Mi rincón favorito de Albacete

Fue el rincón de Albacete que más me sedujo durante el #ABexperience. El embalse de Arroyo Frío reúne las primeras aguas del río Guadalimar. Se ven, por decirlo así, los primeros pasos en turquesa de un cauce que irá a completar el Guadalquivir. Llovía y no importó. Hacía frío y no importó. Me hubiese quedado extasiado bajo la lluvia hasta la hipotermia. Que sí, que sí.

Volvíamos de ver el nacimiento del Mundo, dejamos atrás Riópar y aún la Sierra del Segura me tenía preparado el mejor paisaje otoñal que he visto hasta ahora. Llegaréis a Arroyo Frío siguiendo el camino hacia Cotillas, en el término de Villaverde de Guadalimar.

El otoño: ay qué color

Era la frontera entre Jaén y Albacete y en lugar de olivos nos encontramos el otoño. Amarillo, teja, verde. No era de otoño, aunque quedaba perfectamente, el turquesa del río Guadalimar. Por alguna razón injustificada creía que Albacete era todo llanura. Este paisaje no entraba en mis prejuicios.

Por eso quizás fui sorprendido violentamente. En Arroyo Frío vi un paraje al que de tenerlo cerca iría cada poco. ¿A qué?

Allí han dispuesto mesas con bancos de madera, a orillas del embalse. En verano, desconozco sus colores, podría ponerme a remojo en aquellas aguas más propias de Formentera. Vería cómo los aficionados a la pesca extraen algunas truchas. Y daría sobre todo unos paseos de auténtica introspección.

Aquello es el contacto con la naturaleza y tus pensamientos. Es un escenario que se amolda a todas tus reflexiones. Quizá las potencia. Me decía el dueño de las Salegas del Maguillo, mientras nos mojábamos bajo la lluvia, que se hubiera quedado allí toda la tarde. Lo dijo como compartiendo un momento íntimo, porque allí todo lo que pasa parece que ocurre de un modo exclusivo en el interior de las personas.

Después probablemente me fuera a comer al restaurante de las Salegas, para quitar el frío húmedo del otoño con aquella Olla de Aldea que estuvo cociendo durante 4 horas. Y si me quedaran ganas de más exuberancia natural, llegaría hasta el nacimiento del río Mundo, apenas a 20 kilómetros de distancia.

Y para ti, ¿cuál es tu rincón favorito?

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