La casa rural donde se rodó La casa de papel
Escrito por
23.12.2021
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4min. de lectura
Está a solo 50 kilómetros de Madrid y tiene capacidad para 16 personas
¿En qué lugar paradisíaco del mundo te esconderías si fueras uno de los ladrones más buscados de España? En La casa de papel, en el final de la 4º temporada, Tokio y Río se decantaron por la isla Pelícano, en Panamá; Denver y Estocolmo se establecieron en Java, Indonesia, con Cincinnati; Nairobi y Helsinki huyeron a La Pampa, Argentina; mientras que El profesor y la inspectora se escondieron en El Nido, Palawan. Una de las más de 7.000 islas filipinas.
Los que hayan estado en El Nido seguro que les habrán resultado familiares los farallones que emergen del mar cuando Raquel se asoma a la costa. Aunque, quizá, también se hayan preguntado dónde está tal mirador. Pues bien, no, no es el Nido. Una vez más nos la han vuelto a colar.
Las “calles” por las que la inspectora camina buscando al profesor, así como el mirador y los budas, están en Toledo. Sí, para viajar a la Filipinas de La casa de papel no hace falta salir del país.
El lugar escogido para rodar este final de la 4º temporada fue la Casa Jardín Oriental, a solo 50 kilómetros de Madrid. Una imponente vivienda de estilo oriental rodeada de amplios jardines donde, efectivamente, está el mirador que aparece en la serie, además de numerosas figuras de Buda, camas turcas, banderas tibetanas, piscina, barbacoa, etc.
Un oasis inspirado en el Rajastán
En realidad, la casa parece sacada del cuento de las Mil y una noches, por lo que más que a Filipinas, sus diferentes estancias nos transportan a los serrallos orientales o a lugares como la Alhambra, Jaisalmer o Jodhpur, en India. Hay habitaciones azules, rosas y verdes, igual que muchas ciudades del Rajastán.
En total, son 230 metros cuadrados de vivienda repartidos en tres plantas independientes con varios salones y habitaciones. En la parte inferior se encuentra el gran salón dorado, el más elaborado y palaciego, ideal para hacer reuniones u organizar eventos.
Aunque, sin duda, el lugar más impresionante de la casa, motivo por el que posiblemente La casa de papel la eligió como decorado, son sus amplios jardines floridos donde podemos encontrar árboles centenarios. Dispone de una piscina entre la vegetación, así como también estanques superpuestos con peces y anfibios. El agua y el croar de las ranas serán las únicas que rompan el silencio.
Entre los jardines también hay una barbacoa y cenadores también de estilo oriental, para disfrutar de sus exteriores a la hora del almuerzo y de la cena, si el tiempo acompaña.
Como curiosidad, entre los jardines también hay un laberinto de caminos que, debido a su belleza, fueron utilizados en la serie como las calles de El Nido, aunque las originales no tienen tanta vegetación ni están tan cuidadas.
Al atardecer, en lo alto de la colina se puede contemplar la puesta de sol ofreciendo una imagen de lo más bucólica. También desde la terraza de su piso superior, con vistas al valle Alberche, la sierra de Gredos y Guadarrama. Vale, no es el mar turquesa del Pacífico… pero no está nada mal.
Desde Aldea del Fresno parten numerosas rutas de senderismo que llegan hasta la presa de Picadas y el embalse de San Juan, entre otros. El río Alberche cuenta, además, con una vía verde que se puede recorrer a pie, en bici o navegando. En las inmediaciones hay opción de alquilar un kayak. Además, si es verano, está bien saber que el Alberche también tiene playa. Está situada en Aldea del Fresno, en medio de un bosque.
Laura Fernández
Periodista, blogger y viajera. No necesariamente en ese orden. En ocasiones me despierto sin saber dónde estoy. Adicta a los cómics y a los noodles con salsa de cacahuete. Redactora en @escapadarural, colaboradora en la Conde Nast Traveler y en la Divinity. Mi casa: Meridiano180.
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