Porís de la Candelaria, el pueblo construido en el interior de una cueva al borde del mar
Escrito por
01.05.2023
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Hace más de 100 años, los barcos pesqueros que se dirigían a Tijarafe, en la isla de La Palma, cruzaban el arco de entrada a Porís de la Candelaria para descargar su género. En el interior de esta cueva de origen volcánico el agua del mar no estaba tan agitada, por lo que era fácil atracar en ella.
Los poríses, que dan nombre al de la Candelaria, eran amarres frecuentes en la isla. La mayoría estaban situados en diferentes puntos de la costa norte. El de la Candelaria es uno de los más curiosos pues, para descansar, los pescadores levantaron en él humildes casetas y acondicionaron las cuevas.
“Actualmente hay unas 60-70, entre casetas y cuevas”, nos dice Diego por teléfono. Él es uno de los vecinos que, desde hace 40 años, tiene allí su segunda residencia. Una caseta de dos habitaciones con baño y cocina. “No son muy grandes, pero están muy bien dotadas”.
Porís de la Candelaria no es un pueblo al uso, sino un idílico lugar de vacaciones que bien podría recordarnos a un refugio de piratas. O a La Playa, el paraíso descrito por Alex Garland en su novela y llevada al cine por Danny Boyle con Leonardo DiCaprio como protagonista.
La diferencia es que aquí, durante el año, no vive nadie. Los vecinos solo van los fines de semana, en festivos y, sobre todo, durante el verano. Casi todos son y viven en Tijarafe, a solo diez minutos en coche de la cueva. “Antes la gente no tenía muchos recursos para irse de vacaciones y acondicionaron las casetas”, nos explica Diego.
La comunidad de la cueva
Estos curiosos alojamientos han ido pasando de una generación a otra. Ninguno de ellos está en venta ni tienen usos turísticos. “Cuando alguien muere y sus familiares no quieren la caseta, la comunidad intenta buscar dueños comprometidos. No queremos que venga nadie de fuera que tenga intención de alquilarlas al turismo”, dice.
La razón es que, aunque están encantados de que haya visitantes durante el verano, tanto la electricidad como el agua son comunitarias. Cada vecino paga su parte. “Si las alquilamos para uso turístico el gasto se dispararía y, a la hora de hacer cuentas, sería un follón. Nosotros somos una comunidad en donde lo hacemos todo entre todos”, explica Diego.
Berto es otro de los vecinos de Porís de la Candelaria. En su caso, él es dueño de una de las cuevas que pertenecía a la familia de su mujer, a sus abuelos. Ellos fueron los primeros que cogieron la cueva y construyeron un pequeño habitáculo en ella. Justo cuando le llamamos estaba volviendo del porís, donde está ampliando el baño de su alojamiento. “Nosotros llevamos aquí más de 30 años. Todos los vecinos somos una gran familia”, nos dice.
Las barcas que hay varadas en la cueva son de los vecinos, aunque no son para la pesca profesional. “Algunos sí que salen a pescar por afición. Otros la usan para llegar hasta su barco, que está fondeado fuera. Antiguamente, en sus inicios, las barcas dejaban aquí la mercancía y la subían por el camino de tierra hasta el pueblo. Aunque no hay muelles ni nada, esto es como una cala”, explica Berto.
Cómo llegar a Porís de la Candelaria
Encontrar la cueva y la bahía de Porís de la Candelaria no es tan complicado como alcanzar la idílica comunidad de La Playa de Alex Garland (o Danny Boyle). Además de por mar, a la cueva se puede acceder en coche. Desde Tijarafe hay una carretera que desciende hasta un aparcamiento junto al mar. Desde allí al interior de Porís de la Candelaria son menos de 10 minutos andando.
Su fácil acceso, sumado a su autenticidad, ha fomentado un vertiginoso aumento del turismo. “En verano, un sábado pueden llegar a pasar por aquí hasta 200 personas”, explica Diego. La gran mayoría lo hacen después de ver las imágenes que, en los últimos años, se han ido compartiendo en las redes sociales.
Muchos aprovechan para darse un baño. Los vecinos han habilitado una zona con unas escaleras para bajar hasta el agua. Berto advierte que, “Aunque el lugar está protegido porque es como una bahía, hay que mirar siempre cómo está el mar. Las olas son peligrosas y mucha gente va allí con niños. Hay que tener cuidado al bañarse”.
A pesar de la posible masificación, a los vecinos no les molesta el turismo. “Nosotros damos lo poquito que tenemos. Y queremos que los que vengan a visitarnos se sientan cómodos. Lo único que pedimos es que respeten el lugar, ya que nos ha costado mucho crearlo y mantenerlo”, dice Diego, que pide que todos aquellos que decidan conocer el poblado se lleven su basura de vuelta.
Como en La Playa, Porís de la Candelaria es un humilde complejo playero para quienes no gustan de los complejos playeros. Una comunidad que los vecinos de Tijarafe convirtieron en un paraíso oculto junto al mar.
Laura Fernández
Periodista, blogger y viajera. No necesariamente en ese orden. En ocasiones me despierto sin saber dónde estoy. Adicta a los cómics y a los noodles con salsa de cacahuete. Redactora en @escapadarural, colaboradora en la Conde Nast Traveler y en la Divinity. Mi casa: Meridiano180.
Qué maravilla, no lo conocía, es espectacular!!
La carretera de acceso es un infierno. Mejor verlo en fotos.
No, mejor verlo de frente, desde el océano , Sorprende más. Ddsde un barco desde el que,además , puedes ver a los delfines. Sólo es un consejo.