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La historia no ha sido muy generosa preservando el recuerdo de las mujeres ilustres españolas que nacieron, vivieron o fallecieron en el país. En muchos casos, ni siquiera en su tiempo recibieron su merecido reconocimiento –o no tanto como sucedió con sus contemporáneos masculinos– pero nunca es tarde para recuperar sus nombres. Sobre todo en un 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, aunque cualquier fecha es buena para esta misión.
Algunas de esas grandes figuras femeninas, sin las que nuestra sociedad no sería lo que es hoy, tienen un pueblo en su biografía. Y muchos de ellos les han dedicado algo –un museo, una casa, el nombre de una calle o un parque– para rendirles el homenaje que se merecen aunque hayan tardado. La siguiente lista está compuesta por un buen número de ejemplos que pueden servir de guía para organizar una ruta turística: la de las grandes mujeres que se abrieron camino y dejaron su huella.
María de la O Lejárraga– San Millán de la Cogolla
Hasta hace relativamente poco, la obra de María de la O Lejárraga– San Millán de la Cogolla no llevaba su nombre sino el de su marido, Gregorio Martínez Sierra. Muchos y muchas se sorprendieron al enterarse de que el libreto de El amor brujo de Manuel de Falla es suyo, así como la famosa obra de teatro Canción de cuna.
Pionera del feminismo en el país (fue diputada por Granada en 1933), suyas son también las Cartas a las Mujeres de España, reeditadas recientemente por la editorial Renacimiento, uno de los motivos por los que la figura de esta aguerrida defensora de los derechos de la mujer rural vuelve a estar de plena actualidad. Otro es el documental A las mujeres de España. María Lejárraga firmado por Laura Hojman, casi ganadora de un Goya en la pasada edición de los premios.
Nacida en el pueblo riojano de San Millán de la Cogolla, tiene una placa en su casa natal –el número 39 de la calle Mayor– así como en el barrio madrileño de Carabanchel, donde creció y en el barrio de Malasaña, también en Madrid. Asimismo, la artista Andrea Btoy pintó su retrato en una pared del centro de Logroño, capital de su comunidad de nacimiento.
Rosalía de Castro- Padrón
La principal representante del Rexurdimento gallego tenía algo claro: si tenía que morir, que fuese en Galicia. Y así fue cómo sucedió en 1885, en la Casa da Matanza de Padrón, que ahora se puede visitar convertida en casa-museo. Aunque la escritora falleció allí acompañada por su hija Alejandra (a quien ordenó quemar sus fotos y manuscritos ya que no quería que su imagen saliera en los periódicos ni que se publicase su obra póstuma), su cuerpo fue exhumado en 1891 y enterrado en el Panteón dos Galegos Ilustres, en el monasterio de Santo Domingo de Bonaval, en Santiago de Compostela.
Sus dos obras célebres son Cantares gallegos y Follas novas. En ellas reflexiona profundamente sobre la vida rural gallega, las condiciones de las mujeres o el sentido de la existencia. Hubo voces críticas que la acusaron de ser demasiado romántica e incluso simple, pero su vocación siempre fue la de ser escritora y el tiempo ha demostrado que su vocación tenía sentido.
Carmen de Burgos- Rodalquilar
Aunque en la edad adulta la vida la llevó a recorrer muchos kilómetros, la infancia de la primera periodista profesional de España transcurrió alegremente en el valle de Rodalquilar, donde su padre poseía minas y terrenos. “Me crié en un lindo valle andaluz, oculto en las estribaciones de la cordillera de Sierra Nevada, a la orilla del mar, frente a la costa africana. En esta tierra mora, en mi inolvidable Rodalquilar , se formó libremente mi espíritu y se desarrolló mi cuerpo”.
Siendo aún muy joven, harta de un matrimonio infeliz, huyó a Madrid con su hija y allí comenzó su carrera profesional bajo el seudónimo de Colombine. Activista feminista y política de izquierdas, cubrió la Guerra de Marruecos in situ, porque también fue la primera corresponsal de guerra española.
También produjo obra literaria, aunque durante mucho tiempo quedó silenciada como la de muchas otras autoras. Uno de sus títulos más conocidos es Puñal de Claveles que, como Bodas de sangre del también andaluz Federico García Lorca, se basa en el famoso crímen del Cortijo del Fraile, en Níjar, en pleno Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. Actualmente, se puede hacer una ruta siguiendo los escenarios de la novela.
María Zambrano– Vélez-Málaga
Fue una de las intelectuales más importantes de España, pero tuvo que esperar hasta casi el final de su vida para recibir los máximos galardones nacionales: el Premio Príncipe de Asturias en 1981, y el Premio Cervantes en 1988. Su obra estuvo silenciada durante décadas, después de casi medio siglo en el exilio por su oposición activa a la dictadura de Franco. Durante todo ese tiempo residió en diversos países como México, Cuba, Roma o París y fue amiga de otras figuras tan relevantes de la intelectualidad española como Maruja Mallo o Luis Cernuda
Su mente incansable trabajó hasta casi el último día. En 1981 fue nombrada Hija Predilecta de su municipio natal Vélez-Málaga, donde está la fundación que lleva su nombre. En ella se puede visitar una biblioteca que fue suya, que está abierta para consulta y las exposiciones que se van organizando. Asimismo cuenta con una sala para investigadores, que pueden tener acceso a la documentación que reside en la sede.
Margarita Salas– Valdés
Esta bioquímica asturiana es uno de los grandes nombres que España ha aportado a la ciencia junto al de Severo Ochoa, de quien fue discípula y con el que compartió despacho en Estados Unidos. Su campo era el de la biología molecular y durante su carrera publicó más de 350 artículos en revistas y libros, se hizo con ocho patentes y dio cerca de 400 conferencias. La lista de galardones y reconocimientos que le otorgaron es larguísima: entre ellos están la Medalla del Principado de Asturias (1997), la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo (2005) o la Medalla Echegaray de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (2016).
En el año 2020, se abrió el espacio ‘Laboratorio Severo Ochoa/Margarita Salas’ en el Parque de la Vida de Luarca, que en su web dice: “A través de sus trabajos e investigaciones nos adentramos en la vida, esa vida para la que la ciencia nos aporta, a través del conocimiento, los valores fundamentales para protegerla. Y qué mejor que hacer este viaje acompañados de tan ilustres vecinos”. Entre otras cosas, se puede ver la última bata de trabajo que utilizó la científica.
Rocío Jurado- Chipiona
Este pueblo de Cádiz tiene el orgullo de poder decir que tiene a dos ‘de las figuras más grandes de España’ ligadas a él. Una es Rocío Jurado conocida como ‘la más grande de la copla’ y la otra es su faro, que es el más alto de la Península. Pero teniendo en cuenta la temática de esta lista, la protagonista en esta ocasión es la artista.
En junio de 2022 se inauguró –por fin, era una deuda pendiente de la localidad con su personaje más relevante– el Centro de Interpretación de Rocío Jurado, que cuenta con una zona musical interactiva, una parte de dedicada a sus inicios y otra a sus primeros años en los tablaos y la televisión, además de la protagonizada por su reconocimiento. También hay una sección consagrada a su valor como persona más allá de su figura artística y a su función como embajadora no oficial de Chipiona.
Antes de la apertura de este centro, el museo dedicado a la folclórica era el bar Tani, con su exposición permanente dedicada a ‘La Jurado’. En el pueblo se puede hacer una ruta temática que además de pasar por dicho establecimiento, también se para en el monumento situado en la Avenida Rocío Jurado, el mausoleo en el que está enterrada y la estrella en el Santuario Virgen de Regla, entre otros puntos.
Carmen Martín Gaite- El Boalo
Pese a que nació en Salamanca, pasó gran parte de su vida en Madrid con intervalos en Nueva York, aunque su verdadero refugio era la casa familiar situada en El Boalo, en la sierra de Guadarrama. Allí es donde se ubica ahora la Fundación Centro de Estudios de los Años 50 que creó su hermana Ana María, también fallecida. La residencia está abierta a visitas y en ella también se organizan eventos como seminarios o jornadas de incentivación a la lectura.
Martín Gaite fue una de las escritoras más admiradas y queridas de la generación de escritores e intelectuales ‘los niños de la guerra’. Ganó el Premio Nadal con su segunda novela Entre visillos (1958) y a partir de ahí todo fueron logros, incluyendo el Premio Nacional de Narrativa (1978), el Premio Príncipe de Asturias de las Letras Españolas (1988) o el Premio Nacional de las Letras Españolas (1994) entre otros muchos.
María de Maeztu- Estella
Si la popularidad o el cariño de un país por una persona puede medirse en el número de calles, rotondas o colegios que llevan su nombre, María de Maeztu tiene pocos competidores que lleguen a su nivel en España. La pedagoga y feminista vasca dirigió la Residencia de Señoritas y el Lyceum Club Femenino –dos centros de reunión de las intelectuales españolas en los años 30, frecuentado por Victoria Kent, Elena Fortún o la antes mencionada María Lejárraga– además de deciarse a la docencia.
El exilio la llevó a Buenos Aires, donde obtuvo la cátedra de Historia de la Educación en la universidad de la ciudad. Allí trabajó y residió el resto de su vida hasta que falleció en 1948. Un año después, su cuerpo fue repatriado y enterrado en Estella, en el mausoleo familiar. En dicha localidad residen los fondos de su hermano el pintor Gustavo de Maeztu, que fueron donados por la propia María.
Lola Flores– Jerez de la Frontera
El pasado 21 de enero se cumplió el centenario de una de las artistas que más admiración causó en España a lo largo de toda su vida y que también se ganó el cariño genuino del país, pese a sus fraudes con Hacienda o sus salidas de tono. De hecho, la naturalidad con la que se expresaba en público fue la que la convirtió con el tiempo en todo un icono de la cultura pop española. El día que falleció, se derramaron tantas lágrimas aquí como en Gran Bretaña el día que murió Lady Di
Pero pese a su fama, la folclórica aún no tenía un centro de homenaje en Jerez de la Frontera, su ciudad natal, algo que se solucionará la próxima primavera cuando se inaugure el Museo Lola Flores. En él se podrán ver objetos relacionados con ella aportados por la familia, como sus batas de cola y muestras audiovisuales de sus actuaciones. Asimismo, tendrá un tablao flamenco que simulará los escenarios donde Lola Flores dio sus primeros taconeos.
Carmen López
Soy periodista y escribo sobre cosas que importan en sitios que interesan desde hace más de una década.
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