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Los ríos siempre han estado relacionados con la historia de la humanidad. Incluso han sido elevados a la categoría de dioses, como ocurre con el río Nilo, hijo de Océano y Tetis, por ejemplo.
Sucede algo fascinante con los ríos: es evidente el lugar donde desembocan, pero no lo es tanto dónde nacen, por lo que la búsqueda de sus fuentes ha constituido algunas de las aventuras más apasionantes de la historia de los viajes.
Además, dado que suelen ser enclaves aislados, son paisajes de gran belleza. Iguales a los de estos espectaculares nacimientos de algunos de los ríos de España más importantes.
El Miño, en Pedregal de Irimia (Lugo)
El lugar donde nace el Miño estuvo rodeado de polémica hasta hace relativamente poco. Durante tiempo se debatió si era en la laguna de Fonmiñá o si bien era en el Pedregal de Irimia. Parece ser que éste último es el más seguro como fuente principal.
El Pedregal de Irima está a escasos kilómetros de la villa de Meira, al norte de la provincia de Lugo y un monolito lo señala en el camino. En él hay una placa con el célebre poema que Avelino Díaz dedicó al río Miño y que escribió desde la ciudad de Buenos Aires, a la que había emigrado. Pero ocurre que los ríos de la infancia no se olvidan nunca.
En realidad, este pedregal es una larga morrena glaciar de unos setecientos metros. Si se camina por encima de este río de piedras se puede oír, como si fuera un maravilloso secreto, el rumor de las aguas debajo de nuestros pies. De ahí, a su desembocadura en el Atlántico, todo un viaje de vida por tierras gallegas.
El Ebro, en Fontibre y pico Tres Mares (Cantabria)
Tradicionalmente se había considerado que el Ebro, el segundo río más largo de España y el más caudaloso, nacía en Fontibre, manantial situado a 880 m de altitud en el municipio de Hermandad de Campoo de Suso, en Cantabria.
Sin embargo, investigaciones realizadas por el Instituto Geológico y Minero de España localizaron que el afloramiento de Fontibre tiene, en realidad, su origen en el río Híjar, que nace a su vez en el circo de pico Tres Mares, a 1.880 m de altura. Aunque así dicho parece inaccesible, llegar hasta el mirador del Chivo, desde el que hay vistas espectaculares sobre el pico, es muy sencillo si seguimos la CA-916, la carretera más alta de Cantabria.
Pero como la tradición viene de largo –no obstante, el topónimo deriva del latín Fontes Iberis (“fuentes del Ebro”) y ya fue citado por el mismísimo Plinio el Viejo– son muchos los que se acercan a Fontibre a ver “nacer” al Ebro.
Es un nacimiento con aspecto de domesticado, pues el agua va surgiendo lenta, con la brevedad de un murmullo. Pero la zona está adaptada con un parking y un área de picnic con diferentes rincones bucólicos donde pasar el día. Por aquí pasan muchos peregrinos que hacen el Camino Francés en Logroño y que no quieren perderse el nacimiento de este importante río.
El Tajo, en Frías de Albarracín (Teruel)
Entre Castilla-La Mancha y Aragón, casi en el medio exacto, nace el Tajo, que con 1.008 km de longitud es el río más largo de la Península ibérica. Lo hace a 1.593 metros de altura, en los montes Universales, en la sierra de Albarracín (provincia de Teruel).
Pero es un poco más abajo, en el paraje conocido como Fuente de García, dentro del término municipal de Frías de Albarracín, donde se señala su nacimiento oficial.
No hay pérdida posible. A pocos metros de la carretera A-1704, una enorme estatua marca el camino a seguir. La estatua forma parte del conjunto escultórico que marca el yacimiento del río y simboliza a un gigantesco “padre Tajo” coronado por una estrella, en referencia a las nieves que lo alimentan en las cumbres.
Sus barbas son las fuentes de las que mana el río y que se prolonga hasta la base de la figura. Junto al conjunto hay un pinar agradable donde descansar antes de seguir ruta a través del GR 10.1 por los paisajes de la sierra de Albarracín.
El Nervión, en la sierra de Gibijo (Álava)
El nacimiento del río Nervión es la atracción natural principal del municipio de Orduña, en Vizcaya. Y no es para menos, en el Monumento Natural del Monte Santiago nos espera el salto de agua más alto de toda la Península ibérica: el Salto del Nervión, con más de 200 metros de caída. Un auténtico espectáculo, sobre todo, cuando es temporada de lluvias.
Un trayecto de pequeño recorrido (PR – BU 42) de no más de 4 km, y que se puede recorrer en bicicleta en poco más de hora y media, nos llevará hasta esta espectacular paraje y otros rincones mágicos de Las Merindades. El camino arranca en la Casa del Parque de Monte Santiago, a un paso del segundo parking del Salto del Nervión.
De vuelta a Orduña, la mejor forma de recuperar fuerzas será a base de los fantásticos pintxos que se suelen servir en la barra de algunos bares de la localidad, acompañados de un buen txakolí, escanciado a unos 20 centímetros, como un pequeño Salto del Nervión.
El Guadalquivir, en Cañada de la Fuentes (Jaén)
El Guadalquivir, el gran río andaluz que nace en la provincia de Jaén y cruza tierras de Córdoba y Sevilla hasta desembocar en la costa de Cádiz, debe ser uno de los ríos más loados por parte de poetas españoles de todos los tiempos.
Ya Anacreonte (560-478 a.C.) lo mencionó en un verso, y Jorge Manrique se debió inspirar en él para aquellos ríos que iban a parar a la mar, y Antonio Machado, o los hermanos Álvarez Quintero.
Precisamente, de estos últimos son los versos que se leen en la placa que señala el lugar “oficial” del nacimiento del Guadalquivir en Cañada de las Fuentes (en Quesada, Jaén), donde confluyen varios de los arroyos que descienden desde las montañas de la sierra de Cazorla.
Desde Quesada podemos adentrarnos al Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y las Villas, hasta el Puente de las Herrerías, declarado Bien de Interés Cultural. Desde allí hay 11 km siguiendo el camino principal hasta el nacimiento. Hay muchos que lo hacen en coche, pero ya puestos, vale la pena hacerlo mejor caminando para disfrutar de este bello paraje.
El Llobregat (Castellar de n’Hug, Cataluña)
Érase un pueblo pegado al nacimiento de un río. O, al menos, esa es la sensación que se tiene al llegar a Castellar de n’Hug, a 1.259 m de altitud, en la sierra del Cadí. El entorno natural que ocupa este pequeño pueblo de cuidado entramado de piedra es de gran belleza, con el Pedraforca recortado en el horizonte y las cimas del Puigllançada y la Tossa de Alp más cercanas.
Llegar al nacimiento del Llobregat, uno de los ríos más importantes de Cataluña, es sumamente fácil. Tan sólo hay que seguir el sendero empedrado y bajar (y, por supuesto, luego subir) las escaleras que ayudan a vencer el pronunciado desnivel.
Poco más de un kilómetro desde el parking del pueblo y alcanzaremos sus fuentes. También se puede llegar directamente en coche, pero digamos que pierde parte del encanto, que es disfrutar caminando a través de la naturaleza.
Para los más curiosos, en Castellar de n’Hug hay un museo dedicado a los pastores. En la zona se trata aún de una actividad muy importante, como se demuestra cada verano con el popular Concurso Internacional de Perros de Atura. Sólo entonces las fuentes del Llobregat dejan el protagonismo de lado.
El río Mundo, en Riópar (Albacete)
En medio del silencio, se escucha el rugido proveniente del reventón del río Mundo, una enorme cascada de más de 100 metros de altura de espectacular belleza. Siempre vale la pena alcanzar un espectáculo natural así.
Y más si es fácil llegar. Desde el aparcamiento se sube por un sendero perfectamente delimitado. Se recorre algo menos de un kilómetro hasta tocar las pasarelas desde las que se ve la cascada. Pero lo mejor lo encontraremos al seguir el camino hasta la cueva.
Y es que la cueva de los Chorros brinda un espectáculo único en España. Sobre todo al inicio de la primavera, cuando llega el deshielo. Entonces, la fuerza con la que sale el agua al exterior desde la cueva kárstica es excepcional. Eso sí, descubrir los secretos de su interior está reservado solo para unos pocos cualificados y requiere organizar la visita.
Pero sí podremos conocer otros secretos del Parque Natural de Calares del Mundo y de la Sima si acudimos al centro de interpretación que hay en la cercana población de Yeste, donde la historia de la región se hace evidente a cada paso.
José Alejandro Adamuz
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Falta mencionar el nacimiento del río borosa, afluente del Guadalquivir en el parque natural de Cazorla, Sugura y la villas, en la provincia de Jaén.
Y el nacimiento del Río Cuervo, en la Serranía de Cuenca.
Y un pequeño riachuelo que quizás no le suene a todo el mundo: el Duero, en losnpicos de Urbión, Soria.Debe ser más importante el río Mundo o el Llobregat con todos mis respetos…
Quizás el autor no busque la importancia del río, sino la belleza según su parecer, del nacimiento. Y para definir belleza hemos de contar que el gusto es muy subjetivo. Con todos mis respetos también.
Todos son válidos desde luego, ya sea por belleza del paisaje como por su valiosa función de dar vida, puesto que el agua es eso.
Como aragonesa añado el nacimiento del río Matarraña en la comarca del mismo nombre de Teruel. Hacer el camino de El Parrizal para llegar hasta el nacimiento merece el esfuerzo, y quedarse unos días por allí conociendo sus pueblos y patrimonio más aún.
Y el Rio Pitarque, tambien por la zona del Maestrazgo.
El nacimiento del rio Pitarque
RIO DUERO, nace en Soria, en los Picos de Urbión, junto a la Laguna Negra, espectacular los lugares….
Uno de los nacimientos más bonitos y espectaculares que he visto.
Los Rios españoles tienen todos unos paisaje maravillosos
El río Cifuentes nace en jun manantial medio de la Vila de Cifuentes, recorre unos 1o Km, pasando por Gargoles de Arriba y Gargoles de Abajo.con un precioso puente y alameda. Desemboca en el Rio Tsjo, en Trillo…, hace algunas cascadas… aguas frías cristalinas…. Una hermosura ☘️☘️
Son una maravilla, los que nombran y los que no