Las 4 mejores rutas de senderismo en La Palma: nubes, cascadas de colores y dragos milenarios

La Palma no suele estar entre las primeras opciones cuando visitamos las Islas Canarias por primera vez. Según Statista, en 2022 la isla de Tenerife fue la que más turistas recibió seguida de Gran Canaria, Lanzarote, Fuerteventura y, en quinto lugar, La Palma. Creo firmemente que es un error ya que, la conocida popularmente como la isla bonita, guarda muchos secretos.

Entre ellos encontramos imponentes volcanes, paisajes llenos de verde, playas de arena negra, uno de los mejores cielos estrellados (gracias a sus condiciones geográficas únicas), de las mejores aguas para practicar buceo y muchas rutas que atraviesan y rodean gran parte de la isla.

Resulta fascinante pensar cómo en tan solo 708 kilómetros cuadrados podemos llegar a encontrar tanta diversidad de paisaje y gran cantidad de propuestas a nivel experiencias. Es muy diferente del resto de islas y es el lugar perfecto para los amantes del senderismo, la naturaleza y la gastronomía. De hecho, se dice que es de las islas que más recorridos a pie ofrece. Si te apasiona andar, conectar con la naturaleza, la observación astronómica, la aventura y el buceo… este es tu lugar.  

Rutas de senderismo en La Palma

Roque de los Muchachos

Ya sea andando o en coche, una de las primeras paradas al llegar a la isla tiene que ser el mirador del Roque de los Muchachos. Es conocido por sus maravillosas vistas, por ser uno de los lugares con mejor cielo para la observación astronómica y por estar en el punto más alto, a 2426 metros sobre el nivel del mar.

El sendero que abraza el Roque de los Muchachos forma parte de varias rutas ya que desde allí se puede llegar hasta el Espigón del Roque, Pico de la Cruz, Pico de la Nieve o el refugio del Pilar. Todas ofrecen una experiencia distinta pero a la vez similar, ofreciendo la posibilidad de caminar por senderos en los que parece que vas flotando, por encima de las nubes y un poco más cerca de “tocar” el cielo. Si tengo que recomendar una para poder comenzar a explorar la zona sería la ruta que va hasta el Espigón del Roque.

La ruta que llega hasta Espigón del Roque es una ruta apta para todos, fácil, sencilla y una muy buena primera toma de contacto con la isla. Es lineal y en total se tarda una hora en completarla aproximadamente. Si te animas a llegar hasta el mirador podrás disfrutar de vistas panorámicas a toda la isla y, si el día es claro, se puede llegar a divisar la isla de Tenerife y La Gomera.

Desde el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico se recomienda tener cuidado si se visita en invierno (posible presencia de hielo), no aventurarse a realizar el camino si se tiene vértigo y traer protector solar. Por último, también se aconseja madrugar para poder visitarlo sin niebla (a veces, durante los mediodías suele acumularse algo).

Si por el contrario te apetece probar una ruta algo más larga (9 Km) pero que siga siendo de dificultad media-baja, se recomienda la ruta que va desde el Roque de los Muchachos hasta Pico de la Cruz. El parking también sería el mismo que para ir a Roque de los Muchachos y es una ruta preciosa con la que se disfruta de la caldera y el cráter, se pasea entre telescopios por encima de los 2.000 metros de altura y desde donde poder sacar fotografías asombrosas.

Ruta hasta la Cascada de colores

Es una ruta más exigente pero el premio lo merece, ya que se llega hasta una de las cascadas más bonitas de todo el país. Hablamos de una cascada de colores (gracias a los minerales), artificial (ya que se creó con el fin de contener el agua que bajaba de la caldera y poder aprovecharla) y donde los colores y tonos van cambiando según la época del año (depende de si las lluvias son más o menos intensas).

Su recorrido es de aproximadamente 13 Km y, aunque hay dos rutas para conocerla, recomiendo decantarse por la ruta que comienza en el mirador de los Brecitos ya que va de bajada. Tiene bastante sombra, lugares en los que refrescarse, está muy bien señalizada e incluso en varios de los carteles se pueden encontrar códigos QR para conocer más del Parque Nacional Caldera de Taburiente (aunque a veces la cobertura puede fallar bastante).

Túneles excavados en piedra que conducen a Nacientes de Marcos y Cordero

Es también conocida como la “ruta del agua” ya que trascurre justo en paralelo al canal que recoge las aguas en la caldera de Marcos y Cordero. Los pinos, la laurisilva y el agua acompañan durante todo el camino por lo que es una muy buena opción para hacer esos días de más calor y refugiarse del sol.

El sendero comienza en la Casa del Monte y recibe el nombre de PR-LP 6. Está muy bien indicado y la verdad es que es muy entretenido ya que durante la ruta se ha de pasar por trece túneles que han sido excavados en la roca. Todos están señalizados y, como no tienen luz, se recomienda traer alguna pequeña linterna y un chubasquero o ropa que quizás no te importe mojar. Se construyeron sobre los años 30 para poder aprovechar el potencial energético de los nacientes y, una vez llegados al último túnel, descubrimos el naciente de San Marcos y Cordero apareciendo de la tierra.

Es una ruta sin muchas dificultades (bastante plana), dura alrededor de tres horas y si se quiere alargar se puede hacer siguiendo el “camino largo” hasta el barranco de los Tilos y el centro de visitantes. Para ello se recomienda reservar todo el día y el nivel de dificultad subiría un poco más.

Ruta circular Las Tricias – Cuevas de Buracas

La última de las rutas de senderismo en La Palma que recomiendo no tiene nada que ver con ninguna de las anteriores. Es una de las más sencillas y permite conocer un poco más la cultura de los palmeros y palmeras, dura aproximadamente dos horas y pasa entre huertos, fincas, campos y dragos centenarios.

Dice la leyenda que los dragos son el lugar donde los dragones depositan sus almas, puede que sea o no verdad pero lo que es cierto es que justo en Las Tricias se encuentra la mayor concentración de dragos de todo el archipiélago. ¡Una muy buena razón para decantarse por esta opción de ruta!

Arranca en el pueblo de Las Tricias, una aldea rural muy tranquila, alejada de grandes urbes y rodeada de barrancos y almendros (que cuando hacen flor son preciosos y tiñen todos los alrededores de blanco y rosa). Poco a poco el camino va dejando atrás la pequeña población y se van conociendo los alrededores, siempre teniendo contacto visual con el Atlántico, hasta llegar a las cuevas de Buracas y varios petroglifos. Un asentamiento prehispánico muy interesante que se encuentra al alcance de todos.