Los pueblos de Albacete más bonitos y pintorescos
Escrito por
25.09.2024
|
11min. de lectura
Índice
Encaramados a cerros, dominando la meseta manchega, abrazados por ríos o marcando el camino de los viajeros, te presentamos algunos de los pueblos de Albacete más bonitos y pintorescos. Patrimonio, cultura, naturaleza y gastronomía se dan la mano en estos pueblos de Albacete con encanto, donde podrás disfrutar de la tranquilidad, descubrir las maravillas de la Castilla-La Mancha profunda y la hospitalidad de los manchegos. ¿Te vienes con nosotros?
La Roda y la dulce atracción de los miguelitos
Nuestra primera parada se sitúa en La Roda, localidad próxima a la capital de la provincia, que ha sido tradicionalmente lugar de paso en el camino entre Madrid y el sur del Levante. La Roda tiene orígenes celtíberos y romanos. Es una localidad que posee un carácter hospitalario y abierto, marcado por su situación geográfica. De hecho, forma parte del Camino de Santiago de Levante, que enlaza Valencia con Zamora, donde se une con la Ruta Jacobea de la Plata. La Roda es uno de los pueblos de Albacete más acogedores.
Su riqueza patrimonial se puede apreciar en su casco antiguo, declarado conjunto histórico-artístico desde 1973. Este acoge algunos edificios reseñables como la iglesia de El Salvador, de estilo renacentista, o el lienzo de Doña Ana, una preciosa fachada que supone un gran ejemplo de arte plateresco. También podemos encontrar algunas casas con interés arquitectónico, como la del Inquisidor o la de Alcañabate, entre otras. Resulta fascinante pasear por esas calles e ir descubriendo la gran variedad de escudos heráldicos en piedra que las decoran.
No podemos marcharnos de La Roda sin probar sus famosos miguelitos, el dulce típico que ha hecho célebre a la localidad y se ha convertido en embajador de la provincia. Desde el 2015, los miguelitos son una marca registrada por parte del Ministerio de Industria, Energía y Turismo. No obstante, atraen a numerosos turistas gastronómicos hasta La Roda.
Jorquera, herencia defensiva musulmana sobre el Júcar
Jorquera, en la comarca de La Manchuela, está construida en un cerro sobre un meandro del río Júcar, a modo de atalaya. La localidad tiene un claro origen histórico defensivo y en ella podremos apreciar una enriquecedora mezcla de culturas, con influencias visigoda, romana, musulmana y cristiana, principalmente. Fue en el período musulmán cuando Jorquera alcanzó su máximo esplendor.
De este período datan sus murallas almohades, que son uno de los principales atractivos del pueblo y están declaradas Bien de Interés Cultural (BIC). Dentro del recinto amurallado se ubica su castillo, donde cuentan que se alojó el Cid Campeador y que hoy en día se utiliza como cementerio del pueblo. Se puede visitar, pero hay que guardar el debido respeto y silencio. También esta declarada como BIC la iglesia parroquial de la Asunción, del siglo XVI. Otro edificio representativo del pueblo es la torre de Doña Blanca, en la zona cristiana de Jorquera.
Por supuesto, el entorno natural de Jorquera es otro de sus reclamos más importantes. Como hemos dicho, impresiona su ubicación junto al cañón del río Júcar, con paredes de piedra que descienden casi 200 metros hasta el curso fluvial. La zona ofrece numerosas rutas que harán las delicias de los senderistas, y también unas piscinas naturales, junto a la presa, donde darse un refrescante chapuzón en verano. Resulta imprescindible acercarse hasta el mirador de Jorquera, al otro lado del río, para apreciar desde la distancia la imponente belleza de este enclave manchego.
Aýna, ‘la Suiza Manchega‘
Conocida como ‘la Suiza manchega’, el pueblo de Aýna desciende por la sierra del Segura hasta los pies de la montaña, por donde discurre el río Mundo. De ahí su agreste vegetación. Aýna es uno de los pueblos de Albacete más pintorescos.
Su belleza no pasó desapercibida para el cineasta José Luis Cuerda, quien rodó en él la película Amanece, que no es poco. Gracias a ella, hoy hay una ruta cinéfila señalizada que recorre todo el pueblo y que va desde el mirador del Sidecar de la Rodea Grande, donde está la vespa con sidecar del film; hasta el semillero de hombres. El Centro de Interpretación de Amanece, que no es poco está en la ermita de Nuestra Señora de Los Remedios.
Otras visitas imprescindibles en Aýna son el mirador del Diablo, la iglesia de Santa María de lo Alto, restos del castillo de la Yedra, el mirador de los Mayos –desde donde hay unas increíbles vistas a las montañas–, el rincón de La Toba, la cueva del Niño –un yacimiento arqueológico declarado Bien de Interés Cultural– y el mirador de los Infiernos, en la aldea de Royo Odrea.
Letur, el pueblo del agua en Albacete
También situado en la sierra del Segura, Letur es conocido como el pueblo del agua. Por él pasa un arroyo y, en su centro de trazado mudéjar –declarado Conjunto Histórico Artístico–, hay un sinfín de fuentes. Como la de Los músicos, que nos recuerdan a unas cataratas.
Si viajas a Letur en los meses más cálidos, te encantará saber que en el centro del pueblo hay un oasis. Se trata del charco de Las Canales, una piscina natural donde está permitido el baño. Antiguamente, para gestionar el agua, estaba el arco de las Moreras, que funcionaba como acueducto. Si lo cruzamos iremos a parar a la cuesta de los Molinicos, una calle empinada llamada así porque en ella hay tres molinos harineros del siglo XVI.
Perderse por el casco urbano es un placer, con sus estrechas calles con pasadizos y sus edificios blancos y de piedra.
Yeste, uno de los pueblos de Albacete más pintorescos
Por encima del pequeño entramado de calles y edificios de Yeste destaca su castillo. Una fortaleza medieval del siglo XI donde vivieron los militares de la Orden de Santiago, y que sirvió también de cárcel. En su interior, hoy se puede conocer la historia medieval del pueblo y ver algunos utensilios expuestos de la época.
En su centro histórico también está el convento de San Francisco, que ofrece unas bonitas vistas al castillo y a la iglesia. Así como la iglesia de la Asunción, en la que destaca el reloj de su campanario. Otro lugar de interés es el palacio de la Vicaría, donde residieron los vicarios de la Orden de Santiago
Yeste está rodeado de maravillas naturales. Desde el pueblo podemos cruzar el puente de la Vicaría, sobre el río Segura; y acercarnos hasta el embalse de Fuensanta o hacia el valle del río Tus. Todos ellos ofrecen itinerarios senderistas muy interesantes.
Alcaraz, pueblo con encanto medieval y renacentista
El pueblo de Alcaraz se ubica en la sierra homónima, a poco más de una hora en coche de la capital provincial. Entre su patrimonio guarda un importante legado de la época medieval y del Renacimiento, que hacen de este rincón manchego uno de los pueblos de Albacete dignos de visitar.
El epicentro de Alcaraz es sin duda su plaza Mayor porticada, donde se sitúan los edificios más relevantes del pueblo. Destacan las dos torres ‘gemelas’ del Tardón y de la Trinidad, sus construcciones más representativas, que dominan el perfil de la población y constituyen su punto de interés más emblemático. La segunda forma parte de la iglesia de la Trinidad, que data del siglo XIV y es de estilo gótico-renacentista.
En la misma plaza podemos encontrar también otros edificios muy interesantes como el Ayuntamiento de Alcaraz y las tres lonjas con las que cuenta el pueblo: la de Santo Domingo, la de la Regatería y la del Alhorí. En primavera se celebra un mercado medieval en este pintoresco escenario.
Una opción siempre interesante para descubrir los pueblos es pasear por sus calles y descubrir sus rincones. En Alcaraz, está más recomendado recorrer su calle Mayor, donde podremos contemplar esa mezcla arquitectónica de las dos etapas históricas, además de visitar la iglesia de San Miguel, ver la casa de los Galiano y la casa de los Guerrero. En los alrededores de Alcaraz podemos acercarnos hasta el acueducto y a las ruinas de su castillo, otros dos puntos de interés muy atractivos.
Alcalá del Júcar, un pintoresco pueblo encaramado a la roca
Uno de los pueblos de Albacete más pintorescos es Alcalá del Júcar, situado en un marco incomparable. La población se asienta en una roca sobre la hoz del río Júcar. Domina el paisaje su castillo, que es de origen árabe y data de los siglos XII y XIII. Desde su ubicación privilegiada podremos contemplar una estupenda panorámica del pueblo y maravillarnos con su arquitectura.
El pueblo ha ido creciendo a lo largo de los años sobre la roca, con sus casas blancas encaramándose a la montaña en un delicado equilibrio. También hay viviendas excavadas en las rocas y cuevas como la de Masagó, el Diablo y el Garadén. Entre sus principales puntos de interés se cuentan la parroquia de San Andrés, quizás su edificio más significativo, la plaza de toros y la ermita de San Cristóbal.
Además, debido a su cercanía al río, Alcalá del Júcar es un lugar perfecto para practicar deportes de aventura como el rafting, el barranquismo, la espeleología o el kayaking. El entorno natural de este rincón de Albacete no tiene desperdicio.
Almansa, un pueblo dominado por su castillo
Nuestra última parada por los pueblos de Albacete más bonitos nos lleva hasta los límites de la provincia con la Comunidad Valenciana y con la Región de Murcia. Allí se sitúa Almansa, una localidad cuyo horizonte está dominado por su monumental castillo, situado en el cerro del Águila. Tiempo atrás, la fortificación tenía como objetivo controlar la frontera entre los reinos castellanos y árabes.
A los pies del castillo se extiende el casco urbano de Almansa, un entramado de pequeñas calles y plazoletas, con casas blancas y de piedra. Su configuración urbana le hace ser uno de los pueblos de Albacete con más encanto. Entre estas construcciones destaca el palacio de los Condes Cirat (que hoy es la sede del ayuntamiento); el convento de las Angustias, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, el puente de Carlos IV y la torre Grande.
El entorno de Almansa ofrece también otros atractivos nada desdeñables. En primer lugar, hay que destacar la ruta del Cuco de los Garganchines, un conjunto de construcciones de piedra que antiguamente servía como refugio para los pastores de la zona. También podemos acercarnos a la ermita de Belén o al pantano de Almansa, una construcción pionera en Europa y una de las presas más antiguas del continente que permanecen en funcionamiento: data del siglo XVI.
Miguel Perez
Me encanta el fútbol, leer, viajar, descubrir nuevos destinos y contártelos