Las grandes paredes verticales de los Mallos de Riglos
Escrito por
02.06.2016
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4min. de lectura
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Los Mallos de Riglos (Huesca) son formaciones geológicas de tipo mallo, formados por farallones y agujas de conglomerado rocoso que se formaron por el paso del río Ebro a partir del periodo Eoceno.
El tiempo modificó sus formas por la acción combinada del agua, el hielo, el viento y el sol, hasta llegar a crearse las zonas superiores redondeadas que vemos en la actualidad.
Se encuentran justo encima de la localidad de Riglos, en una zona conocida como Reino de Mallos (Prepirineo de Huesca).
Un precioso pueblo envuelto por grandes paredes verticales y desplomadas, que llegan hasta los 275 metros de altura… ¡El paraíso de los escaladores!
Paraíso de montañeros, escaladores y amantes de la naturaleza
Los mallos son visibles desde varios puntos del territorio, y desde sus cimas se pueden apreciar panorámicas impresionantes de Riglos y su entorno. Un territorio sobrevolado por aves rapaces protegidas, que tienen su hábitat en las múltiples oquedades que se producen en los mallos.
Riglos está considerada como la capital histórica del montañismo en España. Parece un pueblo diminuto a los pies del monumental mallo Pisón.
Si eres aficionado a la escalada, esta es una escapada imprescindible para ti. Solo se puede acceder caminando a algunos mallos, como los de la Visera, el Melchor Frechín, el mallo del Agua, el Paredón de los Buitres o el Macizo d’os Fils. En todos los demás es necesario escalar sus paredes verticales para llegar a la cima.
Estas moles fueron descubiertas por el montañismo gracias a algunos viajeros como Alphonse Lequeutre, Lucas Mallada, Karol Dembowski, José María Quadrado o Santiago Ramón y Cajal.
¿Cómo se crearon los mallos?
Hace 65 millones de años se creó la cordillera pirenaica, provocando una erosión que arrastró una gran cantidad de material de antiguas morrenas glaciares. Estas se movieron hacia el sur por cauces que vertían sus aguas a la antigua depresión del Ebro, depositándose y sedimentándose en enormes conglomerados cementados por grava y arena.
Los plegamientos de las capas inferiores elevaron las rocas y acabaron formando estas impresionantes paredes. Las formas de «chimeneas» se crearon más tarde y durante siglos de lluvias y ríos que abrieron profundas fisuras entre las paredes.
Cómo si fuera una obra de arte en proceso, el viento y la lluvia terminaron el trabajo, erosionando las paredes hasta crear las puntas redondeadas que las caracterizan. Su color rojizo se debe a a la existencia de hierro y arcillas, que destaca especialmente a la caída del sol.
Cada mallo tiene un nombre propio:
- Según su forma o color, como el Puro, el Cuchillo, la Visera, del Agua, os Fils, Colorado, Magdalena, Aguja Roja, Tornillo o Tornillito.
- Por el nombre de algunas casas de Riglos: Firé y Pisón
- En homenaje a otras personas: de los Castellanos, Melchor Frechín, Roberto Martí «Chichín», José Enrique Herrera, Mariano Cored, Víctor Carilla, Luis Gómez Laguna, General Capaz o Don Justo.
Más actividades para disfrutar de este entorno monumental
Existen bastantes rutas de senderismo en el entorno de los mallos y el río Gallego. La principal es la que parte de la oficina de Turismo, una ruta señalizada que puede realizarse el recorrido circular.
En el pueblo de Riglos encontramos además varios lugares de interés arquitectónico, como la iglesia románica de San Martín (s. XII) y la ermita de Nuestra Señora del Mallo (s.XVII).
Si también te interesan los deportes de aventura, al otro lado del río Gállego se encuentra la localidad de Murillo de Gállego, dónde podrás hacer kayak, canoa, hidrospeed o simplemente relajantes paseos y baños en su playa fluvial.
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Estel Soro Gómez
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Excelente artículo el que habéis elaborado, enhorabuena.
Desde nuestro alojamiento «Mallos de Huesca» en Fontellas-Ayerbe, muy cercano a los Mallos les recomendamos la visita a uno de los rincones más turísticos de la provincia de Huesca y lleno de visitas senderistas, muchos monumentos románicos (iglesias, colegiatas, ermitas, …) y el castillo medieval románico más grande y mejor conservado de Europa: EL CASTILLO DE LOARRE.
Qué no te lo cuenten, muchos huéspedes han salido encantados!!!!!
Es un paisaje tan impresionante,que no entiendo como vamos buscando cosas extrañas,con lo que tenemos aquí.