Cómo disfrutar de los paisajes más bellos de Barcelona
Escrito por
21.09.2018
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8min. de lectura
Mientras que la playa es mejor dejarla para el verano, la montaña está siempre ahí, para que disfrutemos de ella prácticamente durante todo el año. Y si está cerca de Barcelona, mejor que mejor. Entonces, no hay excusa para disfrutar fotografiando paisajes, dedicarnos a buscar setas en otoño, hacer senderismo, observar aves migratorias o, por qué no, probar con la espeleología. Te dejamos algunas ideas para disfrutar de los paisajes más bellos cerca de Barcelona.
Fotografía de naturaleza en Guilleries-Savassona
El macizo de les Guilleries-Savassona se levanta espectacular en la comarca de Osona sobre los bosques que lo rodean. En su base, la presencia del embalse de Sau, con la iglesia de Sant Romà de Sau como si fuera el pecio de un barco, no pasa desapercibida. En estos parajes de peñascos y cuevas, cualquier amante de la fotografía de naturaleza tardará poco en sacar su cámara y hacer trabajar el gran angular.
El Espacio Natural de les Guilleries-Savassona, cuyo consorcio ha cumplido 20 años, tiene una extensión de 8.300 hectáreas. En él se distinguen tres tipos paisajísticos distintos: Guilleries, Savassona y Collsacabra. Podremos encontrar bosques de encinas y robles para fotografiar especialmente en otoño y, durante el resto del año, zonas de cultivos y bosques de pino que ascienden por agrestes contornos. Las aves son otro de los principales temas fotográficos, con avistamientos de especies destacadas como el gavilán y el águila culebrera, que anida en la zona en su migración procedente de África.
Es toda una experiencia estética captar el atardecer sobre el embalse de Sau, con el rojo macizo de les Guilleries-Savassona de fondo, mientras que los riscos de Collsacabra y los yacimientos arqueológicos de la zona darán juego en nuestras composiciones. Además, podremos combinar la cámara con el senderismo a través de una extensa red de itinerarios o, incluso, seguir algunas de las muchas rutas en BTT que se adentran por este maravilloso paisaje. Otra alternativa es la de llevarnos la cámara en una excursión en kayac con el fin de fotografiar aves acuáticas. Eso sí, ¡recuerda protegerla bien!
Ecoturismo científico en el Montseny
Los senderos del Parque Natural del Montseny, a 50 kilómetros de Barcelona, nos conducen por paisajes mediterráneos que van tornándose más húmedos según ascendemos. Este 2018, el parque cumple 40 años desde que la Unesco lo declaró Reserva de la Biosfera.
El Montseny se nos presenta como un bellísimo puzzle de paisajes de tipo mediterráneo y centroeuropeo. Y es esa rica biodiversidad, que se extiende por 31.063 hectáreas entre Barcelona y Girona, la que ha inspirado a artistas, intelectuales y, sí, también a numerosos científicos. Ya en 1922, el arquitecto y artista Serafí Bassa se refería así al Montseny: “Todas las glorias de la naturaleza, todas las grandezas de nuestro suelo, se han juntado en un corto espacio de Cataluña, haciendo de él un relicario y santuario guardador y concretador de las más altas bellezas de Cataluña”.
Rafael Paxot fue uno de esos científicos enamorados del Montseny. Podremos conocer la trayectoria vital de este verdadero mecenas y humanista catalán acercándonos hasta la Masia Mariona, en Mosqueroles. Allí, en la masía que que se hizo construir para pasar los veranos familiares, descubriremos su legado científico, especialmente en cuanto a sus trabajos en meteorología y astronomía.
Por su reducida contaminación lumínica, el Parque Natural del Montseny es ideal para la observación de los cielos nocturnos. Son muchos los aficionados a la astronomía los que se acercan para ver planetas y lluvias de estrellas. Pero si en lugar de mirar hacia el cielo observamos a nuestros pies, el entorno del Montseny es ideal para descubrir los secretos de la micología.
Durante la temporada, se programan distintas actividades educativas para conocer la gran diversidad de setas de la zona. Igualmente, el Montseny se conoce como la montaña de la amatista, un tipo de cuarzo al que le acompaña una fama legendaria y que conoceremos mejor en alguno de los itinerarios guiados por los alrededores de Viladrau, por ejemplo. Al viajero que quiera profundizar en el patrimonio cultural del territorio, le queda la visita al Museu Etnològic del Montseny, que ocupa un bello edificio del S. XVII en el municipio de Arbúcies.
Cuevas en Sant Llorenç del Munt i l’Obac
A menos de una hora y por encima de Terrassa, se encuentra el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac, famoso por sus simas y cuevas de conglomerado. Numerosos itinerarios atraviesan su singular paisaje de riscos y monolitos rojizos que contrastan con el verde intenso de las pinedas y los encinares de las faldas de la montaña. Pero resulta que hay paisajes que no están completos si no miramos en su interior, y ese es el caso del de Sant Llorenç del Munt. Para resolverlo, están las cuevas y la espeleología.
Hay varios lugares de interés para conocer “las interioridades” de este bello paisaje. Está la Font Flàvia y las cuevas dels Òbits, a las que se llega después de una sencilla excursión desde el Centro de Atención e Información del parque. Estos espacios se construyeron durante la Edad Media aprovechando las cuevas del macizo y tenían la función de vivienda y corral defensiva.
Pero si queremos un claro ejemplo de monolito hay que caminar hasta el risco de la Cova del Drac, uno de los relieves formas más peculiares del macizo. Su topónimo, como muchos otros, nace de una leyenda: parece ser que los moriscos lograron la participación de un gran dragón que desde Sant Llorenç horrorizaba a toda la comarca. Sólo el conde de Barcelona logró enfrentarse contra él con éxito, matándolo en este monolito.
Poco más abajo de éste, se encuentra la Cueva de Sescorts, un conjunto de siete cavidades con un recorrido de unos 30 metros. Mención aparte merece la cueva-ermita de Santa Agnès, residencia de los donados o sirvientes del próximo monasterio de Sant Llorenç del Munt, en uno de los enclaves más espectaculares del macizo.
A Montserrat en transporte sostenible
En el interior de Cataluña, el horizonte acostumbra a estar dominado por la montaña de Montserrat en sus diferentes vertientes, según sea nuestra orientación. Su sorprendente silueta en forma de sierra se formó hace unos 36 millones de años, cuando el mar que ocupaba el centro del territorio desapareció por efecto de la formación de la gran cadena montañosa de los Pirineos.
Una excursión a este macizo, todo un símbolo internacional, nos permitirá conocer el santuario y monasterio benedictino de Santa María de Montserrat, dedicado a la Virgen de Montserrat (popularmente, “la Moreneta”). Llegando, el monasterio parece colgar del especial paisaje del Parque Natural de la Muntanya de Montserrat. El parque ocupa un espacio de 3.630 hectáreas que se puede recorrer a través de una excelente red de caminos habilitados para la práctica del senderismo. En Guies de muntanya de Montserrat puedes contratar a un experto que te acompañe.
Si estás en la comarca de Osona, podrás llegar a Montserrat a través del Camí Oliba, un camino que va desde el monasterio hasta Vic. Desde la ciudad de Barcelona, podemos llegar a esta joya geológica gracias a dos medios de transporte tan sostenibles como divertidos: el tren cremallera o el teleférico. Ambos los abordaremos tras llegar en ferrocarril desde la Plaza de España y nos dan la oportunidad de disfrutar de bellas vistas.
El primero une la estación de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya en Monistrol de Montserrat y el monasterio salvando un desnivel de más de 600 metros. El segundo, el teleférico, nos permitirá escalar la impresionante montaña de Montserrat en tan sólo 5 minutos en un recorrido colgado a 1.350 metros de altura, ¡imaginad las vistas desde aquí! Nuestra experiencia en el Monasterio de Montserrat no será completa sin escuchar al coro de niños de la Escolanía ni sin probar el artesanal mel i mató.
Más información | Agència Catalana de Turisme
Escapada Rural
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Visionado estos paisajes catalanes…… son » Maravilla.