7 playas con aguas cristalinas que recuerdan a lugares paradisíacos
Escrito por
09.09.2023
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12min. de lectura
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Aún queda verano para poder disfrutar de playas paradisíacas, tomar una cervecita en nuestro chiringuito favorito o disfrutar de largos paseos con un helado. Aunque no os voy a mentir, yo siempre he sido de las que van a la playa ya sea otoño, invierno, primavera o verano. El color del agua es el mismo y la playa que es bonita lo es durante todos los meses del año.
En este artículo he querido hacer una pequeña recopilación de todas aquellas playas en España con aguas cristalinas que me han recordado a otros rincones del mundo. A veces, no hace falta viajar o coger un avión para sentir que estás en el paraíso. A veces, el paraíso puede estar muy cerca. ¡Las hay para todos los gustos!
1. Cala Jovera es Anse Source d’Argent
La pequeña cala muy cercana a Tamarit y Altafulla (Tarragona), con vistas al castillo, es quizás una de las menos conocidas pero es de las que más me sorprendió. Es vecina de la playa de Tamarit y les separa un pequeño peñasco que corona el castillo y la iglesia de Santa Maria Assumpta. Ambas playas no están comunicadas y para poder pasar de una a otra se ha de dar una pequeña vuelta por tierra, rodeando el peñasco.
Es una cala para la que apenas hay que andar y es relativamente sencillo aparcar (hay varios parkings a su alrededor). Al llegar, te quedarás sorprendido con la cantidad de pequeños peces que nadan en sus aguas, el color turquesa, la claridad (que hace que incluso puedas verte los pies) y lo calmada que es. Cuando sopla el viento en la playa grande de Tamarit, Cala Jovera se convierte en un refugio donde las olas grandes no llegan gracias a las rocas que la protegen. Son precisamente estas rocas y sus muros de piedra las que hacen que se parezca a la famosa Anse Source d’Argent, en Seychelles.
Anse Source d’Argent se hizo conocida por sus curiosas e inmensas rocas de granito que llevan enclavadas en la arena blanca alrededor de 600 millones de años. Cala Jovera no tiene rocas de granito pero tiene varios peñascos, grupos de rocas, cuevas, vegetación así como agua tranquila y turquesa que la hacen muy similar. Anse Source d’Argent también cuenta con agua calmada gracias a una pequeña barrera de coral que hace que las olas rompan mucho antes de que estas lleguen a la arena así como mucha vegetación autóctona y varias calas que acaban conformando toda la playa.
2. Cala del castillo de Rodalquilar y “La Hoya”: mezcla entre Sarakiniko y La Pelossa
La cala del castillo de Rodalquilar está justo al lado de Playazo de Rodalquilar. Para llegar hasta ella solamente hay que andar unos 5-10 minutos en dirección al castillo de San Ramón pero, aunque 5-10 minutos suenan a poco, se aconseja traer agua y comida ya que no hay restaurantes cercanos. Hablamos de una cala virgen ubicada en el Parque Natural de Cabo de Gata y su belleza cuesta de describir.
La verdad es que no esperas que justo pasado Playazo de Rodalquilar pueda haber una playa de aguas tranquilas y de tonos aguamarina. Apenas cubre, tiene vistas al castillo y a unas imponentes paredes de piedra blanca (con restos de fósiles marinos) que poco a poco ha ido moldeando el aire y el agua. Se les conoce como acantilados de La Molata y van a dar a una ruta que une Playazo con cala del Cuervo. Son fascinantemente blancos y recuerdan a los que visten la famosa playa de Sarakiniko, Grecia o la preciosa Scala Dei Turchi, en Sicilia.
Decía que me recordaba a una mezcla de playas ya que tiene esas rocas erosionadas pero a su vez vistas al castillo de San Ramón, que como dato curioso lleva en venta desde hace 3 años y no encuentra comprador. Estas vistas pueden ser bastante parecidas a las que se tienen desde La Pelossa, Cerdeña. Conocida por sus aguas transparentes, arena suave de tonos blanquecinos y la torre de vigía.
3. Ses Illetes es Tulum
Formentera no podía faltar en este listado y tampoco la icónica playa de Ses Illetes. Cuenta con más de 450 metros de largo y es conocida por ser un arenal blanco poco profundo de aguas cristalinas. Posiblemente me atreva a decir que es lo más parecido al Caribe y un paraíso muy cerca nuestro.
Si las playas tuvieran familiares, Tulum sería una de ellas ya que aparte de ser uno de los rincones más bonitos, en la zona abundan las playas largas, de arena blanca y aguas turquesas. De todas formas, es cierto que Ses Illetes tiene esa “lengua de arena” o “brazo de arena” que hace que vista desde el aire sea aún más única.
Ambas tienen parecidos razonables ya que las dos son muy buenos lugares para practicar snorkel, ver increíbles puestas de sol y forman parte de parques nacionales (Parque Nacional de Tulum) y Naturales (Parque Natural de Ses Salines).
4. Playa de los Muertos recuerda a playa del Castillo, La Puglia
Playa de los Muertos, en Almería, ha sido otra de las sorpresas pada mí. No solo me fascinó el color del agua, sino que me resulta un paraíso salvaje con relativamente poco turismo y a veces poco reconocida. Quizás, la ausencia de gente se deba a que para llegar hasta ella hay que andar bastante por varios caminos y todos tienen su dificultad. Las bajadas, subidas e inclinaciones están a la orden del día por lo que se aconseja llevar calzado apropiado así como mucha agua y comida (no hay servicios en esta playa).
El esfuerzo bien vale la pena ya que al llegar te encuentras con posiblemente una de las playas del Mediterráneo con las aguas más limpias y cristalinas (no hay núcleos de casas cercanos) y una enorme roca, la cual se ha convertido en su símbolo. Está anclada en la orilla y en el pasado formaba parte de las paredes de origen volcánico que la rodean. Esta roca se parece bastante a la que se puede encontrar en la playa del Castillo, La Puglia, presidida por un macizo de piedra caliza con nada más y nada menos que 25 metros de altura.
Por último, las dos localizaciones están llenas de leyendas. En la playa del Castillo se dice que su macizo es en realidad un joven amante que fue petrificado por las sirenas al no caer en la tentación y demostrar amor eterno a su pareja. En cuanto a playa de los Muertos, su nombre viene por la gran cantidad de barcos y cuerpos que llegaban a sus costas arrastrados por la fuerte corriente.
5. Cala Torrent de Pareis y Sa Calobra son playa Stiniva, Croacia
Mallorca es la mayor de las Islas Baleares y quizás una de las que más sorpresas guarda. Casi todas sus playas harán que nos transportemos al Caribe ya que cuenta con aguas cristalinas y varios tonos de azul que van desde el cian al aguamarina, zafiro y azul marino. Hay una en concreto que se abre paso entre las montañas y que no puede pasar desapercibida, hablamos de la cala Torrent de Pareis, en la Serra de Tramuntana. Ha sido nombrada una de las mejores playas según National Geographic y es una ventana al Mediterráneo.
Para llegar hasta ella hay que atravesar una obra de ingeniería, la carretera de Sa Calobra, tiene 14 km pero para hacerla puedes estar tranquilamente 30 minutos. Desde su punto más alto ya se empieza a divisar el mar, se construyó en 1932 y tiene 12 curvas de 180 grados. El resultado es llegar hasta una playa salida de otro planeta que se abre paso entre acantilados de más de 200 metros de altura y con tan solo 30 metros de longitud.
Si Torrent de Pareis tuviera una hermana, esta sería la playa Stiniva, en Croacia. Corre el rumor de que podría ser la playa más bonita de toda Croacia y tiene 35 metros de longitud, solo 5 más que la cala mallorquina. También está bastante alejada ya que se encuentra en la parte sur de la isla Vis, la última poblada y más lejana de Croacia y está abrazada por acantilados que llegan a formar casi una barrera.
6. Playa El mejillón (playa de las Palomitas) es Shell Beach, Australia
Ambas son únicas en su especie e impresionan a todo aquel que vaya a visitarlas. La playa de El mejillón, popularmente conocida como la playa de las Palomitas, está en Fuerteventura, entre las poblaciones de Corralejo y Majanicho. Se hizo viral gracias a Instagram pero está formada por miles de rodolitos, estructuras calcáreas de algas rojas coralinas que han sido arrastradas por el mar una vez han muerto.
Aunque resulte tentador, está totalmente prohibido llevarte alguna de estas “palomitas” ya que con el paso del tiempo se convertirán en granos de arena blanca que cubrirán las playas del norte de la isla.
En la otra punta del mundo, en la región de Shark Bay, Australia, encontramos una playa cubierta de conchas bañadas por un mar de color turquesa. Shell Beach está dentro de muchos de los listados de Las mejores playas del mundo según National Geographic y ha sido declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO. Cuenta con una superficie total de 60 km de costa y se ha convertido en una de las playas más peculiares. A modo curiosidad, se dice que en algunos puntos es necesario cavar hasta diez metros para poder encontrar otro material que no sean conchas.
La playa de El mejillón ocupa un poco menos que Shell Beach pero sus similitudes son obvias. Ambas son muy peculiares y atraen a visitantes de todas partes. Como consejo, se dice que sus cuerpos blancos hacen que sea aconsejable llevar gafas de sol para evitar el reflejo que estas puedan ocasionar.
7. Playa de Las Conchas, La Graciosa es Qalansiyah Beach, Socotra
Muy cerca de Lanzarote se encuentra la pequeña isla de La Graciosa. No tiene aeropuerto por lo que la única forma de llegar a ella es en barco y tampoco tiene carreteras asfaltadas, solo caminos de tierra. Es uno de los pocos rincones de España que quedan tan “salvajes” con un alto valor paisajístico. Su remotidad, escasa oferta hotelera y de restauración hace que sin querer hagamos un pequeño viaje al pasado.
La playa de Las Conchas es sinónimo de pureza, relax, libertad y soledad. Es lugar de contrastes y, tal y como se dice en la página Visit La Graciosa, “Los contrastes de colores entre tierra, mar y cielo impresionan y ofrecen tonalidades de azul turquesa del agua, el blanco de la espuma de las olas cuando rompen, el dorado de la arena y su entorno desértico”. Su guardaespaldas es Montaña Bermeja y, si se cierran los ojos, parece que estés en las remotas tierras de la isla de Socotra, en Yemen.
Qalansiyah Beach es también una playa de aguas cristalinas y desértica. Me recuerda a La Graciosa por su aislamiento, una más a nivel visado y permiso (resulta muy complicado a día de hoy viajar a Yemen y obtener un permiso para visitar Socotra, pues está en guerra y es peligroso) y La Graciosa, que sería más a nivel servicios o dependencia del exterior (bancos, hospitales, servicios, conexiones, etc). Su entorno desértico también me transporta a Dubai y Marruecos pero no tienen esta sensación de soledad que a día de hoy es tan complicada de encontrar y que en un futuro será todo un lujo.
Alba Feliz
Redactora, productora audiovisual y graduada en turismo y dirección hotelera. Creo firmemente que viajar abre la mente y permite conocer otras realidades que quizás desconocemos. Me apasiona la fotografía analógica (la de toda la vida) y darle una oportunidad a los destinos menos conocidos.
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