Hoy te invitamos a descubrir cinco encantadores pueblos que esconden (o no) un secreto natural muy digno de admirar. Y es que estas localidades tienen algo en común: cuentan con cascadas que te quitarán el hipo. Prepara tu cámara, agarra tus botas de senderismo y ven a disfrutar de una escapada tranquila con un paisaje de cuento. ¿Nos acompañas?
Vidrà (Girona): Salt del Molí
Vidrà es de estos lugares que te sorprenden gratamente. Nos adentramos en una zona con mucho encanto y poco masificada. Para llegar hasta el pueblo, hay que recorrer una carretera serpenteante que parece estar abrazada por los extensos prados verdes del entorno. Se encuentra en la comarca de Osona, en el Prepirineo de Girona.
El municipio de poco más de 34 km2, guarda un secreto que te dejará sin aliento: el Salt del Molí. Puedes dejar el coche en el parking al lado del ayuntamiento y seguir caminando por la Carretera de Ciuret hasta llegar al cruce que te conduce al Camino de Sant Pere Poligono 1, un camino de tierra en el que te harán compañía el ganado que vive allí. La ruta es circular y tiene, aproximadamente, unos 4,52 km de distancia y es de nivel moderado. Encontrarás indicaciones durante todo el recorrido.
Trillo (Guadalajara): Cascada de la Alcarria
Muy cercano al Parque Natural del Alto Tajo y del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara se encuentra Trillo. Este es el destino ideal para los amantes del turismo activo ya que podrán aventurarse en las diferentes rutas de senderismo que hay a su alrededor.
El pueblo ha sido retratado por Camilo José Cela en su obra Viaje a la Alcarria. Y aquí podrás explorar su simbólico Puente sobre el Tajo; sus diferentes edificios religiosos, como es la iglesia de la Asunción de Santa María; o la Casa del Molino. Durante tu paseo por el pueblo podrás disfrutar del salto de agua formado por el río Cifuentes, así como sus molinos de agua.
Robledillo de Gata (Cáceres)
Visitar Robledillo de Gata es toda una experiencia para los sentidos, mientras callejea por el pueblo escucharás el susurro constante del río Árrago. Se encuentra en el corazón de la Sierra de Gata y, mientras sigues con atención el fluido del agua, descubrirás lugares, patrimonio y tradiciones hasta llegar a sus pequeñas, pero no por ello menos espectaculares, cascadas.
Durante tu estancia podrás visitar diferentes sitios de interés por la zona como el mirador de Lagartera, el sendero a Ovejuela, el Chorro de la Mancera, la Calzada Romana o la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Gujuli (Álava): Cascada de Gujuli
Enclavado en el límite del Parque Natural de Gorbeia, Gujuli es un pequeño y coqueto pueblo que te sorprenderá con su impresionante cascada y su entorno natural incomparable. Este salto de agua de más de 100 metros de altura fue creado por la caída del río Oiardo.
Para admirar este espectáculo, podrás dejar el coche en el parking muy cerca del mirador. El camino para llegar hasta él es muy fácil, tiene tan solo 500 metros. Se trata de una estructura metálica en la que de un lado podrás ver el acantilado perfilado por la erosión del agua, y por el otro la vegetación del entorno.
Orbaneja del Castillo (Burgos)
No podíamos dejar de fuera de esta selección Orbaneja del Castillo. Y es que parece haber sido sacado de un cuento de hadas. Sus casas están distribuidas acompañando el cauce del arroyo que discurre por medio del pueblo, algunas cuelgan de los acantilados formados por el cañón del Ebro. ¡Es todo un espectáculo!
Orbaneja nunca está en silencio, aquí se oye el ruido constante del agua fluyendo por el arroyo, aunque sí es un lugar al que disfrutar en silencio. Seguramente este sea el destino más visitado del Valle de Sedano y no nos sorprende.
No hay mejor manera de conectar con la naturaleza y desconectar del estrés diario que explorando estos cinco maravillosos pueblos con cascadas. Desde la tranquilidad de Vidrà hasta la belleza salvaje de Gujuli, cada destino ofrece una experiencia única que te dejará bonitos recuerdos.
Caroline Dalprá
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