Mar y desierto en el Parque Natural de las Dunas de Corrubedo
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17.10.2018
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4min. de lectura
Al suroeste de la provincia de A Coruña, en la localidad marinera de Corrubedo, está el Parque Natural de las Dunas de Corrubedo. Un escenario de casi 1.000 hectáreas de superficie en el que se dan citan dunas móviles, deliciosas playas, humedales, restos megalíticos y lagunas de agua dulce y salada. Un complejo natural de innegable riqueza paisajística y altísimo valor biológico que supone una excelente muestra de laguna litoral en Galicia.
¿Su origen? Según los expertos, entre 12.000 y 15.000 años, en la época cuaternaria. Desde entonces hasta hoy, el Parque Natural de las Dunas de Corrubedo ha ejercido de generoso anfitrión de las miles de aves que encuentran aquí, en las anegadas áreas fangosas y lagunas, el nido ideal en su largo viaje migratorio. Una particularidad que le ha llevado a ser catalogado de Importancia Comunitaria e Internacional.
Para obtener una información detallada del entorno o de qué actividades y experiencias hay disponibles, lo más acertado es visitar el Centro de Recepción de Visitantes Casa da Costa o el Centro de Interpretación del Ecosistema Litoral de Galicia (CIELGA), ambos emplazados en la coruñesa ciudad de Ribeira.
Si bien son varios los recursos naturales que atesora este parque, lo cierto es que el principal foco de atención recae sobre uno en particular, la gran duna móvil. Un sistema dunar de asombrosas dimensiones -más de un kilómetro de longitud, 250 metros de ancho y 20 de alto- sin precedentes en Galicia. Su espectacularidad es tal que, en más de una ocasión, ha servido como escenario de rodaje de varias películas cuya trama se desarrollaba en el desierto del Sahara.
Tras ella, destacan de manera especial la laguna de Vixán, de agua dulce por no tener salida al océano, y la laguna de Carregal, ésta sí, de elevada salinidad e ininterrumpidamente comunicada con las bravas aguas del Atlántico. Ambos ecosistemas tan opuestos, pero complementarios, consiguen atraer a más de 3.000 especies de aves acuáticas, convirtiendo a este espacio protegido en todo un reclamo para los aficionados al avistamiento de aves. Nutrias, zarapitos, correlimos, cisnes, flamencos, patos-cuchara o garzas reales, son sólo algunos de los ejemplares que han encontrado en el Parque Natural de las Dunas de Corrubedo su hábitat perfecto.
Con el fin de proteger el entorno, las autoridades medioambientales han habilitado una red de caminos y pasarelas de madera accesibles que acercan al visitante de una manera cómoda y respetuosa. Algunos de los más populares son el Camino del viento, el cual permite llegar hasta la espléndida duna móvil, a 1,5 kilómetros; el Camino del mar, un recorrido de 6 kilómetros hasta la laguna salobre de Carrexal; y el Camino del agua, 2 kilómetros de senda para disfrutar de la laguna de agua dulce de Vixán y los restos de un castro en Porto Baixo. ¿El mejor aliado? Unos prismáticos.
Del retrato panorámico se encargan el mirador Pedra de Rá, el mirador de A Curota, en la cercana A Pobra do Caramiñal y el mirador de Castrocidá, un punto estratégico que hace 2.500 años serviría de asentamiento a una comunidad de la cultura Castrexa y en el que, aún hoy día, pueden verse restos de las típicas viviendas de piedra de base rectangular y circular que construían.
Cualquiera de estos balcones regala unas vistas pasmosas de todo el parque natural, la ría de Arousa, la isla de Sálvora y el pueblo de Corrubedo, el cual no deja de recibir invitados por la perfecta simbiosis de tranquilidad, mar, naturaleza y gastronomía que ofrece. Sin duda, una opción más que recomendable para disfrutar de unos días de descanso en la costa gallega.
En el Parque Natural de las Dunas de Corrubedo nos encontramos ante uno de los tesoros medioambientales más importantes de la comunidad gallega. Un lugar genuino y con personalidad propia que argumenta con fuerza eso de Galicia, el buen camino.
Elísabet García
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