7 miradores para disfrutar de las vistas más bellas de Portugal

18.06.2019

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6min. de lectura

Monsaraz
Por aroxopt

A veces hay que distanciarse algo más, subir, encaramarse a una terraza, buscar aunque solo sea una ventana para poder ver con más detalle los lugares y los paisajes. Lo mejor es tener cerca un buen mirador que, según define el diccionario, es un espacio que sirve para explayar la vista. Solo desde más arriba se alcanza a comprender el urbanismo de una ciudad y sus barrios, o se llega a ver el horizonte en el mar o el paisaje de montañas que nos empequeñece.

Estos miradores de Portugal son buena muestra de todo ello. Los hay que aprovechan los muros de un castillo, que dan al mar, o que se alzan desde plataformas de vértigo. Todos ellos nos dan las mejores vistas de Portugal.

1. Mirador São Pedro de Alcântara, Lisboa

Lisboa
Por Samuel B.

Tal vez sea el más famoso de los miradores de Lisboa. Y es que desde este ajardinado enclave se tienen las mejores vistas sobre Castelo de Sâo Jorge, Baixa y el centro de la ciudad. La belleza de este balcón se le debe a Pedro V, quien aprovechó parte del espacio destinado para la ampliación del aqueduto de Águas Livres.

Como este mirador seguirá en obras parte del 2019, la alternativa la encontramos en el mirador de Santa Lucía, que concentra como pocos rincones la atmósfera entre romántica y decadente de la ciudad. Sus azulejos, las parras y las buganvillas que florecen en una explosión de color suelen atraer a parejas, visitantes y pintores de Lisboa.

2. Castillo de Monsaraz

Castillo de Monsaraz
Por aroxopt

La belleza suele ser una impresión subjetiva, pero cuando la mayoría coincide, se convierte en algo objetivo. De ahí que Monsaraz pueda reconocerse sin complejos como la villa medieval con mejores vistas sobre el Alentejo.

Es verlo sobre la colina y pensar que el tiempo se detuvo hace muchos siglos atrás. Hay que comenzar andando por la rúa Direita hasta alcanzar el castillo del S. XII. Sólo quedan las murallas, el patio de armas y la torre del homenaje, suficientes atalayas como para contemplar la comarca del Alentejo y del Gran Lago de Alqueva, con la blancura del pueblo a nuestros pies. A poder ser, mejor con el atardecer.

3. Mirador de Cabo Girão- Rancho, Madeira

Madeira
Por Dirk Klaassen

Para encontrar el mirador más espectacular de Portugal hay que dejar el continente y viajar a Madeira, esa especie de paraíso floral en medio del Atlántico. Basta verlo para comprender que el de Cabo Girão es de vértigo: está a 580 metros de altura y consiste en una plataforma de vidrio.

Lo primero que suele hacer la gente al pisar la plataforma de vidrio es dar unos pequeños pasos inseguros, como probando que todo eso no vaya a quebrarse y acabemos en el fondo del acantilado, el más alto de Europa. Pero no, resiste. Lo segundo es fotografiar los pies en el vacío. Ya finalmente, observar con calma y deletie el paisaje bellísimo de Madeira y del océano infinito.

4. Mirador desde Castelo Dos Mouros, Sintra

Castelo dos Mouros
Por NickMo

Vale la pena caminar hasta este castillo, encaramado en lo más alto de la sierra. Se ubica cerca de la entrada al palacio da Pena y se puede llegar a pie a través de un maravilloso paseo de unos 40 minutos por el entorno boscoso. La fortificación fue construida en el siglo IX como enclave contra las invasiones musulmanas. Fue ampliado a lo largo de los siglos en diferentes ocasiones hasta tener el aspecto actual: dos cinturones de murallas que se adaptan al escarpado terreno a través de escaleras y subidas.

Las vistas no faltan a lo largo del recorrido. La panorámica es como para quedarse todo el día, siempre y cuando el viento que acostumbra a correr en la zona no sea excesivamente gélido: la elegante villa de Sintra, en frente el palacio da Pena y al fondo la inmensidad del océano Atlántico.

5. Mirador de Suberco, Nazaré

Nazaré
Por José Luis Filpo Cabana

Nazaré ha pasado de pequeña villa pesquera a capital del surf extremo en relativamente pocos años. Afortunadamente, el paso a la fama no ha roto el encanto del lugar. Si miramos hacia el mar, a nuestra derecha se alza el promontorio rocoso que ocupa el barrio de Sítio, el origen antiguo de la ciudad. Ahí está la pequeña ermita de la Memoria formando junto a la iglesia de Nossa Senhora da Nazaré el conjunto del Santuario

El mirador de Suberco se alza 110 metros sobre el mar. El funicular que podemos usar para alcanzarlo ya revela las afortunadas vistas que se tendrán desde él. Se contempla a la perfección Nazaré, la ciudad baja y su playa. El plan es un imprescindible con el ocaso. Sólo entonces se puede disfrutar de los colores cambiantes a medida que el sol se va poniendo en el horizonte.

6. Mirador del Bom Jesús, Braga

Magra
Por Briseida

Nadie dijo que disfrutar de las mejores vistas fuera algo sencillo. Esta es la advertencia que hay que hacer antes de recomendar subir unos cuantos centenares de peldaños. A cinco kilómetros del centro de Braga se encuentra el Santuario de Bom Jesus do Monte del que, tal vez, sus escaleras sean las más fotografiadas de todo Portugal. Son barrocas, hacen un zigzag y salvan un desnivel de 116 metros.

Pero que no cunda el pánico. Ante la dificultad siempre hay una alternativa. En este caso, se trata de un peculiar funicular de cremallera, el más antiguo de Europa entre los de contrapeso hidráulico. Es bonito ver la ciudad desde arriba conforme llega el atardecer. ¿El plan perfecto? Pues subir en el funicular, ver las vistas y bajar caminando por las monumentales escaleras.

7. Castillo de Monsanto

Monsanto
Por leoks

Este es el mirador más fronterizo de Portugal. Aquí se vivieron batallas entre españoles y portugueses, pero de eso ya solo se habla en los libros de historia. Hoy, el Parque Natural Tajo Internacional reúne municipios de un lado y del otro alrededor del Tajo, demostrando que eso de las fronteras solo están claras cuando se dibujan en un mapa.

El conocido popularmente como “la aldea más portuguesa de Portugal” constituye un excelente mirador sobre los montes bajos de la frontera. No es para menos cuando se encarama sobre una atalaya de granito a más de 750 metros de altura. Su punto más alto son las ruinas del castillo templario, desde el que se domina toda zona casi hasta el infinito y más allá.

José Alejandro Adamuz

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