Índice
- Anento (Zaragoza), uno de los pueblos de Aragón que pasó del peligro de la desaparición al esplendor turístico
- Alhama de Aragón (Zaragoza), el pueblo de Aragón que se desarrolló a orillas de un gran lago termal
- Añón de Moncayo (Zaragoza), uno de los pueblos de Aragón donde puedes alojarte en un castillo medieval
- Agüero (Huesca), un pueblo histórico resguardado bajo sus impresionantes mallos
- Aínsa (Huesca), la increíble villa de piedra que detuvo su reloj en el medievo
- Alquézar (Huesca), la perla del Somontano que se asienta sobre el cañón del río Vero
- Albarracín (Teruel), el monumental pueblo rojo amurallado que te enamorará
- Alcañiz (Teruel), patrimonio multicultural al ritmo de los tambores
Los pueblos de Aragón esconden multitud de rincones con encanto y bien merecen una visita por diferentes motivos. Localidades rodeadas por un exuberante entorno natural, villas señoriales cuyas piedras respiran historia o pequeñas poblaciones con historias ejemplares de lucha contra el éxodo rural son solo algunos ejemplos.
Con tanto donde elegir, a veces resulta difícil decidirse por uno u otro destino. ¿Por dónde comenzar Aragón? La respuesta lógica sería: por la ‘A’. Así que en EsacpadaRural hemos optado por este criterio, aunque resulte un tanto particular. Repasando el listado de municipios aragoneses, solo nos ha hecho falta la primera letra del abecedario para encontrar varias opciones muy interesantes. Así que te proponemos visitar estos ocho pueblos bonitos de Aragón que empiezan por la ‘A’.
Anento (Zaragoza), uno de los pueblos de Aragón que pasó del peligro de la desaparición al esplendor turístico
Anento se ha posicionado en los últimos tiempos como uno de los pueblos aragoneses más recomendables para una escapada rural. Pero la historia pudo haber sido muy diferente. En los años 80, este pueblo de la comarca del Campo de Daroca estuvo cerca de desaparecer. Su censo sumaba apenas una decena de personas. Pero un enorme esfuerzo de recuperación y puesta en valor de su patrimonio logró volver a insuflar vida a este precioso rincón de Aragón, que multiplicó por 15 su población en muy poco tiempo. El pueblo dispone de oficina de turismo.
Un relajante paseo por sus cuidadas calles, completamente peatonales, ya merece la pena. En Anento podemos encontrar distintos atractivos como la iglesia románica de San Blas, del siglo XIII, que alberga un espectacular retablo que es una de las obras cumbre del gótico aragonés. También podemos visitar las ruinas del torreón celtíbero o el castillo medieval del siglo XIV, cuya defensa contra los ataques de Pedro el Cruel de Castilla se recrea en unas jornadas medievales que se organizan en julio.
Además, el entorno natural de Anento no tiene desperdicio. La más destacable es la ruta que nos lleva hasta el famoso manantial de gotas de agua conocido como Aguallueve, que da lugar a curiosas formaciones de roca y pequeñas grutas recubiertas de musgo y vegetación. Un espectáculo único y muy refrescante que no te puedes perder, tras un recorrido por un valle rebosante de naturaleza apto para toda la familia. Eso sí, debes saber que el baño aquí está terminantemente prohibido.
Alhama de Aragón (Zaragoza), el pueblo de Aragón que se desarrolló a orillas de un gran lago termal
En la comarca de la Comunidad de Calatayud, en un paso entre montañas a la orilla del río Jalón, está enclavado Alhama de Aragón. El pueblo goza de fama mundial gracias a sus aguas termales, que ya despertaron el interés primero de los romanos y posteriormente de los árabes. De hecho, Alhama (Al-hamma) se traduce como ‘baño’ o ‘baños públicos’.
La identidad de Alhama de Aragón no se entiende sin su impresionante lago termal, que se extiende sobre dos hectáreas de superficie y está alimentado por aguas cristalinas que brotan a 34º durante todo el año. Alrededor del lago se construyeron toda una serie de instalaciones, jardines, parques y hoteles de aire modernista, que completaron un conjunto que vivió su época de mayor esplendor a finales del siglo XIX y principios del XX.
Pero no es el lago el único atractivo de Alhama de Aragón. Su castillo, ubicado en la parte más alta del pueblo, todavía conserva el denominado como ‘Torreón de los Señores’. También destacan la iglesia de la Natividad, donde podemos contemplar yeserías mudéjares, o un magnífico palacio aragonés del siglo XVI que ahora, ya restaurado, acoge una sala de conferencias y exposiciones, un centro de la tercera edad y la oficina de turismo de la localidad. Muy cerca de Alhama encontramos otros lugares muy interesantes que visitar como la ciudad de Calatayud o el Monasterio de Piedra.
Añón de Moncayo (Zaragoza), uno de los pueblos de Aragón donde puedes alojarte en un castillo medieval
En las faldas del Moncayo, a las puertas de su parque natural, encontramos la localidad de Añón de Moncayo. Un pequeño pueblo de apenas 300 habitantes con mucho encanto, cuyas calles medievales te conquistarán a primera vista. Añón de Moncayo todavía conserva parte de su recinto amurallado y cuenta entre sus principales atractivos con un imponente castillo del siglo XII, que hoy en día funciona como alojamiento rural. Por lo tanto, podremos vivir la experiencia de pernoctar en él durante nuestra escapada.
Otro destacado punto de interés de Añón de Moncayo es la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo románico. Asimismo, paseando por las calles y las plazas empedradas de su casco urbano, podremos descubrir hermosas casas nobles de estilo aragonés que completan un más que interesante conjunto histórico.
Añón de Moncayo cuenta además con un Centro de Interpretación de la Naturaleza, punto estratégico donde descubrir los numerosos atractivos naturales que ofrece el pueblo. Por supuesto, la estrella es el Parque Natural del Moncayo, en el entorno del pico más alto del Sistema Ibérico con 2.314 metros de altitud. Los amantes de la micología encontrarán en el Moncayo un paraíso de setas y hongos. La zona también ofrece otros atractivos como el Balcón del Huecha, con maravillosas vistas del valle, o las Cuevas de Añón, que disponen de una zona recreativa familiar y se ubican a apenas 600 metros del pueblo.
Agüero (Huesca), un pueblo histórico resguardado bajo sus impresionantes mallos
Si queramos visitar Agüero, tendremos que atravesar un bosque y recorrer una sinuosa carretera. El esfuerzo valdrá la pena porque, tras las últimas curvas del camino, aparecerá ante nosotros la imponente silueta de los Mallos de Agüero, que protegen y dan sombra a este precioso pueblo escalonado de la Hoya de Huesca, de tintes medievales y una gran historia.
Los mallos son sin duda el gran atractivo de Agüero. Estas moles pétreas, que pueden alcanzar los 200 metros, se formaron a la vez que los Pirineos. La erosión sufrida a lo largo de los siglos ha desnudado sus paredes de roca, convirtiéndolos en monolitos rojizos que cambian de tono de color según la intensidad de la luz. Estas formaciones milenarias son a la vez un refugio para las aves rapaces y carroñeras, y un auténtico paraíso para los escaladores.
Agüero alberga también tesoros artísticos como la iglesia de El Salvador, cuyas campanas han podido volver a sonar, con su ritual único de repiques y bandeos, gracias al esfuerzo vecinal por mantener viva esta tradición centenaria. O lugares especiales como el museo del órgano, único conocido en la materia, situado en la Casa Abadía.
Por último, en los alrededores del pueblo podemos encontrar la iglesia románica de Santiago de Agüero, un ambicioso proyecto constructivo que en su momento quedó inacabado pero que, aún con todo, ha sido declarado Monumento Nacional. La autoría del monumento se atribuye al taller del maestro de Agüero, el mismo que fue coautor de otra de las obras cumbre del románico aragonés: los capiteles del claustro de San Juan de la Peña.
Aínsa (Huesca), la increíble villa de piedra que detuvo su reloj en el medievo
Si de villas medievales hablamos, no podemos olvidar en nuestro listado a la Capital del Turismo Rural del 2018. Aínsa, situada en la confluencia de los ríos Ara y Cinca y vigilada por la imponente Peña Montañesa, comparte con Boltaña la capitalidad de la Comarca del Sobrarbe, a las puertas de los grandes parques naturales del Pirineo aragonés.
Parece como si el tiempo se hubiese detenido en el medievo en las empedradas calles del casco histórico de Aínsa, declarado Conjunto Histórico-Artístico desde hace casi 100 años. Aínsa nos ofrece sorpresas y rincones con encanto a la vuelta de cada esquina. Destacan en el conjunto su preciosa Plaza Mayor porticada, la iglesia románica de Santa María y los restos de su castillo medieval. Estos últimos sirven cada verano como escenario de lujo para un festival internacional de música.
Por supuesto, Aínsa es también un paraíso para los fanáticos del turismo de naturaleza. Rodeada por numerosas rutas y senderos, cabe destacar entre sus atractivos la ruta de las ermitas de Tella, el ibón de Plan o el monasterio de San Victorián. Para rematar, la localidad es el punto de partida ideal para visitar tres impresionantes parques naturales pirenaicos: Ordesa y Monte Perdido, Posets-Maladeta y la Sierra y los Cañones de Guara.
Alquézar (Huesca), la perla del Somontano que se asienta sobre el cañón del río Vero
Alquézar está considerada como la perla de la comarca del Somontano de Barbastro. El pueblo está compuesto por un pintoresco entramado de calles de trazado medieval repleto de rincones emblemáticos, construido alrededor de una preciosa plaza porticada. La villa de Alquézar, calificada como Conjunto Histórico-Artístico se impone sobre el último cañón labrado por el río Vero antes de abrirse al valle del Somontano.
La colegiata de Santa María, edificada sobre las ruinas de un castillo de origen islámico en lo más alto de Alquézar, está declarada Monumento Nacional. Todavía se conservan, además, tramos de la muralla medieval, restos de la torre albarrana y fragmentos de la antigua iglesia románica integrados en el claustro del siglo XIV. El ayuntamiento ofrece visitas guiadas para poder conocer en profundidad los rincones, la historia y las leyendas de la villa.
El entorno de Alquézar no se queda corto en atractivos turísticos. La localidad está a las puertas del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara. Destaca la maravillosa ruta de las Pasarelas del Vero o Pasarelas de Alquézar, que nos adentra en el cañón con un recorrido sobre el río apto para toda la familia. En el Parque Cultural Río Vero tendremos la oportunidad de admirar pinturas rupestres realizadas al abrigo de las rocas. Y, por último, podremos tomar distancia para admirar toda la belleza de Alquézar desde el mirador Sonrisa del Viento.
Albarracín (Teruel), el monumental pueblo rojo amurallado que te enamorará
Albarracín se encarama imponente a casi 1.200 metros de altitud sobre un peñón rodeado por un meandro del río Guadalaviar, en la misma sierra de Albarracín (Teruel). Solamente su emplazamiento hace ya de este pueblo de tonos rojizos un lugar único, pero ese no es ni mucho menos el mayor de sus atractivos. Perderse por sus intrincadas calles sin prestar atención al paso del tiempo, admirar sus balcones corridos de madera tallada, contemplar los detalles forjados que sorprenden en cada rincón… La experiencia de sosiego y encanto será completa si recorremos Albarracín en el silencio de un anochecer invernal. Nos enamorará para siempre.
La localidad turolense está declarada Conjunto Histórico-Artístico y la UNESCO la ha propuesto para ser Patrimonio de la Humanidad. Casi nada. Además de paseos con encanto y de las impresionantes vistas que ofrece gracias a su emplazamiento privilegiado, Albarracín posee un conjunto de monumentos muy interesante. La Plaza Mayor, de donde suelen partir visitas guiadas, su catedral, las iglesias de Santiago y Santa María, las murallas y el alcázar… También alberga varios museos como una Casa-museo Noble, el Museo Municipal, el Diocesano o un Museo del Juguete.
El entorno natural de la población tampoco tiene desperdicio. En Albarracín podremos encontrar rutas senderistas de diferente dificultad y tendremos la opción de practicar deportes de aventura. Asimismo, el Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno esconde pinturas rupestres que son Patrimonio de la Humanidad. La zona también es muy propicia para la micología. Y por último, la sierra de Albarracín posee certificado Starlight y es un paraíso para los amantes del astroturismo.
Alcañiz (Teruel), patrimonio multicultural al ritmo de los tambores
Nuestra última parada ‘a-ragonesa’ nos lleva hasta Alcañiz (Teruel). La capital del Bajo Aragón reúne numerosos atractivos patrimoniales e históricos que nos han legado las diferentes culturas que se establecieron allí a lo largo de los siglos. La ciudad está ubicada en un meandro del río Guadalope, coronada por el que quizás su edificio más representativo: el castillo de la orden de los calatravos. Junto a él se construyó también el Palacio de Comendadores, que hoy es un Parador Nacional.
El casco histórico de Alcañiz, de origen medieval, tiene como epicentro su Plaza Mayor, en la que podemos encontrar dos de los edificios más bellos del municipio: el ayuntamiento y la lonja. En los bajos de la oficina de turismo, en la misma plaza, se hallan una serie de pasadizos subterráneos medievales que se pueden visitar. Como patrimonio religioso cabe destacar la iglesia de Santa María la Mayor y la ermita de la Virgen de los Pueyos, entre otras construcciones.
La vida de Alcañiz no entendería sin hacer referencia a sus celebraciones. Hay varias muy destacadas, como el Festival de los castillos, que se celebra en verano, o el Vencimiento del dragón, que se conmemora por San Jorge. Pero sobresale sobre todas ellas su Semana Santa, declarada Fiesta de Interés Turístico, un auténtico espectáculo visual y sonoro que, al igual que en el resto de los pueblos de la Ruta del Tambor y del Bombo, sobrecoge a quien lo vive. Alcañiz también cuenta con un circuito internacional, Motorland Aragón, que cada septiembre acoge las carreras del mundial de Moto GP.
Miguel Perez
Me encanta el fútbol, leer, viajar, descubrir nuevos destinos y contártelos
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