Pueblos abandonados, pueblos recuperados: Umbralejo, Granadilla, Búbal y el programa PRUEPA
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21.11.2024
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El conocido o quizás para muchos desconocido Programa de Recuperación y Utilización Educativa de Pueblos Abandonados (PRUEPA) es un factor común que une a estas tres poblaciones. Por un lado estaría la deshabitada población de Umbralejo, en la Sierra Norte de Guadalajara, con mucho encanto y conocida por formar parte de la ruta de los pueblos negros. Gracias a este programa, muchas de sus viviendas han sido reconstruidas y se han convertido en aulas o talleres que dan la bienvenida a todos los estudiantes que acuden a ellas cada año.
Otra de las poblaciones donde se desarrolla el programa es Granadilla (Cáceres). Lo cierto es que la localidad es preciosa, tratándose de una antigua villa amurallada hasta la que cada año se acercan varios estudiantes para ayudar a rehabilitar la población. Por último estaría Búbal (Huesca). Ubicado en pleno Pirineo Aragonés, a tan solo 15 kilómetros de Biescas y en el precioso Valle de Tena.
Tres villas muy diferentes, unidas a causa de los múltiples éxodos rurales y con varios propósitos en común a descubrir.
Qué es el PRUEPA y en qué consisten sus jornadas
Tal y como se establece desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, es un programa educativo complementario a la enseñanza en las aulas que tiene lugar en los pueblos sede del programa. Se creó hacia el 1980 y “pretende el acercamiento a la vida rural de los jóvenes”. El enfoque ha ido cambiando con el paso de los años y lo que antes estaba más centrado en la recuperación como tal de las poblaciones deshabitadas, ahora el foco está más en el desarrollo sostenible, valores, patrimonio natural y retos socio ambientales de la actualidad.
Los talleres que los centros realizan en las poblaciones van desde la agricultura, la albañilería o la carpintería hasta aprender el oficio de las tejedoras, la apicultura o la cestería. Estos talleres van cambiando según la población y la zona en la que nos encontremos. Fomentan la recuperación de oficios tradicionales, concienciar sobre problemas medioambientales pero también ayudan al desarrollo de competencias sociales, lingüísticas, emprendimiento, entre otros. El programa está destinado a alumnos de tercero y cuarto de Enseñanza Secundaria Obligatoria y las plazas para poder participar son limitadas.
Pueblos educativos con mucha historia detrás
Como se avanzaba, tanto Umbralejo, Granadilla como Búbal son pueblos deshabitados donde se realizan actividades educativas en el medio rural. Son pueblos que han vuelto a la vida y que tienen un nuevo propósito.
Búbal
Fue expropiado para la construcción de un embalse y sus vecinos obligados a irse al inundar gran parte de sus tierras. Algunas tierras no fueron afectadas y fue entonces cuando parte de la localidad paso a formar parte del programa hacia los años 80. Es una localidad con mucho encanto de la que destaca la edificación representativa de la arquitectura de montaña, dedicado a la agricultura y donde la entrada de coches está actualmente prohibida.
Existen registros que confirman su existencia desde el año 1495 pero no fue hasta la década de los setenta que quedó definitivamente abandonado. Hoy en día se puede pasear por la población pero hay que tener en cuenta que no hay tiendas o restaurantes y que queda prohibido entrar en los espacios educativos sin permiso.
Umbralejo
De Aragón saltamos hasta Castilla La Mancha, provincia de Guadalajara. Umbralejo es de procedencia medieval y quedó abandonado sobre el 1970 ante a la falta de servicios, su aislamiento y la búsqueda de un mejor futuro por parte de sus habitantes. No había agua corriente ni electricidad y aunque está enclavado en un fascinante paraje natural, no fue suficiente para la preciosa población que forma parte de los conocidos como Pueblos Negros.
Su arquitectura de pizarra y cuarcita es única y está a tan solo 70 kilómetros de Guadalajara capital. En la población se aprende sobre naturaleza y se consciencia sobre el cambio climático, se convive, se hacen talleres de plantas medicinales, conocimiento de fauna y flora, agricultura, ganadería, reciclaje, mantenimiento, entre otros. Por supuesto, no pueden faltar los paseos por la Sierra de Ayllón, los pueblos “rojos” y “negros”.
Granadilla
En la provincia de Cáceres se encuentra Granadilla, con una posición estratégica siendo el paso obligado entre la vía de la plata y Las Hurdes. Su muralla data del siglo XII y no debe confundirse con la vecina población de Zarza de Granadilla. Su despoblación también está relacionada con la construcción de un embalse, el de Gabriel y Galán y con el cambio de tierras, las cuales ya no eran fértiles.
Llama la atención el fantástico entorno rural, rodeado de pinos y eucaliptos así como el embalse que lo rodea y que sinceramente hace bastante complicado el acceso al pueblo. Son muchas las actividades que elaboran los colegios que optan por Granadilla. Las hay relacionadas con oficios (telar, agricultura), talleres (cuero, bolillo, cestería), limpieza, reconstrucción, convivencia, gestión de problemas, acercamiento a la vida rural y educación ambiental.
Éxodos y pueblos abandonados en territorio español
Lamentablemente, se cree que son más de 3000 las poblaciones abandonadas según la revista Forbes y además, algunas están a la venta. Gran parte de ellos se encuentran en zonas rurales donde el éxodo y la búsqueda por un “mejor futuro” ha afectado a los pocos habitantes que quedaban. No solo preocupa la gran cantidad de pueblos abandonados, también lo hacen los que tienen un alto riesgo de despoblación, afectando sobre todo a los municipios con menos de 1000 habitantes.
Según el Ministerio de Política Territorial y Función Pública, el despoblamiento territorial es una realidad ya que casi la mitad del territorio tiene una densidad inferior a las 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado. A causa de varios estudios y de la situación tan al límite que se comentaba, algunas localidades rurales han optado por pagar a cambio de mudarse y así atraer población. Es el caso de Ponga, en Asturias o Rubiá, en Galicia.
Alba Feliz
Redactora, productora audiovisual y graduada en turismo y dirección hotelera. Creo firmemente que viajar abre la mente y permite conocer otras realidades que quizás desconocemos. Me apasiona la fotografía analógica (la de toda la vida) y darle una oportunidad a los destinos menos conocidos.
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