Navarra cuenta con una gran riqueza paisajística que va desde las altas montañas en el Pirineo navarro al desierto con curiosas formaciones rocosas de las Bardenas Reales. Es naturaleza salvaje, como la selva de Irati, ligada a la literatura en el valle del Baztán y a la adrenalina en las gargantas de las Foces de Lumbier y Arbaiun.
Entre tanta diversidad vegetal y la belleza del entorno, encontramos un rico patrimonio compuesto por pintorescos pueblos con grandes caserones, iglesias, castillos y puentes medievales. Una gran oferta cultural que se complementa con la variada y deliciosa gastronomía de la zona. Esta es una lista sobre algunos de los pueblos más bonitos de Navarra, aunque hay muchos más.
Etxalar
El primero de los pueblos más bonitos de Navarra se encuentra entre montañas y prados. Etxalar es un fantástico enclave rodeado de naturaleza con apenas 800 habitantes. Este pequeño municipio navarro resulta una genial idea si deseamos pasar unos días tranquilos mientras realizamos senderismo por las Cinco Villas, en el Pirineo navarro.
El municipio cuenta con todo tipo de atractivos como iglesias, molinos de agua o casas tradicionales con más de cinco siglos que complementan a la perfección el enclave rural. Además, en Etxalar podemos encontrar pilas funerarias llamadas estelas discoidales con grabados y que tienen más de 5.000 años de antigüedad. Durante el mes de noviembre se celebran las Jornadas Gastronómicas de la Caza.
Ujué
A unos 50 kilómetros de Pamplona encontramos Ujué. Esta pequeña localidad navarra se encuentra en lo alto de una montaña a algo más de 800 metros de altitud. Esto último lo convierte en un enclave mágico desde donde podemos observar todo el territorio que lo rodea, e incluso vislumbrar los Pirineos y la ribera del Ebro.
Sus pequeñas calles de piedra complementan a la perfección su aura rural. Además, en lo alto del municipio encontramos el santuario de Santa María de Ujué. En ella podemos disfrutar de la talla de la virgen cuya creación se data en el 1190. Además, la localidad cuenta con todo tipo de ofertas gastronómicas entre las que destacan las migas del pastor.
Olite
Si buscamos transportarnos a la Edad Media no podemos dejar de lado a Olite. Esta localidad cuenta con uno de los castillos más reconocidos de toda Europa gracias a su mezcla arquitectónica francesa y decoración mudéjar. Además, podemos visitarlo mientras imaginamos todo lo que sucedía hace unos siglos atrás en aquella localización.
Olite también cuenta con atractivos culturales como el Festival de Teatro veraniego. Además, es uno de los centros neurálgicos del vino por lo que podemos degustar un gran surtido de caldos mientras pasamos por sus calles asombrándonos con las murallas e iglesias.
Puente de la Reina
Muy cercano a Pamplona, apenas 23 kilómetros, encontramos Puente la Reina. Su nombre se debe a una construcción románica sobre el río Arga que, además, supone un cruce de caminos debido a que por él pasan las dos principales rutas del Camino de Santiago. Por ello, en la localidad es muy común ver a peregrinos por sus calles.
Si deseamos probar la gastronomía de la zona, entre septiembre y diciembre se realiza el Mercado del Pimiento. Allí, los productores llevan su principal reclamo con todo tipo de preparados que nos permiten degustar uno de los majares más reconocidos de Navarra.
Zugarramurdi
Zugarramurdi es uno de los enclaves más conocidos de Navarra. Gracias a la película de Álex de la Iglesia, esta localidad adquirió más popularidad y fama de la que ya tenia. Siglos atrás el municipio sufrió un proceso inquisitorial que marcó el futuro de esta población que actualmente cuenta con unos 200 habitantes.
La Cueva de Zugarramurdi se ha convertido en el principal reclamo. En ella se realizaban, teóricamente, las celebraciones paganas, aunque vale la pena visitarla simplemente por su gran belleza. En sus alrededores podemos realizar preciosas rutas senderistas que nos permiten sumergirnos en la naturaleza compuesta de bosques y praderas.
Amaiur
Amaiur con su arco en la entrada del municipio es otro de los puntos más reconocidos de Navarra. El color bermejo del caserío fabricado a base de la piedra procedente de las canteras de Almándoz es uno de los reclamos del pueblo. En su casco histórico podemos conocer el palacio Arretxea o la Casa Arriada, aunque no nos podemos olvidar del molino rehabilitado que todavía sigue funcionando hoy en día.
Un buen paseo es el que atraviesa la presa y finaliza en el monte Gaztelu, uno de los puntos más importantes de la resistencia navarra.
Roncesvalles
Si deseamos iniciar el Camino de Santiago una buena opción es hacerlos desde Roncesvalles. Esta localidad norteña de Navarra cuenta con un rico patrimonio y relevancia histórica gracias a algunas de sus construcciones arquitectónicas como la Colegiata de Orreaga.
Como en muchos de los pueblos navarros, existen varias rutas para hacer senderismo y disfrutar de sus alrededores. Los bosques de hayas de la zona suponen una gran excursión mientras degustamos el tradicional queso Idiazábal de la zona.
Elizondo
Por último, entre los pueblos más bonitos de Navarra no hay que dejar pasar por alto una visita a la capital del valle del Baztan, Elizondo. Esta localidad norteña cuenta con un puñado de casas señoriales o palacios que se combinan a la perfección con la naturaleza de la zona. Tejados a dos aguas o muros blancos característicos que nos permiten sumergirnos por completo en el lugar mientras degustamos muchos de los platos más conocidos de la zona, como las alubias coloradas. Además, el palacio barroco de Arizkunenea es un gran ejemplo de la tradición arquitectónica de la localidad.
Albert Martinez
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