altura de 1.993 metros. En el país no hay nada más alto, salvo la Montaña del Pico, en las Azores. Es un paisaje contundente el que aguarda en el Parque Natural de la Serra da Estrela.
Parque Natural desde 1976, y Geoparque Mundial de la UNESCO desde 2020, tiene el honor de ser el primer parque natural de Portugal, además de ser la mayor área protegida portuguesa. Se trata de una distinción merecida como «refugio» de la fauna y la flora en la región de la Cordillera Central.
La carretera que sube hasta lo alto de la Serra da Estrela es en sí mismo un destino que permite ver gran parte del contraste paisajístico de este espacio natural, con el altiplano central; los picos y las crestas adyacentes; los altiplanos de menor altitud; las laderas; y los valles acompañados por líneas de agua.
En invierno, se convierte en uno de los destinos más populares de los portugueses para disfrutar de la nieve, y vivir y sentir la cultura y el calor de la gente de las Aldeias de Montanha – Pueblos de Montaña.
Paisaje Protegido de la Serra do Açor
El paisaje protegido de la Serra do Açor fue creado en 1982 para cuidar como merecían los elementos naturales, culturales, científicos y recreativos que se integran en la Cordillera Central junto con la Serra da Estrela y Serra da Lousã. Entre ellos, hay dos espacios de especial interés que destacan: Mata de la Margaraça y Fraga de la Pena.
El primero se trata de un bosque ocupado por castaños, robles y lauroceraso que muestra cómo era el paisaje del centro de Portugal de esquistos y granito hace siglos. Así que un viaje a este emplazamiento es como subirse en una máquina del tiempo topográfico.
El segundo espacio es un accidente geológico que resulta en una cadena espectacular de caídas de agua a lo largo de un curso permanente donde se conservan robles, acebos, castaños y adernos.
Reserva Natural de Serra da Malcata
Una de las características más visibles del lince ibérico es su mechón de pelo negro, justo en el borde de sus orejas triangulares. Pero es muy difícil de ver. Al menos en estado natural, puesto que es uno de los mamíferos más amenazados en la actualidad. Por ello mismo, se creó en 1981 la Reserva Natural de Serra da Malcata para preservar a este bello felino de su extinción.
En la confluencia de Beira Baixa y Beira Alta posee un interesante patrimonio botánico y faunístico, con un paisaje que se caracteriza por bosques de robles negros al norte y encinas y madroños más al sur. Sin duda será difícil ver a un lince en vivo y en directo, pero no hay de qué preocuparse, este espacio natural protegido es el hábitat de otras muchas especies.
Sobre todo, una gran variedad de reptiles como el galápago leproso (Mauremys leprosa), el lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi) y, en particular, diferentes especies de serpientes. En los cielos reinan el buitre leonado (Gyps fulvus) y el buitre negro (Aegypius monachus).
Paisaje Protegido Regional de la Serra da Gardunha
En otoño la Ruta Pedra d’Hera es uno de los paseos más populares de la Serra da Gardunha. Sus bosques entonces se llenan de colores otoñales y su mirador se convierte en un balcón excepcional de la zona. Sin embargo, no es la única opción para contemplar el entorno.
Los más atrevidos pueden optar por uno de los planes estrellas del lugar: lanzarse a los cielos en ala delta o globo aerostático. El Paisaje Protegido Regional de la Serra da Gardunha, que fue creado el 16 de mayo de 2014, es un universo natural plagado de senderos perfectamente acondicionados que hacen también las delicias durante todo el año tanto de los amantes del BTT (250km) como de senderistas (más de 130 km señalizados).
Esta ramificación de la poderosa Serra da Estrela se extiende en dirección noreste-suroeste con una extensión de 20 kilómetros y una altitud máxima de 1227 metros, y forma una barrera natural entre la campiña de Castelo Branco y Cova da Beira. Castelo Velho, con sus afloramientos de granito de alto valor geológico mundial, es una de las coordenadas que mejor definen este paisaje protegido del centro de Portugal.
Geoparque Naturtejo
El Geoparque Naturtejo de la Meseta Meridional se encuentra donde el río Tajo deja España y se adentra en tierras portuguesas. Es el primer geoparque protegido por la UNESCO en Portugal, por lo que desde 2006 integra la Red Europea y Global de Geoparques.
Su territorio suma unos aproximadamente 5.000 km2 y cuenta con casi una veintena de espacios geológicos de interés, entre los que cabe destacar las Minas de Segura, los Troncos Fósiles de Vila Velha de Ródão, las Puertas de Ródão que rodean el Río Tajo y los icnofósiles de Penha Garcia.
Un entorno de gran belleza paisajística que supone el testimonio geológico de 600 millones de años. La rica biodiversidad que confluye en el geoparque permite dedicarse también a observar a cigüeñas negras, águilas imperiales y buitres como dibujan trazos en el cielo con sus sobrevuelos.
Parque Natural Vouga-Caramulo (Vouzela)
Vouzela es un encantador municipio situado a 25 km de Viseu que se extiende a lo largo de la vertiente norte de Serra do Caramulo y cuyos principales valores naturales llevaron a que se creara el reciente Parque Natural Local Vouga-Caramulo. Toda la zona presenta una impresionante riqueza natural de bosques de robles y en el arroyo de Cambarinho, se encuentra la mayor población portuguesa de adelfas, un arbusto endémico de bellas flores violetas.
La poderosa combinación entre vegetación y relieve convierte el primer parque de gestión local de todo Portugal en un espacio natural perfecto para la práctica de toda variedad de deportes, incluido el stand-up paddle en la laguna del Dolmen de Lapa de Meruge. Como el municipio también destaca en placeres gastronómicos, tras el ejercicio será muy fácil (y gustoso) cargarse de energía con cualquier plato preparado a base de la Ternera de Lafões.
Sitio Sicó/Alvaiázere
Este sitio es uno de los paraísos de la espeleología de Portugal. Aunque apenas han comenzado a ser divulgadas al público, las cuevas de Algarinho y Talismã, o la Gruta Soprador do Carvalho (junto al Centro de Interpretação do Sistema Espeleológico do Dueça), son auténticas entradas al Centro de la Tierra tal como imaginó en su día Julio Verne.
Pero no solo bajo tierra, el Sítio de Sicó/Alvaiázere tiene una superficie de 31.678 hectáreas, por lo que su superficie brinda muchísimos lugares de belleza natural por los que caminar. Aquí se encuentra una de las mayores áreas de especies de roble de Portugal en buen estado de conservación, así como una mancha boscosa considerable de encinas.
Destaca así mismo la abundancia de orquídeas y en las orillas del río Nabão es posible encontrar profundas galerías y bosques ribereños de álamos, sauces y alisos que conforman entornos de lo más bucólicos.
Parque Natural de las Sierras d’Aire y Candeeiros
En la superficie no existen ni ríos ni riberas y el paisaje es agreste y seco, poco amistoso para quienes no sepan ver más que un conjunto rocoso de fallas escarpadas. Pero lo que hay visible es una pista indiscutible del alto valor e interés geológico de la zona.
Y es que la mayor riqueza del Parque Natural de las Sierras de Aire y Candeeiros está escondida en su interior. Este macizo calcáreo es un paraíso para los amantes de la espeleología y para los ‘cazadores’ de dinosaurios. Y es que las huellas del pasado quedaron plasmadas en las superficies calcáreas de este parque natural.
El Monumento Natural de las Huellas de Dinosaurios de la Sierra de Aire fue creado en 1996 para proteger el mayor y más importante hallazgo mundial de huellas de dinosaurios saurópodos del Jurásico medio (con 175 millones de años).
Bosque de Bussaco
Al norte de Coimbra y a 200 kilómetros de Ciudad Rodrigo, en el bosque de Bussaco se encuentra una de las mejores colecciones de plantas leñosas de Europa, con notables ejemplares. También robles, laureles y aladiernas, que suponen un refugio para varias especies de fauna.
Pero además, se trata de un paisaje cultural e histórico de importantísimo valor: una placa junto a un olivo recuerda que el duque de Wellington estuvo aquí del 21 al 27 de septiembre de 1810, fechas en la que las tropas luso-británicas se enfrentaron de nuevo a la invasión napoleónica. Más de dos siglos después, el paisaje natural protegido de árboles centenarios es testigo de una invasión mucho más benigna y controlada, el turismo.
Los Carmelitas Descalzos ocuparon este territorio, que lo humanizaron y lo marcaron culturalmente con sucesivas reforestaciones. A partir del siglo XIX, los jardines de los carmelitas se convirtieron en el hogar de especies tan impresionantes como gigantescos ejemplares de abetos del Himalaya, acacias australianas o alcanforeros japoneses, árboles traídos de los tres continentes en los que los portugueses tuvieron colonias.
Zona de Protección Especial del Valle de Côa y Reserva de Faia Brava
La Zona de Protección Especial del Valle del Côa fue clasificada en 1999 e incluye la cuenca terminal del río Côa y la Reserva Privada de Faia Brava, actualmente zona piloto del proyecto europeo Rewilding Europe para la creación de áreas naturales silvestres.
Con cerca de 20.607 hectáreas de territorio en los bellísimos municipios de Castelo Rodrigo y de Pinhel, se trata de una zona de relieve montañoso, cuyas laderas empinadas se extienden a lo largo de este cauce y del río Massueime. En esta zona, las abruptas orillas del río están constituidas por afloramientos de granito y acantilados, un paraíso para las aves rapaces como alimoche común, el águila real, el buitre leonado y el águila perdicera.
Serra da Lousã
En el centro del país, hay un grupo de veintisiete aldeas que el turismo ha rejuvenecido, pero que, sin embargo, siguen guardando fielmente la esencia más tradicional del paisaje. Una docena de ellas ubicadas en la Serra da Lousã, las Aldeias do Xisto – Pueblos de Pizarra – estaban originalmente habitadas por pastores serranos.
Cada aldea tiene su propia esencia, pero en la mayoría domina el aspecto gris de la pizarra usada en los tejados y de las piedras con que están construidas las casas. Aún hoy en día no es fácil llegar a muchas de ellas, pero vale la pena probarlo pues este entorno natural protegido es uno de los mayores tesoros de Portugal.
Esta inmensa área forestal, destaca por su vegetación ribereña, como el aliso común que acompaña los cursos de agua, donde también se encuentran el lauroceraso y el acebo.
Paisaje Protegido de la Serra de Montejunto
La Serra de Montejunto se caracteriza por una intensa actividad agrícola que incluye zonas de viñedos, albergando también una considerable diversidad silvestre, con más de 400 especies de plantas identificadas. El resultado es que, siguiendo la alineación montañosa del macizo calizo de Extremadura, la Serra de Montejunto ofrece un curioso contraste paisajístico y climático que es el hogar de alrededor de 75 especies de aves, de las cuales 10 están en peligro de extinción, como el águila perdicera (Aquila fasciata), el búho real (Bubo bubo) y el vencejo real (Tachymarptis melba).
Clasificado como Paisaje Protegido en 1999, y una parte significativa de su territorio integrada en la Red Natura 2000, Montejunto está habitado desde tiempos ancestrales, tal como atestiguan los restos de la Capela de Nossa Senhora das Neves, convento construido en el siglo XIII y reconstruido en la segunda mitad del siglo XVII, o la huella industrial pasada de la Real Fábrica de Hielo que abastecía a Lisboa, clasificada como Monumento Nacional en 1997.
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José Alejandro Adamuz
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