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Hace algún tiempo que desde EscapadaRural queríamos profundizar sobre la figura de la mujer en el medio rural, un mundo todavía desconocido y muy diverso. Ellas son representativas y pilares básicos de un lugar que no quieren abandonar, necesarias para perpetuarlo y tan diferentes entre sí como el medio al que pertenecen. Y aunque sobran ideas, les faltan oportunidades y apoyos. Os presentamos a la mujer del mundo rural.
1. ¿Quién es la mujer rural?
Teresa López, presidenta de FADEMUR, la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales, nos advierte que debe puntualizar a la hora de definir a la mujer rural, un primer síntoma del desconocimiento y el escaso reconocimiento social que padecen: «Durante años se ha establecido un estereotipo de mujer sumisa, con poca iniciativa, que no corresponde a la realidad del mundo rural. Cuando nos preguntan cuál es el perfil de la mujer rural insistimos en que somos 7 millones de mujeres las que vivimos y trabajamos en el medio rural, entre las que hay de todo: mujeres más o menos formadas, más o menos resignadas, absolutamente emprendedoras o sin iniciativa, mayores, jóvenes… No corresponden a un arquetipo, se definen entre toda la diversidad que puede darse entre 7 millones de mujeres».
Los detalles son borrosos incluso entre las propias asociaciones. Para Lola Merino de AMFAR, Asociación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural, la «mujer rural es un colectivo de casi 5 millones de mujeres con una media de edad de 50 años, casada y con hijos, la mayoría de ellas declaradas amas de casa. El trabajo exterior es considerado como ‘extensión de las tareas domésticas'». Desde AMFAR se refieren a ellas como pertenecientes al sector agrario y estiman que más de 750.000 mujeres se dedican a sacar adelante las explotaciones agrarias «en calidad de ayuda familiar», es decir, sin reconocimiento oficial como titulares de la explotación.
El baile de cifras se corresponde con la definición que se toma como base de la mujer rural. En opinión de Teresa López, la mujer rural es quien «vive en el medio rural, pero no necesariamente se dedica al sector primario, el cual se define en la Ley para el Desarrollo Sostenible en el Medio Rural: municipios de menos de 10 millones de habitantes dependiendo de la densidad de población». Así coincide también Belén Verdugo, desde CERES, la Confederación de Mujeres del Mundo Rural.
Inocencia Rey, propietaria del alojamiento rural El Jiniebro (Extremadura), apunta que la única diferencia entre la mujer rural y la de ciudad está en las posibilidades: «la mujer rural no es diferente de la mujer urbana. Tiene sus sus mismos problemas y sus mismos sueños, aunque más dificultades para cumplirlos».
Sin embargo, la representante de Iratialdea, la Asociación de Casas Rurales del Pirineo, focaliza su opinión sobre el turismo rural en particular: «No hay un perfil concreto, aunque hay dos tipos de gestoras de turismo rural: una que tiene más asumido su papel de empresaria, que apuesta por su negocio y su independencia; y otra que todavía no reconoce su propia labor y la entiende como un complemento de la economía familiar. Hay muchos años de educación por evitar».
La importancia de la mujer en el medio rural
Para los de ciudad, aquello del éxodo rural quedaba en los libros de Historia Contemporánea, como una etapa en la los habitantes de los pueblos españoles emigraban a las grandes urbes en busca de las oportunidades que la industria creciente ofrecía. Pero no debimos cerrar el libro, porque este movimiento continúa presente, y es aún mayor entre las mujeres del medio rural. Pero hay motivos para pensar que el proceso se puede ralentizar e incluso invertir completamente.
Belén Verdugo, desde CERES, nos indica que la evolución de la mujer rural en las últimas décadas «ha sido negativa. La industrialización y mecanización de la agricultura ha provocado un éxodo rural y las mujeres han sido las primeras en hacerlo junto a los jóvenes». La población envejece y los pueblos acaban por desaparecer. Teresa López indica que «esto no es una hipótesis sino la constatación de lo que ha pasado durante muchos años. Durante demasiado tiempo no se ha atendido a las necesidades de las mujeres en el medio rural y por tanto no les ha quedado más alternativa que marcharse». Se refieren al escaso reconocimiento social y jurídico, a la falta de oportunidades y de infraestructuras, a la consabida igualdad que no acaba de conquistarse.
Núcleos de población por número de habitantes | Ambos sexos 2011 | Mujeres 2011 | Porcentaje | Variación respecto a 2010 |
---|---|---|---|---|
Menos de 100 | 63.540 | 28.011 | 44,08% | -0,09% |
De 101 a 500 | 676.994 | 317.607 | 46,91% | -0,08% |
De 501 a 1.000 | 753.696 | 362.877 | 48.15% | -0,04% |
De 1.001 a 2.001 | 1.327.618 | 647.817 | 48,80% | -0,02% |
De 2.001 a 5.000 | 3.166.344 | 1.562.524 | 49,35% | 0,02% |
De 5.001 a 10.000 | 3.914.878 | 1.944.964 | 49,68% | 0,04% |
Total de población | 47.190.493 | 23.907.306 | 50,66% | 0,04% |
A las integrantes de FADEMUR les preocupa especialmente «la fuga de cerebros» que se da a nivel local. «Jóvenes formadas que aunque quieren quedarse en sus pueblos no encuentran oportunidades de futuro». Lola Merino lo ve de la misma forma. Desde AMFAR subrayan «sin miedo a equivocarnos, que las mujeres son vitales para el mantenimiento de la vida en los pueblos y de las explotaciones agrarias. La mujer rural es el pilar sobre el que se sustenta una familia y por extensión un municipio. Es imprescindible atender a sus necesidades para frenar el envejecimiento, la emigración y fijar la población».
En cuanto a fijar la población, para Inocencia, del Jiniebro, el turismo rural ha tenido un papel importante «y por supuesto algo ha tenido que ver en la evolución positiva de la mujer en los últimos años. La educación también ha cambiado sin duda a la mujer rural, me atrevo a decir que al hombre. El turismo rural ha sido una gran oportunidad para demostrar que la mujer sabe hacerlo y además lo hace bien».
Así pues nos encontramos con una figura imprescindible y desatendida. El medio rural adolece de falta de oportunidades, pero ¿a qué nos referimos concretamente cuando hablamos de oportunidad? Recogemos los problemas a los que se enfrentan las mujeres del medio rural y que les obligan a marcharse.
2. Los problemas a los que se enfrenta la mujer rural
«Nos estamos enterando de de que se cierran comedores escolares o de que se eliminan rutas de transporte escolar o de que se reduce el horario de los centros sanitarios. La crisis ha complicado todavía más la vida de las mujeres«. Teresa López contempla la realidad de la crisis de la vida en el medio rural desde la preocupación, como no puede ser de otro modo. La crisis ha impactado sobre el mundo rural de manera desigual entre mujeres y hombres: «son las mujeres las que acaban ocupándose de todos esos servicios que se dejan de prestar. Son ellas quienes llevan al cole a los niños cuando eliminan las rutas de transporte escolar, las que los recogen cuando no hay servicios de comedor…». Añaden desde FADEMUR.
Pero ya antes de comenzar el periodo de crisis la inversión en servicios y equipamientos era insuficiente. Desde CERES indican que «se necesitan infraestructuras para que las personas se puedan desarrollar en todos los ámbitos de la vida (guarderías, centros de día, ambulatorios, polideportivos) y también para las actividades lúdicas y culturales que den cobertura a las necesidades básicas». La falta de oportunidades no sólo hace referencia al ámbito laboral. En tal escenario la amenaza de despoblación siempre está presente. Inocencia recuerda que «el abandono es un problema difícil de atajar porque requiere un gran sacrificio por parte de todos; dotar de mejores servicios a la población requiere visión de futuro y inversión».
Tampoco favorece la situación la estructura patriarcal que suele imperar en las sociedades del mundo rural, aunque no siempre. Teresa López suaviza la opinión general al respecto: «podemos decir que la ruptura con una sociedad masculinizada va un poco más lenta en el mundo rural. No creemos que haya una diferencia abismal entre el mundo rural y el urbano. Lo que ocurre es que por vivir en sociedades más pequeñas los casos los conoces más; es más fácil obtener esa radiografía».
En cambio, las asociaciones de AMFAR y CERES ven en este punto un problema fundamental. Desde AMFAR insisten en que «las soluciones pasan por un cambio de mentalidad. El mundo rural vive todavía inmerso en una sociedad mucho más tradicional, en la que la mujer sigue ocupando un segundo plano». Por su parte, Belén Verdugo de CERES apunta que «el papel de cuidadoras y el escaso reconocimiento social y laboral están aún arraigados en el medio rural. Esto provoca que las mujeres tengan dependencia económica de sus parejas e incluso afecta a las posibilidades de innovar en la creación de puestos de trabajo y la hora de proponer actividades sociales y culturales diferentes a las tradicionales». Todavía apunta un matiz más: «las mujeres viven roles muy concretos en el medio rural y las primeras en no identificar su situación como discriminatoria son ellas mismas. El sistema continúa funcionando como hace siglos».
Vivir dos vidas en una como si fuera media
El rol que asumen las mujeres y el cambio de mentalidad obliga a las mujeres a conciliar la vida laboral y familiar con mayor dificultad, un problema que se agudiza en el entorno rural.
«En FADEMUR tratamos de concienciar a la población de que conciliar no es sólo cosa de las mujeres, sino que también afecta a los hombres. Queremos cambiar la palabra ‘conciliar’ por ‘corresponsabilidad‘, nos parece más ajustado a cómo deber ser una sociedad equilibrada». Lola Merino indica que la crisis ha intensificado todavía más esta situación: «mujeres que hasta ese momento se encargaban de las tareas domésticas y del cuidado de todos los miembros de la familia (hijos, nietos, mayores, enfermos o personas dependientes) ahora buscan salir adelante complementando su jornada con otro trabajo remunerado».
A la escasez de tiempo y al aumento de responsabilidades se le suma el grave desconocimiento que se tienen de la mujer rural en líneas generales. «Se desconoce la escasa participación que tenemos en los órganos de decisión o los problemas de acceso a las nuevas tecnologías de la comunicación. No se valora en su justa medida nuestro trabajo ni dentro ni fuera del hogar y tampoco se hace lo suficiente para que podamos conciliar nuestra vida laboral y familiar», añade Lola Merino.
Desde AMFAR subrayan que hay ayudas oficiales, pero que no son suficientes. «Hace escasamente un mes ha entrado en vigor la Ley de Titularidad Compartida de Explotaciones Agrarias, un nuevo escenario legal que constituye un hito histórico. Dará lugar a la existencia de una figura jurídica que hasta ahora no existía y que permitirá reconocer el trabajo invisible de las mujeres en el sector agrario».
Respecto a los problemas laborales de la mujer en el mundo rural, Teresa López lo resume a la perfección: son «básicamente todos los derivados de ser mujer y además de vivir en un medio pequeño. Las oportunidades laborales son más escasas: trabajar por cuenta ajena, por ejemplo, es muy complicado. En la mayoría de los casos hay que recurrir al autoempleo, a poner en marcha las iniciativas empresariales propias, ya sea en la agricultura y ganadería u otro tipo como la artesanía o el sector servicios».
Como veremos en el apartado siguiente, el turismo rural es uno de esos nuevos nichos en los que las mujeres han encontrado una nueva vía de diversificar sus economías. Inocencia defiende que no «existe ningún problema para la mujer en el turismo rural, aunque es deseable una mayor formación en la esfera del turismo porque no es sólo recibir turistas. Hay que tener un mínimo de conocimiento si se quiere crecer». A este respecto, desde CERES no creen que haya problema alguno entre la mujer y el turismo rural como negocio. Las mujeres son más emprendedoras e innovadoras en este aspecto».
3. La mujer emprendedora en el medio rural
Las asociaciones son la entidad que define los problemas de la mujer en el mundo rural, colabora en sus soluciones, que informa y que forma, que las reúne para extraer ideas, que anima a la participación y que las apoya. Teresa López de FADEMUR, Belén Verdugo de CERES o Lola Merino de AMFAR coinciden grosso modo a la hora de definir a qué problemas se enfrentan las mujeres rurales. Cada una de las asociaciones, eso sí, ha encontrado sus propias soluciones o trabaja de maneras diferentes para conquistarlas.
La lucha sigue la dirección de la igualdad y el progreso. Desde FADEMUR consideran fundamental el papel que juegan como asociación. «Animamos a la participación; de esa participación salen ideas que tratamos de canalizar con financiación, tratamos de ayudar de todas las maneras que podemos. Y me parece que jugamos un papel fundamental en cuanto al fomento de la emprendeduría entre las mujeres del mundo rural». Más allá de las palabras están los hechos, y en este caso son los proyectos que esta asociación ha implantado o que están en fase de desarrollo:
- Artemur. Es el primer portal de comercialización de productos elaborados por mujeres del mundo rural. Aquí cabe toda la diversidad del medio que ocupan: artesanía, gastronomía, textil, cuero, papel… «Hay mujeres que se han dedicado a la agricultura y la ganadería, por ejemplo, y se han puesto a transformar productos con una calidad indiscutible; hay otras que se han dado a la artesanía buscando un cambio de vida; otras mujeres han heredado un negocio familiar y ya son la quinta generación… Artemur es una iniciativa de la que estamos muy orgullosas», puntualiza Teresa López.
- La sostenibilidad de los productos de la huerta y su calidad. En FADEMUR desarrollan otro programa para promover la certificación «huella de carbono», un distintivo que garantiza la sostenibilidad y pone en valor la calidad del producto «que muchas veces se nos ha olvidado en la vida moderna». Este proyecto cobra mayor fuerza a raíz de la «alianza estratégica con restauradores de máximo nivel» porque «elaboran recetas específicas con esos productos, ponen en valor su calidad o incluso las consumen en sus restaurantes». Un éxito esencial para garantizar el negocio de las emprendedoras.
- «También estamos desarrollando una central de compras para eliminar los intermediarios y poner en contacto directo a productoras y consumidoras. Tratamos de acercar la relación, el conocimiento y facilitar la compra de productos de máxima calidad a un precio razonable, tanto para quien consume como para quien produce». De nuevo una iniciativa de éxito puesta en marcha vía internet.
- Se han dado proyectos de éxito con servicios. La escasez de servicios e infraestructuras en el medio rural ha dado pie a que aparezcan las cooperativas rurales de servicios de proximidad. «Desde FADEMUR, y al hilo de la puesta en marcha de la Ley de Dependencia, estamos promoviendo la aparición de estas cooperativas para prestar atención a las personas dependientes». La buena acogida de la iniciativa ha dado pie a la diversificación: «además de personas dependientes también hay cooperativas que ofrecen comida a domicilio para el conjunto de la población que lo precise. Un servicio más que apenas existe».
Con todo, para Lola Merino medidas como la Ley de la Titularidad Compartida deben estar acompañadas de otras que garanticen la incorporación de las mujeres a la Seguridad Social. De nuevo es la asociación en este caso quien ofrece «soluciones concretas a todas estas mujeres que son madres y cabezas de familia a través del autoempleo. Nuestra organización está abriendo todos los cauces necesarios para aprovechar cualquier posible yacimiento de empleo y encontrar una salida a la crisis económica».
- Desde AMFAR se puso en marcha el proyecto Mercadorural.es. Se trata de una plataforma de comercio electrónico donde las mujeres rurales pueden exponer, promocionar y vender sus propios productos o servicios. Internet vuelve a ser una herramienta indispensable para la emprendeduría en el medio rural. En la iniciativa participan mujeres rurales de Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Galicia y Madrid.
Hay más proyectos y opiniones. En CERES identifican a las asociaciones como «interlocutoras de las mujeres del medio rural en las instituciones y al mismo tiempo las encargadas de trasladar al medio rural toda la información necesaria para cubrir sus necesidades». De nuevo sus esfuerzos se traducen en medidas y proyectos concretos que apoyen la labor de las mujeres rurales:
- El Plan Conecta: ha permitido a las socias de CERES organizar las explotaciones agrarias en un programa informático específico para gestionarlas.
- La Despensa Femenina del turismo rural: «propicia la venta de productos artesanales o primarios elaborados por mujeres poniéndolas en contacto directamente con la población consumidora». Además, en CERES ofrecen variedad de cursos de informática y de diversificación de la economía en las explotaciones agrarias.
- Como grupos de mujeres con los mismos intereses, CERES considera positivo la posibilidad de conectarse e intercambiar experiencias. «CERES acerca la información de otros puntos geográficos, sobre todo en cuanto a información institucional. Pero el medio rural no cuenta con las mismas oportunidades de acceso al ADSL de calidad que las poblaciones más grandes y por ello nos sentimos especialmente discriminadas».
Sin embargo, desde el punto de vista de Inocencia, mujer emprendedora con El Jiniebro, «las asociaciones debería asumir un papel mucho más activo; creo que están anticuadas y motivan poco». En cuanto a las ayudas oficiales considera que son escasas y en todo caso deberían ser de otro tipo: «las ayudas deben ser formativas y con un seguimiento mayor. No se puede conceder una subvención y creer que ya está todo conseguido. Los proyectos, para hacerlos avanzar, tienen que tener continuidad».
El turismo rural, caso de éxito
Una de las líneas de negocio de las emprendedoras del medio rural se encuentra en los servicios, en el sector del turismo rural. Las asociaciones coinciden en la importancia que ha representado el sector para la mujer rural y las oportunidades que puede seguir ofreciendo.
Una emprendedora de turismo rural puede ofrecer «infinitos productos, tantos como clientes tenemos», afirma Inocencia, y añade: «gastronomía, salud, artesanía, rutas… Creo que la mujer rural puede ofrecer absolutamente todo lo que un turista esté buscando». El turismo rural se ha perfilado como un motor económico a nivel local. «Independientemente de que sean hombres o mujeres los que se pongan al frente, su desarrollo debe fijar a la población o al menos permitir que quien lo desee pueda seguir viviendo en su pueblo», concluye la propietaria de El Jiniebro.
En su condición de propietaria es la primera voz implicada en el turismo rural. Pero las asociaciones también trabajan directamente con muchas mujeres al frente de casas rurales y coinciden en que el turismo rural ha ocupado un lugar importante para las mujeres y la región. En opinión de Belén Verdugo, de CERES, el turismo rural «ha sido un gran apoyo para asentar la población y mejorar la economía de muchas familias, pero como un complemento: las familias con explotaciones agrarias complementan la economía ofreciendo granjas como actividad interesante en la zona». No obstante señala que «el turismo rural es para un grupo reducido de empresarios y de viajeros».
Desde AMFAR se trabaja para estimular la incorporación de mujeres al turismo rural, «que sean partícipes de los múltiples beneficios que genera al sector y que están íntimamente relacionados con otros atractivos naturales como son la gastronomía, el medioambiente, la artesanía…». En el progresivo pero siempre lento avance de las mujeres en la conquista de la igualdad de oportunidades «AMFAR quiere servir de trampolín para que también sean protagonistas de esa fuente de riqueza que es el turismo rural».
En Iratialdea creen que «el papel de las asociaciones en estas zonas de montaña ha ido cambiando. En el Pirineo Navarro hace ya más de veinte años que se vive del turismo. Las asociaciones fueron al principio un foro de encuentro, un lugar donde hablar, salir y tomarte un café. Hoy son lugares donde se persiguen objetivos. Por supuesto, en nuestro entorno el turismo fue el principal sector que dio cabida a las mujeres».
Por último, Teresa López de FADEMUR defiende que «la importancia del turismo rural es clara para las mujeres del mundo rural. La mayoría de negocios que conocemos y con los que tenemos relación son negocios que han puesto en marcha mujeres. El turismo rural ha permitido la diversificación de la economía familiar y el acceso a la independencia económica de las mujeres. Eso es algo fundamental».
4. Qué se espera del futuro
Para Inocencia lo que espera del futuro tiene que ver mucho más con el turismo rural que con la mujer en el medio rural, aunque ambos aspectos vayan de la mano. «El futuro es nuestro si sabemos aprovechar la oportunidad: recibir turistas de diferentes latitudes es abrir una puerta al mundo y ahí están todas las oportunidades. No sólo para el alojamiento, sino también oportunidades para poner en valor todo lo que el campo ofrece».
La situación de las mujeres rurales trasciende el sector del turismo rural. En general, la visión de futuro pasa por más equidad y más reconocimiento a las mujeres del mundo rural. AMFAR defiende que hace falta «su plena incorporación en los órganos de decisión de las diferentes estructuras agrarias para poder hablar de igualdad. Es el reto más inmediato». Apoya su conclusión con datos: «tan sólo el 29% de los titulares de explotación en España son mujeres, y sólo el 20% del trabajo calificado como ‘ayuda familiar’ lo desempeñan los varones».
En el caso de CERES, las infraestructuras son esenciales así como también los presupuestos con perspectiva de género para «conseguir libertad de actuación y movimiento. Igualdad, en definitiva».
Por último, Teresa López espera seguir avanzando desde FADEMUR en igualdad, en progreso y asumir un objetivo casi utópico si no fuera por la labor que realizan y el empeño que trasladan a cada iniciativa. «Nos hemos marcado como objetivo que nuestro trabajo pueda ayudar a que cada persona tenga el derecho a elegir libremente el lugar donde quiere desarrollar su proyecto vital, sin más limitaciones que las que se ponga ella misma. Que el territorio no sea decisivo a la hora de optar por dónde quieres desarrollar tu vida, que puedas elegir por un pueblo o donde sea sin que haya más dificultades añadidas». Concluye con un deseo de futuro y una certeza: «una utopía, pero lo conseguiremos».
Escapada Rural
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Muy bonito, aunque me veo un poco nadando contracorriente.
Mi visión de las Asociaciones se centran en las que vivo/sufro,muchas flores para pocos jarrones!
Felicidades y gracias por preocuparos de del Mundo Rural y la Mujeres!
Desde hace tiempo pienso que la mujer es la clave del desarrollo rural, pero para ello debe de tener una red social (familiares y amigos ) que le permita conciliar vida laboral y familiar; ya que, son muchos los pueblos donde no se dispone de guarderías, comedores, aulas matinal….
Debido a esta falta de infraestructuras y servicios, son muchas las mujeres que se encuentran en la disyuntiva: ¿familia o trabajo?. Esta pregunta es apenas impensable para el hombre, aunque por suerte cada vez son más los que se implican e incluso piden excedencias en el trabajo para el cuidado y disfrute de su familia.
Estoy totalmente de acuerdo con todo cuanto aquí se a dicho, es cierto que somos el sector menos valorado como trabajadoras, quizás por que estamos acostumbradas a luchar por todo cuanto necesitamos y es la única manera de conseguirlo, cuando necesitamos algo de lo que se carece en el medio rural, ( actividades para nuestros hijos, asistencia medica para nuestros mayores,…..etc etc.) nos vemos yendo a la ciudad mas cercana con nuestro coche para cubrir esas necesidades, sin dar mas importancia, sin que a nadie se procupe, como si no tuviéramos ninguna necesidad.
Gracias a ese espíritu luchador, emprendedor y ese afán por dar vida a los pueblos en los que vivimos y que deseamos que se conozcan, nos hemos apuntado al turismo rural con todas nuestra ganas y fuerzas y que por fin parece que se empieza a reconocer nuestra labor en este sector de la economía, que en muchos pueblos están
cambiando y mejorando, la forma de pensar incluso de los hombres que pensaban
que solo ellos eran los únicos que trabajaban.
Gracias por todo este apoyo que es tan necesario, para continuar con en esta andadura diaria
Un Saludopara tod@s
Felicidades por dedicarnos un espacio, por abrir una puerta al diálogo
Estaré mas o menos de acuerdo con lo que se dice en el artículo, pero esta mañana he sonreido al ver el título del trabajo. Qué maravilla!!!
Gracias
Desde aquí os doy las gracias por dedicarnos un espacio y reconocer un poco más la problematica que sufrimos todas.
También agradecer la información que nos daís, pues no conocia ARTEMUR y me viene muy bien. Bueno un saludo a todas y a seguir luchando, no nos queda otra.
hola buenas tardes, Me encantaria estar conectado con buestra web y tener la licencia
de turismo, estube en el ayuntamiento de donde tengo el chalet y me dieron unos documentos y me cobraron 15€ lo presente en turismo y me dijieron que como era zona rustica no me pueden autorizar, que puedo acer, ? un saludo julio Perez.
@mujeresreales @mgdelpozuelo La mujer rural también es una mujer emprendedora! visto en @escapadarural http://t.co/7j5ReBpj
La mujer en el mundo rural http://t.co/XGjqc8ky vía @escapadarural
Una información super interesante y útil!