6 parajes naturales para disfrutar de las Islas Baleares

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14.06.2019

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Cabrera
Cabrera. Por Nikiforov Alexander

El espíritu de algunos lugares puede deducirse por el tipo de visitantes a los que acoge, pero en el caso de las Islas Baleares resultaría muy complicado porque es universal. Cada día llegan a sus tierras amantes de la vida nocturna, playeros empedernidos, asiduos a las piscinas con tumbonas, bohemios con Instagram y entusiastas de la naturaleza que lo único que tienen en común es el destino. Un archipiélago pequeño pero que tiene para todos.

Aunque las aguas cristalinas y la arena fina sean un argumento de peso para que los fanáticos de las playas, los partidarios del campo también tienen buenas bazas con las que jugar. Las Islas Baleares –en especial la de Mallorca– tienen algunos de los parques naturales mejor valorados del país, tanto por su belleza como por su diversidad de flora y fauna. Enclaves por los que merece la pena subirse al barco o al avión para llegar a ellos.

1. Paraje Natural de la Sierra Tramuntana

Sierra de Tramuntana
Por Circumnavigation

Situado al norte de la isla de Mallorca, fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en el año 2007. Su superficie ocupa un total de 63.084,00 hectáreas, de las cuales unas 1.000 son marinas. Tiene gran variedad de paisajes: los carrizos, los pinares y los encinares son los árboles más abundantes en sus zonas forestales, mientras que los olivares pueblan sus entornos agrícolas.

En pos de su conservación, la Conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca ha establecido una lista de usos y actividades permitidos y prohibidos en el entorno. Por ejemplo, puede practicarse la pesca recreativa desde embarcación y no está consentida la captura o recolección del nácar Pinna nobilis. El espacio está para disfrutarlo y para respetarlo.

2. Parque Natural de s’Albufera des Grau

Albufera es grau
Por Nicolas Mertens

Obtuvo el título de parque natural en 1995 y actualmente es el núcleo de la reserva de biosfera de Menorca. Para su conservación hubo que hacer frente a los planes urbanísticos trazados en los años 70, en plena época de aperturismo hacia el turismo extranjero en la dictadura.

La Albufera es una laguna de 70 hectáreas de superficie en la que viven plantas acuáticas como la Ruppia cirrhosa o el Potamogeton pectinatus. Entre las especies animales que moran la zona están aves como la focha común o el águila pescadora y la lagartija balear. Es el único sitio del mundo en el que campa a sus anchas y se pueden avistar a esta última, que no escogió mal alojamiento.

3. Parque Natural de Ses Salines de Ibiza y Formentera

Parque Natural de Ses Salines
Por Jorge Sierra

Se divide entre el sur de la primera y el norte de la segunda (la isla de moda de los ‘neo-hippies’ en los últimos tiempos) y tiene una extensión de 15.396,90 hectáreas, la mayoría de ellas marinas. Es un enclave estupendo para la observación de observación de flora y fauna –entre la que destacan los flamencos–, tanto visitante como endémica de Baleares.

Los amantes de las rutas tienen varios itinerarios para escoger: el camino de sa Guia – Es Trucadors, el camino de s’Estany des Peix, el camino des Brolls y el de Can Marroig – Torre de la Gaviota. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1999.

4. Monumento natural del Torrent de Pareis

Torrent Pareis
Por Sergey Kilin

Una de las maravillas del ecosistema de Mallorca. Su terreno abrupto incluye un un cañón cárstico con paredes de hasta 200 metros de altura. Tiene una superficie de 445,81 hectáreas terrestres y está integrado por los torrentes de Pareis, del Gorg Blau y de Llucs, en la Sierra de Tramuntana.

Cada primer domingo de julio, desde que en 1964 lo organizase el pintor catalán Josep Coll Bardolet, se celebra el concierto gratuito al aire libre en Torrent de Pareis. Dedicado a los géneros clásicos, la acústica del lugar hace que la impresión de la música en directo se potencie. Es sin duda una de las actividades que merece la pena apuntar en la agenda: no hay muchas oportunidades de disfrutar de un espectáculo así, dejando de lado las preferencias musicales de cada cual.

5. Reservas Naturales de Vedrà, Es Vedranell y los islotes de Poniente

Es Vedra
Por Studio Barcelona

Situadas en el oeste de la isla de Ibiza, en el municipio de Sant Josep de sa Talaia, se agrupan en dos grupos. Uno es el conformado por es Vedrà y es Vedranell, y otro por los islotes de Poniente. No se puede desembarcar en estos últimos, pero la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno Balear organiza diversas actividades para que quien quiera pueda conocerlos. Paseos a la luz de la luna, talleres infantiles o excursiones por el mar son algunas de ellas.

Dentro de sus lindes está la montaña Es Vedra, una de las habituales en las fotos identificativas de Ibiza. Y entre sus habitantes animales hay una gran cantidad de aves marinas, lagartos e incluso se pueden ver delfines desde sus costas cuando les apetece acercarse.

6. Parque Nacional del Archipiélago de Cabrera

Cabrera
Por AH Images

Con una superficie de 90.794 hectáreas, está constituido por 19 islas e islotes (las principales son Cabrera y Cabrera Gran) y situado al sur de Mallorca. Recibe alrededor de 120.000 visitantes al año, el decimocuarto más visitado de España.

Se llega mediante barcas turísticas, aunque también se puede acceder con barco propio, previa autorización de la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca. La isla de Cabrera ha sido un territorio goloso a lo largo de la historia. Un ejemplo de ello es el castillo construido en el siglo XIV para evitar que los piratas la tomasen como base.

Otro es el de la familia Feliu, que fue su propietaria en el siglo XIX. Intentaron cultivar viñas en su terreno (hay una bodega), pero a principios del siglo XX se la expropiaron y pasó a manos del Ejército, que la controló hasta que en 1991 fue declarada Parque Nacional Marítimo Terrestre junto al resto de islas e islotes.

La flora y fauna del archipiélago vive en su mayoría debajo del mar. En el pasado también fue el hogar de foca monje del Mediterráneo, que actualmente se encuentra en vías de extinción, principalmente porque el boom del turismo la fue expulsando de su hábitat natural. Por cosas como estas, seguir las indicaciones de las autoridades para la conservación del entorno y ejercer un turismo responsable tiene que ser obligatorio. Que las ganas de una buena foto que publicar en las redes sociales no ponga en peligro el entorno del que se quiere presumir.

Carmen López

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