Nuestro país oculta varios tesoros en forma de antiguos barcos, avionetas e incluso cerámicas en el fondo del mar. Algunos son más accesibles (dependiendo de su profundidad), otros cuentan historias y relatos del pasado muy interesantes y otros, en cambio, se han convertido en importantes arrecifes naturales que llegan a atraer vida marina.
Sea como sea y por norma general, siempre solemos estar atraídos por naufragios. Una de las películas más taquilleras de la historia es Titanic, que narra su fatídico viaje de inauguración al chocar contra un iceberg. No nos extraña el particular interés en la temática ya que los restos de un barco, los lugares menos accesibles y abandonados suelen estar en el ranking de cosas que más llaman la atención.
En esta ocasión queremos conocer un poco más esos pecios hundidos que tenemos al lado de casa y que son más accesibles y fascinantes. Esos que dejan sin palabras, que te hacen sentirte el protagonista de una película y que se encuentran en mejor estado. De todos modos, ya te avanzamos que ninguno es alcanzable sin la titulación adecuada y que antes de hacer una inmersión debes contactar con alguna escuela de buceo de la zona para saber requisitos, si quizás se hacen excursiones conjuntas, etc.
Tengas o no la titulación, te recomendamos seguir leyendo este artículo para alucinar con todo lo que engloba este mundillo (coral fijado en la estructura, más probabilidad de ver varias especies como las rayas o bancos de peces, deterioros, cómo llegaron al fondo del mar, etc.)
1. SS Stanfield, Cabo de Palos, Murcia
El SS Stanfield es quizás uno de los que más impresionan y de los que más ha dado de qué hablar. Se encuentra a 56 metros, solo pueden acceder submarinistas técnicos y se ha cobrado alguna que otra vida. En 2015, sin irnos más lejos, se halló el cuerpo sin vida de un buceador británico que se encontraba en su interior.
Tal y como se explica desde el GEAS (Grupo de Especialistas de Actividades Subacuáticas): “En toda la zona de Cabo de Palos siempre hay algo de corriente y a esto se le suman los peligros de explorar cualquier pecio. Entre los principales factores de riesgo encontramos el poder quedarse enganchado con la estructura, quedarse atrapado, darse un golpe o incluso hacerse un corte. Tampoco podemos olvidar la profundidad, que en este pecio puede llegar a jugarnos una mala pasada”.
¿Por qué este antiguo carguero mercante es uno de los más conocidos? La respuesta es simple pero también complicada. Existen tres teorías que recogen los posibles motivos de su naufragio: que chocara contra el suelo marino de Cabo de Palos, que lo alcanzara un torpedo de un submarino alemán o que colisionara con otro buque. La respuesta sigue siendo una incógnita aunque varios ingenieros y especialistas afirman que pudo haber sido la combinación de un torpedo y, en consecuencia, el posterior impacto contra el suelo marino.
2. Don Pedro, Ibiza
Es uno de los más grandes de Europa y lo encontrarás a una profundidad mínima de 26 metros y una máxima de 47 metros. Este buque de carga yace sobre las aguas del puerto de Ibiza, era el encargado de realizar la ruta Ibiza-Denia y se hundió después de chocar contra el bajo de un islote en 2007. Su hundimiento fue uno de los más rápidos ya que en tan solo hora y media ya estaba completamente hundido con toda la carga que transportaba.
Tiene más de 140 metros de longitud y se requieren varias titulaciones para poder hacer una inmersión. Entre los requisitos se encuentra tener la titulación Advanced Open Water, ser buceador de NITROX y un número mínimo de inmersiones registradas. Tal y como explica Paulo Peixoto, ingeniero, buceador y propietario de Scuba Ibiza a La Vanguardia, “Nosotros organizamos una o dos salidas por semana al Don Pedro. Es muy atractivo y a muchas personas les tienta aunque no es una inmersión para iniciados, es más, en nuestro centro exigimos un nivel avanzado para bajar. Se ha de bajar con conocimiento y un ordenador de buceo”.
También comenta Paulo que normalmente se hacen dos inmersiones para poder conocerlo en su totalidad. La primera suele incluir la hélice de popa, camarotes y puente de mando y la segunda está más centrada en la proa.
3. Junker JU-88, Menorca
Para comprender qué le pasó al avión alemán Junker JU-88 hemos de retroceder hasta la Segunda Guerra Mundial. Era 1943 y el piloto y sus tripulantes venían de bombardear Argelia pero la aeronave se salió de su recorrido y se quedó sin combustible muy cerca de L’Illa de L’Aire. Sus integrantes lograron lanzar un mensaje de socorro y no hubo que lamentar victimas.
El avión descansa a 46 metros de profundidad y se ha convertido en uno de los aviones mejor conservados del Mediterráneo. Está en relativamente buen estado y la visibilidad suele ser bastante buena ya que las aguas de Menorca permiten que la luz llegue a esas profundidades. La cabina, motores, cuerpo y alas son perfectamente reconocibles pero no hay rastro de instrumentos en la cabina o hélices.
Para poder adentrarte a conocerlo en profundidad se necesitan varias inmersiones a la espalda y, aunque podría ser un buen arrecife natural rodeado de peces, lo cierto es que no se suelen encontrar muchos por sus alrededores.
Por último, me parece fascinante que hasta hace relativamente poco no sabían su paradero exacto. No fue hasta 2014 que las imágenes registradas por el instructor de buceo David Marqués Campillo lo confirmaron y el Junker JU-88 dejó de ser un misterio.
4. El “Titanic Gallego”, ría de Arousa
Santa Isabel fue un transatlántico que unía España y Francia con América del Sur, tenía 100 metros de eslora y su naufragio acabó con la vida de 83 personas. Chocó con las rocas cerca de la isla de Sálvora cuando se acercaba a repostar y buscar el resto de pasajeros para emprender un viaje hacia el nuevo mundo. Se dice que el capitán se confió al ver varias embarcaciones y modificó la ruta para llegar cuanto antes a puerto sin tener en cuenta la gran cantidad de rocas que abundan en la zona.
Es una inmersión para expertos, está a más de 50 metros de profundidad y suele ser visitada por fuertes corrientes. A modo curiosidad, tal y como se comenta en el documental ¡Hundidos! emitido en el canal 2, “Cuesta mucho de localizar incluso con la sonda ya que gran parte del metal que lo revestía se vendió como chatarra. A día de hoy es posible visualizar piezas de maquinaria, la caldera, anclas, hélices, cañerías e incluso azulejos y alguna botella”.
5. Boreas, Palamós
La historia del Boreas es muy diferente a las demás ya que fue puesto a propósito con el fin de crear un biotopo marino en las aguas de Palamós. Es un pecio que sigue teniendo peligro pero no tantos como los nombrados anteriormente ya que al estar expresamente preparado para ser hundido, se sanearon y eliminaron gran parte de los posibles puntos conflictivos o peligrosos para la seguridad de los futuros submarinistas.
Está a 32 metros de profundidad y para poder hacer esta inmersión es necesario un nivel avanzado. Hay bastantes plazas para poder conocerlo cada año y es una de las inmersiones técnicas más solicitadas y exitosas. El recorrido incluye visita a la hélice, cubierta de popa, sala de máquinas, cocina, cuarto del capitán y cubierta.
Alba Feliz
Redactora, productora audiovisual y graduada en turismo y dirección hotelera. Creo firmemente que viajar abre la mente y permite conocer otras realidades que quizás desconocemos. Me apasiona la fotografía analógica (la de toda la vida) y darle una oportunidad a los destinos menos conocidos.
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El Santa Isabel náufrago en isla de salvora no en un bajo de Corrubedo,es una información totalmente incorrecta.