Las playas que no lo eran

Antes de que acabe el verano queremos enseñaros dos playas muy especiales. No son de esas que a veces son playa y a veces no. Son de las que no deberían estar porque la naturaleza no lo quiso, pero el hombre sí. Y quiso bien, por lo que hemos podido ver.

La única playa de interior con bandera azul

Si trazas una línea recta de unos 200 km de largo, desde la ciudad de Mérida (Extremadura) hacia el Parque Nacional de Cabañeros (Castilla-La Mancha), topas a medio camino con Orellana la Vieja. Aquí se encuentra la única playa de interior de España con bandera azul.

De las 3.774 baderas azules que la Fundación para la Educación Ambiental (FEE) ha repartido por el mundo, 638 banderas azules se han quedado en el litoral (¿el litoral?) español este 2012. Una de ellas es la de Orellana la Vieja. Y no es una novedad: es el tercer año consecutivo que ondea en este embalse del interior de Extremadura. Porque es un embalse, pero con aspecto de playa.

Las aguas del embalse pertenecen al río Guadiana, que recorre el la comarca de la Serena, y además de para el solaz de viajeros también abastece los hogares de los de 3.010 habitantes censados en Orellana la Vieja. Aquí llegan los vecinos a «veranear» como si hubieran viajado a la costa: navegan, pescan (sin demasiada variedad, eso sí) y hasta juegan con las olas. Sí, sí, olas. Quien no se moja es porque prefiere los chiringuitos o tienes más razones para estar en el restaurante que para estar en el agua.

Donde dije mina, digo playa

El 20 de agosto, As Pontes, un municipio de A Coruña que genera el 5% de la electricidad consumida en el país, estrenó una playa de 400 metros de longitud. Conocíamos la existencia de pueblos hundidos, pero no minas. El hueco que cubre el agua anega una antigua mina de lignito (un carbón fósil procedente de la madera) y es el mayor lago artificial de Europa.

Construido por Endesa, algún periodista ya ha bautizado a la localidad como el «Springfield» gallego porque frente a la playa se ubica «la central eléctrica más potente de España». Y antes que miedo por los chispazos y la contaminación, la Xunta, que es quien se encargará de su gestión, celebró oficialmente su apertura con conciertos, fuegos artificiales y actividades.

Cubrirá hasta 50 metros y todavía no se han autorizados deportes náuticos. Pero al tiempo. Es un lago, la primera de las acciones para recuperar el medio ambiente de la zona, pero aún se rige por la Ley de Minas. Ya se han dispuesto dos socorristas y las instalaciones de vigilancia. Se trata de una playa de transición, con sus aguas perfectamente salubres, hacia el cambio de paisaje de As Pontes. Un contraste que sobrecoge.

¿Conoces alguna otra playa curiosa?