Monopoly España: el juego para viajar sin moverse de casa
Escrito por
18.03.2020
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Hoy en día, casi todos los hogares están surtidos de todo tipo de distracciones que se pueden disfrutar de manera individual. Plataformas de streaming surtidas de tantas películas y series que parecen infinitas, juegos para el móvil, videoconsolas, televisión y hasta libros (sí, siguen existiendo).
Los juegos de mesa que reunían a familias y grupos de amigos para enzarzarse en competiciones -muchas veces acaloradas- parecen haberse quedado relegados al fondo del armario, como si la tecnología hubiese borrado el recuerdo de lo divertidos que son.
Un clásico de los clásicos es el Monopoly, apto para niños de a partir de 8 años aproximadamente (es importante saber hacer cálculos matemáticos básicos). El objetivo del juego es comprar y vender propiedades para acabar siendo el más rico del tablero y así ganar la partida.
Hay zonas más cotizadas que otras y cartas que modifican el desarrollo de la sesión para poner a prueba la capacidad de los concursantes para amasar una buena fortuna invirtiendo correctamente y arruinando a los adversarios. Viene muy bien para explicar el sistema capitalista a los más pequeños mediante la diversión.
De hecho, esa intención fue la que propició el nacimiento del Monopoly. En 1903, la diseñadora de juegos -entre otras muchas cosas- Elizabeth Magie se inventó el pasatiempo The Landlord’s Game (El juego del propietario en castellano) para explicar a la población las ideas del economista Henry George, al que ella misma seguía y que, curiosamente, iban más bien en contra del monopolio.
La patente del juego acabó en manos de la compañía Hasbro en 1991, después de numerosas turbulencias empresariales. Siguen siendo sus fabricantes a día de hoy y a lo largo de todos estos años han ido sacando diferentes versiones del producto para adaptarlo a los tiempos y estimular las ventas, claro.
Algunas de esas variantes son el Monopoly Tramposo, el Monopoly Junior, el Monopoly Juego de Tronos, el Monopoly Fornite o el Monopoly Gamer Mario Kart. Pero una de las que más despertó el interés en el país fue, lógicamente, el Monopoly España cuya última edición salió a la venta en 2018 después de una encarnizada batalla (simbólica) entre pueblos y ciudades españolas.
Te cambio un pueblo por dos ciudades
El 17 de enero de 2018 Hasbro creó una página web para que los interesados en el tema votasen qué pueblos y ciudades querían que salieran en el tablero de dicha versión del Monopoly. El juego centrado en la geografía española había tenido una primera versión en 2009, pero por aquel entonces las vías de comunicación no eran tan numerosas como ahora y se registraron ‘solo’ 400.000 votos. En 2018, superaron los 16 millones en dos meses.
Las peticiones de los competidores para conseguir votantes se extendieron por Facebook, Twitter, Whatsapp y cualquier canal de difusión posible. En este tipo de concursos siempre surgen anécdotas divertidas o sorprendentes y en este caso los protagonistas fueron dos pueblos a los que calificar de pequeños sería generoso. Pedroso, situado en La Rioja, no llega a los 80 habitantes y en Arevalillo de Cega en Segovia, vivían 24 personas en 2019 según el INE. Y sin embargo, cada uno consiguió más de dos millones de votos gracias a la capacidad de movilización online de sus promotores.
En el juego hay dos casillas para los municipios de menos de 50.000 habitantes y las 20 restantes para las que superen esa cifra censal. Pero cada persona podía votar las veces que quisiera en la web, así que los partidarios de los dos pueblos diminutos invirtieron mucho tiempo en promocionarlos. Hay que tener en cuenta que aparecer en el tablero de un juego tan popular es una buena publicidad para atraer a visitantes.
Pero, además de poder comprarlos simbólicamente ¿tienen algún interés en particular como para apuntarlos en la lista de “lugares que visitar”?
Pues Arevalillo de Cega, además de estar en la tierra del sabroso cochinillo, está ubicado en un entorno natural por el que transcurre el río Cega y en el que hay dos cuevas de la Edad de Bronce: la de Jaspe y la del Tocino.
Además, también tiene una iglesia dedicada a San Mamés con un ábside románico y aún conserva casas de piedra antiguas, típicas de la zona. Asimismo, las nuevas construcciones han respetado la arquitectura tradicional.
Por su parte, Pedroso está situado en el alto de Najerilla, en la sierra de La Rioja. A menos de 15 kilómetros se pueden visitar los monasterios de Valvanera y los de San Millán de la Cogolla (San Millán de Suso y San Millán de Yuso).
También está cerca el pueblo Anguiano, cuya fiesta de La danza de los zancos está considerada Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial. En ella, varios jóvenes del sitio bajan dando giros por una de sus cuestas empedradas subidos en zancos de medio metro y ataviados con faldones amarillos, enaguas y castañuelas, entre otros detalles.
En el mismo Pedroso pueden visitarse dos cerezos recogidos dentro del Inventario de Árboles Singulares de La Rioja y varias ermitas e iglesias. Además, los amantes de los frutos secos pueden deliciarse con las nueces autóctonas que tienen su propia marca distintiva: La nuez de Pedroso.
¿Qué más se puede comprar?
La lista de los 22 municipios es muy variopinta. Es cierto que cada lugar tiene su encanto, pero hay algunos en los que es más evidente que en otros. Si el jugador o jugadora se guía por “lo bonito” podría hacerse con Mijas (Málaga), Utrera (Sevilla), Salamanca (Salamanca) o Mérida (Badajoz), por ejemplo.
Aunque ese factor no ha sido el más decisivo, ya que los primeros cinco en número de votos fueron: Estepona (Málaga), Alcobendas (Madrid), Alcorcón (Madrid), San Fernando (Cádiz) y Elda (Alicante). De nuevo, para gustos los colores. Y las calles.
Carmen López