5 charcos y piscinas naturales en Lanzarote para no salir del agua
Escrito por
14.07.2021
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La isla de Lanzarote cuenta con uno de los paisajes más extraordinarios del archipiélago canario. El marrón oscuro casi ocre de sus volcanes, que nos hace soñar con que hemos llegado a Marte, se funde con el negro de su malpaís y el azul turquesa del Atlántico. El blanco de sus pueblos, todos iguales por ley, solo se rompe con las puertas de las viviendas. Azules o verdes, como el mar. La tradición de estos colores la marcaron los pescadores, quienes aprovechaban la pintura de sus embarcaciones para vestir sus puertas.
Como isla, Lanzarote está rodeada de playas salvajes, prácticamente vírgenes y con poco oleaje. En algunas de ellas el agua está tan en calma que incluso parecen piscinas naturales. Los rompeolas y la lava solidificada en parte de su costa han provocado, además, la formación de pozas y charcos a orillas del mar donde ponerse a remojo y olvidarse del tiempo.
Estas son algunas de las piscinas naturales en Lanzarote que más nos gustan. Depende de la época estarán más o menos masificadas.
Los Charcones
Los Charcones son las pozas más fotografiadas de Lanzarote. Un conjunto de bañeras naturales creadas en la costa suroeste de la isla, no muy lejos de Playa Blanca, originadas por la erosión de las fuertes olas del mar sobre la lava volcánica solidificada. Las hay de diferentes tamaños y profundidades, aunque todas tienen en común sus aguas cristalinas.
Acceder a ellas no es sencillo, aunque son un premio. Están al norte del faro de Pechiguera, tras cruzar en coche por un camino sin asfaltar repleto de baches y de rocas (cualquier coche de alquiler puede cruzarlo sin estropearse, aunque habrá que ir despacio). Al fondo encontraréis un edificio abandonado, donde se puede aparcar. El inmueble iba a ser el Hotel Atlante del Sol. Fue levantado en los 70 por un inversor alemán que también quería construir un campo de golf, pero el proyecto no prosperó.
Desde el hotel abandonado se puede acceder a Los Charcones bajando por el acantilado.
Las piscinas naturales de Punta Mujeres
Punta Mujeres es uno de los muchos pueblos de pescadores blancos que salpican la costa noreste de Lanzarote. Un lugar tranquilo, con mucho encanto, donde todo el año huele a verano.
La costa que recorre el centro del pueblo carece de playas de arena, ya que su litoral es rocoso. Pero, en vez de desaprovecharlo, en él se han colocado escaleras y pequeños espigones que dan a unas piscinas naturales que hacen que no tenga nada que envidiarles al resto de playas de la isla. El agua proviene directamente del mar, por lo que si sumerges la cabeza incluso verás algún pez nadando a tu lado.
Como curiosidad, el nombre de Punta Mujeres ya aparecía en los mapas del siglo XVIII. Se cree que pudo haber sido adquirido después de que una embarcación de piratas franceses secuestrase a un grupo de mujeres a su paso por Lanzarote. Antes de volver a Francia, las soltaron desnudas en esta parte del litoral de la isla.
Charco del Palo
Charco del Palo es el paraíso de los naturistas. Un pueblo aislado en la costa noreste de la isla que fue fundado en 1970. En él se abrió el primer complejo naturista de Lanzarote y, desde entonces, tanto sus vecinos como los que lo visitan pueden sentirse libres de pasear por él y por su costa totalmente desnudos.
Originariamente, esta zona se llamaba Castillo del Papagayo pero, para evitar confusiones con la homónima playa, le cambiaron el nombre por los charcos que hay en su costa.
Charco del Palo cuenta con dos pozas de agua separadas por un pequeño muro de piedra volcánica que reciben el agua directamente del mar. Al igual que el pueblo, ambos charcos también son nudistas.
Caletón Blanco
Vale, es una playa. Pero gracias a su rompeolas del final, su agua turquesa está tan en calma que es como una piscina. La diferencia, y lo que lo hace más excitante, es que dependiendo de las mareas el agua estará más alta o desaparecerá hasta adentrarse en el mar abierto.
La playa está cubierta de lava volcánica solidificada. Cuando hay bajamar, en ella podrás ver varios círculos de piedras como si fueran corralitos donde los locales suelen meter sus cosas y tomar el sol. Estas curiosas formaciones se utilizan para tener más intimidad e incluso para hacer nudismo sin que nadie te vea. Hay que tener cuidado con la marea porque a veces el agua llega a cubrirlos por completo y sube tan rápido que es cuestión de minutos. No supone ningún peligro, pero como te despistes te llevarás tus cosas empapadas.
Aún así, se recomienda ir a Caletón Blanco con pleamar, ya que es cuando más agua hay. Esta piscina natural es perfecta para ir con niños.
Cueva del agua
Cueva del agua, también conocida como La olla, es una de las piscinas naturales más grandes de Lanzarote. También de las más salvajes, ya que está completamente rodeada de piedra volcánica. Aún así, hay hueco suficiente donde podemos poner la toalla y sentarnos a tomar el sol y secar.
Al igual que otras pozas, Cueva del agua también está aislada, entre Los Cocoteros y Charco del Palo. Al noreste de Lanzarote. Si tienes pensado saltar al agua desde las rocas ten en cuenta antes el nivel de la marea.
Todas estas pozas y piscinas naturales están en zonas rocosas, por ello es recomendable llevar escarpines o cangrejeras, para no hacernos daño a los pies. Son naturales, por lo que en ellas hay algunos animales marinos y crustáceos. Cuidado con no pisar un erizo de mar y, como siempre, intentemos respetar su hábitat.
Laura Fernández
Periodista, blogger y viajera. No necesariamente en ese orden. En ocasiones me despierto sin saber dónde estoy. Adicta a los cómics y a los noodles con salsa de cacahuete. Redactora en @escapadarural, colaboradora en la Conde Nast Traveler y en la Divinity. Mi casa: Meridiano180.