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Málaga es famosa por la Costa del Sol, pero la provincia tiene muchos más argumentos con los que enamorar a los viajeros que se acercan hasta ella. Lo tiene todo: desde planes para quemar algo de adrenalina a otros para conectar con la naturaleza relajadamente, pasando por pueblecitos blancos que parecen salir de una postal, ciudades vibrantes y planes gastronómicos. Aquí van 10 razones para organizar una escapada a Málaga.
1. Gran Senda de Málaga
La Gran Senda de Málaga es una ruta pionera en Andalucía que pone al alcance de quien se anima a recorrerla la riqueza territorial y ambiental de toda la provincia. Discurre a lo largo de 745 km, recorre nueve comarcas y pasa por cincuenta y dos municipios. Se puede realizar en treinta y cinco etapas adecuadas al senderismo y al ciclismo, aunque no hay por qué hacerlas todas a la vez. O al menos, eso irá en función del tiempo disponible y las ganas de caminar de cada cual.
A grandes rasgos, los caminos señalizados abarcan tres zonas: litoral, zona oriental y occidental. La parte litoral de la Gran Senda de Málaga suma 180 kilómetros y permite hacer una inmersión total en la Costa del Sol, desde Manilva a Nerja.
Es precisamente en Nerja, en concreto en el Balcón de Europa, donde se deja el mar atrás y arranca la parte interior del recorrido. En el Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama comienza el tramo oriental, que se adentra por la comarca de la Axarquía y pasa por el punto más elevado de la provincia, el pico de La Maroma (2069 metros). Finalmente, la zona occidental conduce de nuevo al Mediterráneo cruzando la Serranía de Ronda.
2. Ronda
Por aquí pasó Rilke en el invierno de 1912 y quedó fascinado por esta ciudad “atalayada de un modo fantástico”. Al borde de un abismo de vértigo, Ronda materializa todavía hoy el sueño del viajero romántico. Su pasado romano y árabe, su tradición vinícola y su patrimonio cultural y natural hacen de ella el destino ideal para una escapada de fin de semana.
Hasta la segunda mitad del siglo XVIII Ronda estuvo separada por el Tajo de Ronda. Fue el arquitecto José Martín de Aldehuela quien en 1793 logró unir la ciudad vieja y la nueva con el espectacular Puente Nuevo. Hoy es un símbolo de la ciudad y un mirador privilegiado del entorno en el que se asienta la ciudad.
Vale la pena pasear por su Barrio Viejo, que tan bien conserva aún su trazado morisco y sus casas blancas con patios.
3. Vino y bodegas de Ronda
La ciudad que inspiró a Rilke y que tiene uno de los mejores atardeceres de España es, además, famosa por sus laureados vinos. Ronda hace gala de una tradición vinícola que se remonta a la época romana. Varios espacios arqueológicos como la villa romana hallada en la bodega Morosanto, a seis kilómetros de la ciudad, y otros restos en Doña Felisa y Descalzos Viejos que así lo atestiguan.
Pero no hay que quedarse solo con el pasado, sino que la zona ha sabido desarrollar todo su potencial y se ha convertido en un reclamo para los aficionados al enoturismo, tal como demuestra que las Rutas del Vino de Ronda fueron las que recibieron una mayor proporción de visitantes internacionales en España en 2019, según el Informe Anual sobre las Visitas a Bodegas y Museos del Vino.
A una distancia inferior a media hora en coche, todo un mundo de bodegas donde conocer los vinos aromáticos y de gran personalidad de la Serranía de Ronda, pertenecientes a la D.O. Sierras de Málaga.
4. Pueblos Blancos y Sierra de Grazalema
Ronda fue la base de una de las primeras rutas turístico-culturales de España, la Ruta de los Pueblos Blancos. Llamados así por el blanco de las fachadas de las casas, muchos de estos pueblos pertenecen al Parque Natural de la Sierra de Grazalema, un paraíso natural, declarado Reserva de la Biosfera, que engloba además de catorce municipios con nombres de bella sonoridad, paisajes espectaculares y una gastronomía que por sí sola es suficiente argumento para visitar la zona.
Tomando como centro Ronda, algunos de los pueblos blancos que se pueden visitar son: Atajate, considerado como el lugar menos poblado de la provincia, es conocido por su mosto; Benadalid, con su castillo de origen romano; Casares, conocido como “Pueblo Colgante” por estar ubicado en un macizo de roca o Algatocín, que por sí solo concentra muchas de las bellezas de los pueblos de la Sierra de Grazalema.
5. El Bosque de Cobre
Málaga también sorprende con planes ideales para el otoño. Cada año, entre la segunda quincena de noviembre y la primera de diciembre, los castañares del Bosque de Cobre regalan un soberbio espectáculo cromático. De ahí, precisamente, el apelativo de “cobre”, que se refiere a todos los tonos que colorean el paisaje en esta época del año.
Ubicado entre la Serranía de Ronda y la Sierra de las Nieves, el Bosque de Cobre alberga doce pueblos con encanto. Para conocer este paisaje cultural lo mejor es seguir algunas de las rutas de senderismo que hay marcadas por la zona y que se adentran por los diferentes castañares. Hay senderos locales y de corta distancia, pero quienes busquen mayores distancias tienen a su disposición tres senderos de gran recorrido que pasan por los distintos municipios del Bosque de Cobre.
Para recargar energía se puede recurrir a una gastronomía excepcional que gira, como no, alrededor de la castaña. Sin olvidar que los amantes de los quesos encontrarán todo un referente internacional: el queso de cabra payoya, Mejor Queso de Cabra en el International Cheese Awards de 2018.
6. La Sierra de las Nieves y el mayor pinsapar de Europa
Al oeste de la ciudad de Ronda se encuentra el Parque Natural Sierra de las Nieves, cuyo nombre hace referencia a la presencia de nieve en sus cumbres, antaño visibles durante todo el año. El entorno suma cerca de 20.000 hectáreas, se extiende por once municipios y está a la espera de que finalmente se convierta en el decimosexto Parque Nacional de España.
Adentrarse por este parque es hacerlo por un mundo en el que no existen carreteras asfaltadas y donde la belleza de la naturaleza alcanza cotas abrumadoras. Sobre todo, en cuanto a su principal valor botánico: la presencia de importantes masas de pinsapo, una especie de abeto superviviente de la época glacial con forma de perfecto árbol de Navidad. Algunos ejemplares, como el Escalereta (Monumento Natural), tienen hasta 500 años.
Pero hay mucho más que descubrir en la zona: diferentes senderos, paseos a caballo, rincones singulares y miradores como el del Guarda Forestal, desde el que es posible contemplar la asombrosa riqueza ambiental de la Sierra de las Nieves de un solo vistazo.
7. El Torcal de Antequera
Cerca de doce kilómetros cuadrados en los que aparece algo similar a un laberinto de rocas calizas de caprichosas formas. Así es el Torcal de Antequera, un paisaje surrealista que surgió donde hace más de 200 millones de años estuvo el mar de Tethys. Su singularidad, además de su belleza, llevó a la Unesco a declararlo Patrimonio de la Humanidad, dentro del conjunto “Sitio Los Dólmenes de Antequera”.
Para conocer una de las muestras más impresionantes de paisaje kárstico de Europa hay tres rutas señalizadas con dificultades diferentes; pero la mayoría de los visitantes prefieren seguir la Ruta Amarilla que parte del centro de visitantes Torcal Alto porque concentra las formas kársticas más espectaculares como, por ejemplo, el Tornillo, una formación vertical de capas de piedras que cuenta con el estatus de monumento natural de Andalucía.
8. Flamencos en la Laguna de Fuente Piedra
Hasta 20.000 ejemplares de flamencos se pueden observar en la Reserva Natural de la Laguna de Fuente Piedra, un humedal situado en la comarca de Antequera. Se trata de la mayor colonia de flamencos de la Península Ibérica y la segunda más importante de Europa.
Con 1.400 hectáreas de superficie, la laguna más extensa de Andalucía tiene forma elíptica y está ubicada en un paisaje de suaves relieves, cubierto por centenarios campos de olivo y cereal, que vale la pena explorar. La salinidad y temporalidad de sus aguas, que se recargan gracias al aporte de las lluvias, son los argumentos de la abundante presencia de flamencos comunes en el lugar.
Sin duda, la mejor forma de sacarle todo el partido a este enclave es siguiendo algunas de las visitas guiadas por el espacio natural, las hay al atardecer, cuando el color de los flamencos combina a la perfección con el crepúsculo.
9. La Axarquía
Situada en la parte más oriental de la provincia de Málaga, esta comarca es un destino sorprendente entre el mar y la montaña donde poder deleitarse tanto con playas de ensueño como con pueblos blancos y paisajes de viñas.
Aunque en pocos años se ha pasado a conocer la Axarquía como tierra del aguacate, lo cierto es que la brisa del cercano mar de Alborán, sus viñedos en pendiente y los suelos pizarrosos son ideales para uvas como la moscatel de Alejandría que produce alguno de los mejores tintos de Andalucía.
En ruta por la zona, Vélez-Málaga es una de las paradas imprescindibles. Su casco viejo, declarado conjunto histórico-artístico, se muestra al viajero con toda su riqueza monumental de edificios góticos, barrocos y mudéjares. Para quienes busquen acantilados de vértigo, los de Maro-Cerro Gordo proporcionan algunos de los paisajes de litoral más bellos de Andalucía.
Mientras que los amantes del contacto directo con la naturaleza tienen en la Sierra de Tejeda su propio paraíso del montañismo. Desde Canillas de Aceituno o de Canillas de Albaida parten diversas rutas que surcan la sierra entre alcornoques y enebros.
10. El Caminito del Rey
El corazón de la provincia de Málaga guarda una de las joyas geológicas más espectaculares de la Península Ibérica: una escénica garganta recorrida por el río Guadalhorce a su paso por la sierra de Huma. El resultado es el paraje natural Desfiladero de los Gaitanes, un cañón de paredes casi verticales que en su parte más estrecha apenas llega a los 10 metros y que llega a alcanzar una altura de hasta 300 metros.
Si hoy en día se puede recorrer sin peligro es gracias a la reapertura del famoso Caminito del Rey en 2015, todo un referente internacional en turismo activo. Pero además de esta atracción, hay muchos otros atractivos en la zona. Pueblos de especial encanto como Ardales, Pizarra o Coín o lugares históricos como la Cueva de Ardales o Bobastro, la ciudad de los mozárabes, aguardan a muy poca distancia.
José Alejandro Adamuz
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El arquitecto que hizo el puente nuevo de Ronda se llama JOSE MARTIN DE ALDEHUELA.
vergonzoso poner rutas por parque de grazalema y no incluir cortes de la frontera. y de los que incluís, ninguno está en dicho parque.
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