Paterna, el pueblo donde se realizó el primer vuelo a motor en España
Escrito por
27.07.2022
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Hay un lugar en Valencia donde, por primera vez en España, un hombre voló en un aparato a motor, aunque sólo fuera un poquito, unos metros. Ese lugar fue Paterna y a los mandos del aeroplano estaba Juan Olivert Serra, un pionero que, como veremos, era además un hombre prudente.
Quizás parezca un poco cómico lo que les voy a contar, si no tenemos en cuenta la perspectiva que nos da el tiempo y nuestro punto de vista moderno. Nosotros hemos visto aviones volar por el cielo, muy alto, desde que éramos niños. Es más, con seguridad a muchos nos habrán dado de comer alguna vez simulando que la cuchara era un avión que volaba directo a nuestras fauces. Pero si nos vamos un siglo largo hacia atrás, hasta 1909, quizás lo que hizo Olivert no se pueda ver de otra forma que como una pequeña hazaña y un acto de valor con mucho mérito.
Juan Olivert fue el primero en volar en España
Juan Olivert nació en Cullera en 1888 y desde muy joven se sintió atraído por volar, fuera como fuera, y por la aviación después, que entonces era algo totalmente novedoso. Sus padres no lo veían con muy buenos ojos, y hasta se dice que en su pueblo natal lo llamaban voladoret por su empeño en dejar el suelo y volar.
Atraído por el mundo de las máquinas, estudió ingeniería industrial en Barcelona. Precisamente junto con uno de sus profesores, Gaspar Brunet Vadera, se propuso construir un aeroplano. En 1908 se creó una asociación en Barcelona para la difusión de la incipiente aeronáutica y Brunet formó parte de los fundadores, siendo también uno de los pioneros en el mundo de la academia sobre los aviones y cómo volar de la mejor manera posible. Unidos por esa ilusión, ambos colaboraron para crear una aeronave. Brunet había pensado mucho en cómo hacerlo y Olivert consiguió la financiación necesaria para que el proyecto saliera adelante. Parte de la financiación, por cierto, provenía de un premio de lotería.
Así, en el Pabellón de la Industria de la Exposición Regional de Valencia de 1909, el aparato de Olivert y Brunet fue todo un atractivo, aunque aún no tenía un motor instalado. Poco después el ayuntamiento de Valencia corrió con los gastos del motor, al parecer tras la intercesión del rey Alfonso XIII para que lo financiaran.
Pero claro, un aeroplano no es sólo para exhibirlo, es en realidad algo pensado para volar. Habría sido magnífico que el aeroplano hubiera volado desde su lugar de fabricación en Barcelona hasta Valencia. Lamentablemente Olivert y Brunet estaban aún lejos de eso y la nave viajó por tren. Como decíamos, todavía no tenía ni motor. Pero volaría, en eso estaban empeñados sus creadores. Y por fin aquello ocurrió el 5 de septiembre de 1909.
El primer aeródromo español estuvo en Paterna
En los terrenos que tenía el Ejército de Tierra en Paterna había una pista suficientemente lisa y despejada como para servir de aeródromo. La tarde de ese día de septiembre se juntaron unas 4.000 personas para ser testigos del primer vuelo a motor en España. Todo un acontecimiento, con Olivert a los mandos, que no estaba planeado en un primer momento.
Olivert había invitado a algunas personalidades a visitarlo en aquel lugar de Paterna, donde había pensado hacer una prueba de rodado y mostrar el aeroplano a esas pocas personalidades. Pero la prensa avisó del hecho, citó el lugar y aseguró que el avión iba a volar. Todo aquello forzó a Olivert a ir un paso más allá de lo que tenía pensado, llevado por la expectación generada. Ni el piloto, ni el diseñador, ni con toda probabilidad ninguno de los reunidos en Paterna había visto nunca volar un avión, ni siquiera en imágenes, por lo que es normal toda esta emoción.
Lo primero que hizo Olivert fue probar el motor y recorrer la pista sin intención de volar. Todo fue perfecto. Entonces llegó el momento crítico y el acontecimiento que hizo entrar a Olivert y a Paterna en la historia de la aviación. Volvió a darle potencia al motor y no tardó el aparato en elevar su parte trasera, rodando únicamente sobre las ruedas delanteras. Entonces aceleró otro poco y el aeroplano dejó el suelo. Voló. Se había hecho historia: ahí tenemos el primer vuelo a motor de la historia en España.
Olivert apagó el motor asustado nada más despegar del suelo
Cuando Olivert se dio cuenta de que el avión se despegaba del suelo, lo primero que hizo fue apagar el motor, pensando quizás que no fuera a ser que se elevara de verdad y que luego hubiera que volver al suelo de forma brusca. También dicen las crónicas que la gente que se alborotaba en torno a la pista ante tal prodigio, tampoco le daba mucha tranquilidad al piloto, que sopesó la posibilidad de que ocurriera una desgracia al no poder esquivar a las personas y por ello acabó por apagar el motor, como decíamos. En cualquier caso, fuera por una u otra cosa, Olivert actuó prudentemente, lo que es una virtud muy adecuada para los pilotos.
A pesar de lo corto de la aventura, voló entre 30 y 50 metros durante unos 30 segundos. El primer vuelvo de los hermanos Wright fue de 37 metros y duró 12 segundos, así que no podemos decir que la experiencia española fuera muy distinta de aquel primer vuelo de los Wright.
De vuelta al suelo tras su corto vuelo inaugural, el aeroplano rodó por la pista hasta que su rueda derecha se metió en un agujero en el suelo y lo hizo girar, poniendo punto final a la prueba y la exhibición. En cualquier caso, podríamos decir que Paterna era ya el primer aeródromo español de la historia.
No es poco este logro, porque para que aquello ocurriera tenía que haber un piloto, Olivert, y un diseño, Brunet, y un motor que funcionara y otorgará suficiente potencia, y mandos que respondieran bien, y una estructura sólida… De hecho, aquellos pioneros no siguieron en el campo de la aviación y en los pocos intentos posteriores de volar parece que la cosa no fue bien. Como vemos, no era fácil volar con un aparato a motor.
En el Museo de las Artes y las Ciencias de Valencia y en el Museo del Aire de Madrid se pueden ver sendas réplicas de aquel aeroplano. Y créanme que viendo estas réplicas uno redobla su admiración por Olivert al subirse a aquel invento y volar. Realmente la sensación de fragilidad es considerable.
Por toda esta historia es por la que en la rotonda de acceso al acuartelamiento Daoiz y Velarde en Paterna, que sigue siendo del Ejército de Tierra, hay un espectacular avión Mirage F1 instalado.
Manuel Jesús Prieto
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Hola. He leído el artículo. Me ha hecho reír junto a mi padre que él voló en la mili, con la «anécdota» que paró el motor porque se asustó.
Por cierto, he visto dos fallos de ortografía, aparece la palabra «vuelvo» cuando debería ser «vuelo» y «otorgará» en la conjugación de la frase no debería llevar la tilde.