Un fino istmo de arena se alarga desde la playa de Covachos hasta la isla del Castro, como si esta última no quisiera desprenderse de la costa. Son las cuatro y media de la tarde y la marea está a punto de llegar a sus mínimos. En poco más de una hora, el nivel del agua comenzará a subir de nuevo y el ceñido camino que se adentra en el mar volverá a desaparecer bajo las olas. En el litoral cantábrico, las tablas de las mareas son la Biblia del bañista. Aquí, las playas aparecen y desaparecen en cuestión de minutos. Hay que tener mucho cuidado para no quedarse atrapado.
El tómbolo de arena es uno de los principales atractivos de esta peculiar playa virgen situada en las inmediaciones de Liencres, en la Costa Quebrada, Cantabria. Aunque no es el único. La playa de Covachos adquiere su nombre por las diferentes cuevas que se ha creado debido a la erosión del mar, el viento y el tiempo. Como la que nos da la bienvenida en la isla. Si te adentras en ella podrás conocer algunos de los habitantes de este paraíso perdido: especies marinas como erizos, cangrejos, caracoles, etc.
La playa está aislada, escodida entre enormes paredes rocosas de gran valor geológico. Tiene la misma forma que el arqueado oleaje, que arrastra la arena hasta la costa. Hace más de 120 millones de años, según el Parque Geológico de la Costa Quebrada al que pertenece, parte del actual territorio cántabro estaba bajo el mar. La Costa Quebrada se encontraba cerca de una de las islas del gran mar mesozoico, fue tomando forma con los materiales y organismos marinos que se fueron sedimentando a lo largo de su historia.
Actualmente, esta zona se caracteriza por el gran pliegue de roca, el sinclinal de San Román-Santillana, que se extiende desde Santander hacia el oeste haciendo que toda la costa y sus playas tengan formaciones rocosas peculiares.
La playa de Covachos, situada en la base de uno de los escarpados acantilados, es una de las más bonitas de la costa cántabra. Pues, además de cuevas y una isla desierta, por una de sus paredes cae el agua de un antiguo río, hoy arroyo, en forma de cascada. Debido a su ubicación y a que no es muy conocida, se trata de una playa nudista.
El galeón británico que naufragó al embestir contra la isla de Castro
En 1983, un submarinista de la zona se encontró entre la playa de Covachos y la isla de Castro los restos de un antiguo galeón británico. Según publicó El País aquel año, entré las piezas encontradas había ocho cañones de 2,60 metros, construidos y utilizados entre los siglos XVI y XVII; un ancla y dos grandes piezas de hierro.
Al parecer, el galeón pudo haberse hundido en enero de 1641. La galerna de aquellos días, tan frecuente en el mar Cantábrico, pudo haberle hecho embestir contra la isla cuando estaba tratando de alcanzar la playa. Los restos del pecio estuvieron ocultos bajo las algas y los corales durante años.
Las tareas de rescate de las piezas fue complicada, debido al fuerte oleaje y las condiciones metereológicas. No obstante, aquellas que fueron recuperadas fueron llevadas al Museo Marítimo del Cantábrico.
Cómo llegar a la playa de Covachos
La playa de Covachos no suele estar concurrida. Esto se debe, principalmente, a que acceder a ella no es sencillo.
En la parte superior del acantilado hay una senda que llega hasta las inmediaciones de la playa. Para descender hay un tramo con peldaños de hormigón. Sin embargo, debido a varios temporales que se han llevado la arena, estas escaleras no llegan hasta la base. Para poder llegar hasta el arenal hay que bajar por las piedras y ayudarse de una cuerda. Recomedamos llevar calzado deportivo con suela antideslizante.
La recompensa, no obstante, merece la pena: una cala tranquila, en la que algunos días podremos estar prácticamente solos, y en la que solo se oye el sonido de las olas y del agua de la cascada.
En la playa de la Arnía, situada justo al lado, hay un parking donde podemos dejar el coche. Luego solo habrá que seguir la senda que va por el litoral. La playa de Covachos es virgen, por lo que es conveniente llevar con nosotros agua y algo de comida. Aunque recuerda recoger después todos los residuos. Cuidemos nuestras playas y su entorno.
Avertencias para los no norteños:
Para poder disfrutar de la playa será necesario que haya marea baja, pues con pleamar no habrá arena -y tampoco podremos acceder a la isla del Castro-, además de que corremos el riesgo de quedarnos atrapados. Es importante saber a qué hora comienza a subir la marea (consulta las tablas de mareas), pues el nivel del agua avanza muy rápido.
No hay que olvidar que estamos en el mar Cantábrico, que se caracteriza por su fuerte oleaje. En la playa de Covachos no hay cobertura. Es perfecta para desconectar, pero en el caso de necesitar ayuda, no tendremos línea. Con esto no os queremos asustar, es una playa segura y durante los fines de semana de verano hay socorristas. No obstante, como con todo, hay que disfrutar de las cosas con sentido y precaución.
Laura Fernández
Periodista, blogger y viajera. No necesariamente en ese orden. En ocasiones me despierto sin saber dónde estoy. Adicta a los cómics y a los noodles con salsa de cacahuete. Redactora en @escapadarural, colaboradora en la Conde Nast Traveler y en la Divinity. Mi casa: Meridiano180.
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