7 lugares de España sumergidos que emergen con la sequía

España goza de buenas temperaturas y condiciones meteorológicas en gran parte de su territorio. El país se ha convertido en los últimos años en toda una referencia internacional, sobre todo por el aumento del turismo de sol y playa. Aunque este clima también cuenta en ocasiones con algunos inconvenientes: la sequía. Uno de los fenómenos meteorológicos más temidos en todo el mundo y que, en algunas partes del país, no se libran cada cierto tiempo de contar con épocas de escasez de lluvia. 

Desde finales de 2021, España vive una situación anómala durante los inviernos. La falta de precipitaciones tanto de agua como de nieve ha hecho aflorar diferentes problemas e, incluso, algunas regiones ya se han visto obligadas a tomar medidas para evitar males mayores. La falta de agua ha provocado al mismo tiempo que el campo y ganado se vean afectados, algo que podría tener graves consecuencias en el futuro si la situación meteorológica no cambia. 

Aunque la sequía no aporta ningún beneficio a la naturaleza y los humanos, sí cuenta con un curioso factor. Y es que la falta de agua puede permitir ver ciertas cosas que normalmente resultan imposibles. Algunos de los pueblos abandonados de España se encuentran en el fondo de los embalses. Según algunos datos aportados por RTVE, debido a su nueva serie Sequía, en nuestro país hay «más de 500 municipios o antiguos núcleos urbanos sumergidos«. Es uno de los países con más pantanos por kilómetro cuadrado. En el momento de su construcción provocaron la expulsión de sus vecinos, a pesar de la resistencia de muchos de ellos, quienes han querido recuperar su patrimonio.

Tras meses de escasa lluvia y con un panorama anormal, este año algunos de estos pueblos han vuelto a ver la luz del día por la falta de agua. A continuación, repasamos aquellos lugares de España sumergidos que por sus características se han vuelto únicos y muy conocidos. La lista es solo un ejemplo de los cientos de lugares que nuestro país ofrece cuando las condiciones no son las normales. 

Peñarrubia (Málaga)

Los casi dos mil habitantes que vivían en este municipio de Málaga fueron desalojados el año 1971 para construir lo que hoy en día es el embalse de Teba. Aunque las casas fueron derribadas, del pueblo se conservaron la iglesia, el colegio y el cuartel de la Guardia Civil, que suelen estar anegados por el agua. 40 años después, algunas partes todavía aguantan en pie y pueden verse en épocas de sequía. 

Real Sitio de La Isabela (Guadalajara)

El Real Sitio de La Isabela es, posiblemente, uno de los lugares con mayor historia de la lista. Esta construcción fue utilizada por los romanos como termas terapéuticas que también fueron frecuentadas por la realeza española, como es el caso de Fernando VII. Durante la construcción del embalse de Buendía, en Guadalajara, estas quedaron sumergidas y solo aparecen cuando el agua de la presa está a niveles muy bajos de reservas. 

Portomarín (Lugo)

Portomarín continúa viva hoy en día y es un lugar concurrido por los feligreses del Camino de Santiago, aunque el pueblo original se encuentra sumergido bajo las aguas de la presa de Belesar. En 1963, Franco mandó construir este embalse anegando las calles del primitivo Portomarín, creado por los romanos en el siglo II. 

Mansilla de la Sierra (La Rioja)

Perteneciente a las Siete Villas, Mansilla de la Sierra vio como durante la Segunda República se decidió crear la construcción del embalse de Mansilla. En 1900 el pueblo contaba con 600 habitantes que se desplazarían a una nueva ubicación cercana, mientras que el anterior municipio puede observarse cuando el nivel del agua se encuentra muy bajo. 

Aceredo (Ourense)

Aceredo es una de las aldeas con mayor encanto de España que quedaron sepultadas bajo el agua. Gracias a la sequía del presente año, muchos turistas han aprovechado durante este año para recorrer las antiguas calles de este pueblo de Ourense que, habitualmente, yacen bajo el embalse de Lindoso.  Los lugareños y medios de comunicación la han renombrado como la “Antártida gallega”. 

Iznájar (Córdoba)

En la década de los 60, poco antes de la inauguración del embalse de Iznájar, los vecinos de varias localidades de la zona se vieron obligados a hacer las maletas e irse. La construcción del que sería el lago de Andalucía trajo prosperidad económica, pues aumentó el empleo. Sin embargo, el precio fue muy alto. En total, 22 pedanías yacen hoy bajo sus aguas, por lo que cuando el caudal de la presa está al mínimo, es posible ver parte de algunos de los antiguos edificios, chimeneas de fábricas, el puente Molinillo e incluso torres de la luz como la de la imagen.

Sant Romà de Sau (Barcelona)

En Cataluña existe un baremo inconfundible para saber si existe sequía, el campanario de Sau, del siglo XI. La iglesia romana suele ser visible cuando el agua desciende, hecho que pone en alerta a los ciudadanos y autoridades. Bajo el agua está el antiguo pueblo de Sau, aunque ya había sido abandonado antes de la construcción del embalse.