5 lugares históricos en el Toledo rural

Escrito por

15.05.2018

|

5min. de lectura

Toledo
Toledo. Por Anton_Ivanov

Las amplias llanuras de Consuegra se ven interrumpidas por un cerro cubierto por la típica crestería manchega. En ella se alzan los populares “gigantes”: doce molinos de viento como aquellos a los que El Quijote quiso enfrentarse.

A su lado descansan los restos del castillo de La Muela, uno de los mejores conservados de Castilla-La Mancha. Esta fortaleza del siglo X cuenta con una arquitectura militar que fue reconstruida en varias ocasiones debido a las conquistas musulmanas y cristianas.

Consuegra
Fuente: Turismo Castilla-La Mancha

Gracias a esta mezcla cultural, el castillo de La Muela cuenta con elementos como la torre, erigida durante el Califato de Córdoba; o el escudo del Prior de la Orden Militar de Jerusalén, quienes lo ocuparían tras la reconquista de Alfonso VIII.

Desde este cerro se obtienen las mejores vistas de Consuegra, el pueblo que fue levantado sobre un antiguo castro romano. En el lugar donde estaban las termas, no obstante, fue donde se construyó la casa de la Tercia, perteneciente a la Orden de San Juan y en la que se erige la torre medieval.

Tanto su arquitectura medieval como su valor paisajístico han situado a Consuegra como uno de los pueblos más bonitos de Toledo, aunque no es el único.

Villa Materno

Carranque
Fuente: Turismo Castilla-La Mancha

En Toledo se han encontrado importantes yacimientos romanos como el Parque Arqueológico de Carranque. Fue un campesino de la zona quien, mientras trabajaba en las tierras, descubrió las ruinas de un antiguo caserío: la villa de Materno, del siglo IV.

En las excavaciones se han encontrado la casa de Materno, tal y como indicaba una placa; el mausoleo donde descansan el propietario y su familia; y el torcularium, dedicado a la elaboración del aceite y del vino. Entre los restos también se han recuperado varias piezas de cerámica, así como una rica colección de mosaicos.

Joyas toledanas de la Edad Media

Toledo
©Fotografias.info – stock.adobe.com

Toledo cuenta con varios pueblos que parecen haberse quedado anclados en la Edad Media. Uno de ellos es Orgaz, en la sierra de Yébenes. Cruzando el Arco de San José o el de Belén, dos de las cuatro puertas de su muralla, se llega hasta su casco antiguo. Un conjunto de casas de arquitectura medieval que se ha conservado a lo largo de estos años.

Declarado como Bien de Interés Cultural, en él se encuentra el yacimiento y mausoleo de El Torrejón, una necrópolis romana, la plaza de toros, el castillo y la iglesia de Santo Tomás.

Los molinos de viento de la sierra de Yébenes apenas han podido aguantar el paso del tiempo. Medio derruidos, hoy sus restos descansan sobre la montaña.

De esta época también destaca Santa María de Melque, en San Martín de Montalbán: una iglesia del siglo VII que se cree que fue uno de los últimos edificios visigodos. Declarada Monumento Nacional en 1931, en ella destaca su planta de cruz griega y la nave cubierta con bóvedas de medio punto.

Antes de la conquista musulmana, la iglesia formó parte de un gran monasterio. Tras la invasión, el templo fue convertido en fortaleza. De aquella época data la torre, levantada como defensa por los árabes.

La comarca de la alfarería

Azulejos, cerámica de Talavera
Azulejos, cerámica de Talavera. ©Felix Herencias – stock.adobe.com

Talavera de la Reina también cuenta con un rico pasado romano, visigodo, árabe y cristiano. Entre su patrimonio destacan el recinto amurallado de 16 torres y un alcázar heredado de la conquista musulmana.

Debido a su situación, a orillas del Tajo, Talavera de la Reina fue un importante núcleo comercial. En ella se conserva la alhóndiga, una casa pública para la compra y venta de mercancías en la que en su alrededor se establecieron numerosas posadas o comercios.

Toledo
Talavera de la Reina. ©Fotografias.info – stock.adobe.com

El éxito de la cerámica talaverana comenzó en el siglo XVI, cuando numerosos artistas llegaron a la ciudad para trabajar en el oficio. La crisis llegaría con la guerra de la Independencia, aunque el siglo XX volvió a tomar impulso hasta convertirse en la marca de Talavera. Uno de los impulsores fue Juan Ruiz de Luna, quien tiene su propio museo en la ciudad.

Otra parada imprescindible para conocer la historia de la comarca de Talavera de la Reina es el Museo Etnográfico. En los alrededores, además, se encuentra el castillo de Mejorada. Una fortificación de arquitectura militar que fue levantada para defender el territorio entre Mejorada y Talavera de la Reina.

Ambas localidades pertenecen a la comarca de Tierras de Talavera, donde se encuentra la sierra de San Vicente, un espacio natural con montañas de 800 y 1300 metros conocido como el hermano menor de Gredos.

La sierra de San Vicente

El Real de San Vicente
El Real de San Vicente. ©Abuelo Ramiro – stock.adobe.com

Cubierta de robles, encinas, castaños, enebros y dehesas por donde discurren numerosos arroyos; la sierra de San Vicente es uno de los tesoros que se ubican en las inmediaciones de Talavera de la Reina.

En ella habitan un gran número de aves como las cigüeñas negras, águilas imperiales, búhos reales y buitres negros. Además de mamíferos como jabalíes, tejones y garduñas. Un recorrido por alguna de las rutas de senderismo nos permitirá descubrir su gran diversidad tanto de su fauna como de su extensa vegetación.

En la sierra de San Vicente también se han encontrado vestigios del Paleolítico. Hay dólmenes, estelas y castros procedentes de las diferentes civilizaciones que han habitado la zona.

Más información | Turismo Castilla-La Mancha

Foto del avatar

Escapada Rural

Etiquetas

Si te ha gustado, compártelo

¿Estás pensando en tu próxima escapada?

Comentarios

Si te gusta escaparte, te gustará nuestra newsletter

Te enviamos recomendaciones personalizadas para que tu próxima escapada sea inolvidable. ¿Te unes?