La senda de Bolvonegro, una joya natural en la Región de Murcia
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24.02.2022
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En la región Noroeste de Murcia, allí donde se unen los ríos Alhárabe y Benamor formando la génesis del río Moratalla, se localiza el estrecho de Bolvonegro, un lugar protegido bajo distintos marcos por su relevancia arqueológica, ecológica, paisajística y geológica. La recientemente acondicionada senda de Bolvonegro -PR-MU 110-, incluida en la Red Natura 2000, es la encargada de mostrar la inigualable belleza y llamativa geoformología de este excepcional lugar.
Al igual que sucede con el Flysch de la Costa Vasca, el estrecho de Bolvonegro es un libro abierto cuyas hojas de roca, formadas ya en el Mioceno, reflejan miles de años de historia a través de los fósiles y huellas de animales marinos. Su valor geológico es incalculable.
Para conocer más de cerca este privilegiado, y bastante desconocido, tesoro natural, se debe visitar Moratalla, una localidad que compensa la falta de riqueza arquitectónica y grandes monumentos -a excepción del castillo de Beniza– con el atractivo que ofrece su tipismo serrano y sus clásicas calles empinadas donde el tiempo parece ir a cámara lenta.
¿Nos vamos de ruta? Primero en coche. Desde Moratalla, tomando la carretera del camino viejo de Calasparra (RM-715), exactamente en el kilómetro 3, y girando a la izquierda dirección Socovos-Férez-Tazona-Benizar, se llega a una explanada donde se puede aparcar libremente.
Por la senda de Bolvonegro
Seguimos a pie 6 kilómetros de ida y vuelta, unas tres horas de recorrido pausado que discurren a la vera del río Alhárabe -en su margen izquierdo- regalando al viajero un desfile de pozas de agua, pilones y cascadas donde zambullirse en los calurosos días estivales así como unas vertiginosas vistas a los afilados acantilados de paredones verticales.
La senda termina bruscamente en un hundimiento producido por una falla donde, sobre todo en época de lluvias, se forma una bonita cascada. Si bien es un camino sin apenas dificultad técnica, lo angosto del terreno requiere andarlo con cuidado y precaución, no es especialmente indicado para ir con niños.
En este punto es donde cobra un mayor significado la remodelación realizada en 2,5 kilómetros de sendero. Tras las obras, la senda de Bolvonegro cuenta con un firme de 1,5 metros de anchura mínimos, una pasarela y un puente de madera que cruza el cauce del río así como una serie de escaleras de piedra natural para salvar los tramos más peligrosos del terreno.
Si bien este paraje no goza de una vegetación exuberante, sí puede llegar a considerarse un verdadero oasis en mitad de un medio semiárido y casi desértico. Aquí han encontrado su hábitat especies como la nutria, el galápago leproso, el martín pescador o el mirlo acuático.
Y para los aficionados a la arqueología, la senda del Bolvonegro aguarda aún más sorpresas. Una de las más importantes es el cerro de Los Molinicos. Un yacimiento prehistórico, con restos anteriores al Neolítico, que albergó uno de los poblados ibéricos más relevantes de la región murciana. El acceso está a unos 150 metros después de cruzar el río Benamor. Visita obligada.
Los alrededores de Moratalla son así, con decenas de opciones para el deleite al aire libre. La senda de Bolvonegro es una de las más sorprendentes.
Elísabet García
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Somos un matrimonio que nos gustaría ir a Moratalla. Qué casa rural podríamos escoger?
Es todo muy interesante para saber dónde hir a visitar lugares muy bonitos