El olivo de Gorga en cuyo interior vivió una familia
Escrito por
13.03.2023
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A mediados de la década de los 80, comenzó a emitirse en España una serie de dibujos animados que descubrió al público infantil –y a sus progenitores– un secreto de la naturaleza. En el bosque viven unos seres de no más de 15 centímetros de altura y una longevidad de unos 400 años, ataviados con gorros largos y que no se dan besos con la boca, sino con la nariz. Son los gnomos y su representante televisivo es David, el más anciano del lugar, que tenía unas características que a muchos aún les resonarán en la mente gracias a la canción de cabecera: “soy siete veces más fuerte que tú /muy veloz y siempre estoy de buen humor”.
Otra de las peculiaridades de los gnomos es que viven en madrigueras o casitas hechas en los troncos de los árboles (también lo decía David: “aquí en el bosque soy feliz / bajo un árbol vivo yo /junto a su raíz”) no muy grandes, pero apañadas. Nadie ha visto nunca a un gnomo en la vida real –habrá quien diga que sí– aunque sí se sabe que una familia vivió en el interior del tronco de un árbol arraigado en Gorga, un pueblo de Alicante.
Ese grupo de personas se alojó allí a principios del siglo XX y a día de hoy aún tiene puerta y ventanas. El diámetro del tronco mide más de 13 metros y sobrepasa los 7 metros de altura. Tal y como está el mercado del alquiler a día de hoy, es posible encontrar apartamentos más pequeños que este espacio a un precio desorbitado: quién sabe si los troncos de los árboles se pondrán de moda entre los humanos también, aunque puede que a los gnomos no les haga mucha gracia la gentrificación.
El árbol, que tiene más de 2.000 años, ganó en 2010 el IV premio al mejor olivo monumental que concede la Asociación Española de Municipios del Olivo. En su comunicado, la organización declaró que: “Este olivo encarna la esencia milenaria del árbol más mediterráneo a la vez que sirvió, literalmente, de morada y hogar para una familia a principios del siglo XX, lo cual es probado con una antigua y romántica fotografía de época. En la actualidad aún sigue siendo refugio de pastores y paseantes los días de tormenta”.
Además, también especifican que: “A pesar de su edad tiene una cosecha media anual de más de 200 kg de aceituna”.
Rosa Ferrándiz es la actual propietaria del olivo y matiza a EscapadaRural que: “No es un refugio, tiene la peculiaridad que su tronco es hueco y dentro se aprovechó para hacer una especie de bancos”. Es decir, su entrada está abierta y dentro del tronco pueden sentarse más de diez personas a imaginarse cómo sería vivir en él, ser un gnomo o a descansar. Las opciones dependen de cada persona.
Ferrándiz comenta que por sus características, este olivo bimilenario puede considerarse una atracción turística vinculada al pueblo y que recibe bastantes visitas. El área o partida en el que se encuentra se llama Subirats y la entrevistada comenta que: “Hay un dicho que ha pasado de generación en generación y dice ‘Subirats, Subirats que rico será el que lo encontrará’. No sé si es que hay un tesoro escondido o el tesoro es el propio olivo”.
Qué ver en Gorga
Además del olivo, el pueblo tiene numerosos atractivos. Según desgrana Ferrándiz, lo primero por lo que destaca es por su ubicación y paisaje: “Es un valle [el de la Seta] rodeado de sierras espectaculares como la Serrella, Aitana y Alfaro”. Este entorno lo hace atractivo para los aficionados al senderismo, ya que hay numerosas rutas de montaña.
Una de ellas es la que lleva al pico de Pla de la Casa, que se sitúa a más de 1.300 metros de altura en la mencionada sierra de la Serella. Su nivel de dificultad se sitúa entre medio y difícil, así que es necesario tener experiencia en este tipo de actividades. Para quienes no lleguen a tal nivel, también hay recorridos más suaves para conocer los bancales y otras de las características orográficas de la zona, como el río Seta.
Además, también destaca: “La iglesia parroquial dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, que cuenta con retablo atribuido a Juan de Juanes y un órgano de tubos de viento”. Su construcción data de 1742. Otra de las construcciones interesantes de la localidad es el palacio que antiguamente perteneció a los Marqueses de Ariza y que se encuentra en la Plaza Mayor que, por supuesto, es de visita obligada.
Asimismo, también cuenta con un “acueducto levantado con piedra de gran valor histórico”, señala la dueña del olivo, que completa su declaración señalando que: “Es un pueblo bien comunicado con las ciudades y que conserva servicios básicos como médico, farmacia, panadería tradicional, peluquería, tienda de abastos, bar e incluso pub y, de momento, con bastante gente joven”.
Para disfrutar de la gastronomía de la zona, hay que buscar algún sitio en el que oferten los siguientes platos: pericana, que es una mezcla de bacalao con pimientos rojos; la olleta, un guiso de pata, morro, panceta de cerdo, arroz, habichuelas blancas, lentejas, cardo y acelgas; o la borreta, otra receta hecha con espinacas, bacalao, patatas, pimiento rojo seco y un huevo por persona. Todo elaborado, por supuesto, con aceite de oliva.
Carmen López
Soy periodista y escribo sobre cosas que importan en sitios que interesan desde hace más de una década.
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Dice la autora: » En el bosque viven unos seres de no más de 15 metros de altura …» me ha hecho una gracia tremenda, porque me imagino a David el Gnomo y a su esposa intentando meterse, con sus 15 metros de altura, en ese hueco del olivo y se me ha escapado una carcajada… recuerdos de la infancia, ya sabéis.
A pesar de ese «problema» que seguro tenga que ver con el «corrector», el artículo me parece una maravilla, al igual que el árbol que nos descubre.
Fabuloso !!!, he quedado fascinado después de leer la nota.
Sería asombroso si tuviera 13 metros de diámetro.
Apostaría a que son 13 metros de perímetro.
Hay que prestar algo de atención a lo que se lee y se escribe.
Saludos