España cuenta con una diversidad natural increíble y eso permite que puedas disfrutar de todo tipo de planes en cualquier época del año. Cuando pasa el calor abrasador del verano, se abre la puerta al otoño, una estación creada para los más tranquilos y sosegados. La naturaleza comienza a cambiar y se aprecian todo tipo de colores variados. Si te apetece sumergirte en un baile de colores espectacular, te mostramos los mejores pueblos para disfrutar del senderismo en otoño.
Los pueblos siempre van a tener un aura muy mágica: caminos empedrados, olor a campo o bosque, pájaros cantando, etc. Se genera una combinación de elementos que nos hacen querer volver para poder desconectar del estrés y el ajetreo.
Ezkaroze, la aldea perfecta para disfrutar de la selva de Irati
Ezkaroze es una aldea rodeada de praderas verdes, riachuelos y bosques. Su arquitectura destaca por el empleo de la piedra y, en general, cuando caminas por las calles sientes que has retrocedido unos siglos en el tiempo. Se encuentra a poco más de una hora de uno de los bosques más extensos de Europa: la selva de Irati.
Este pueblo se convierte en un asentamiento ideal para partir desde muy temprano y acceder a un paraje casi en estado virgen. Es un bosque que se compone de hayas y abetos. Cuenta con una ruta que tiene como destino la cascada de las aguas cristalinas del río Cubo. Este emplazamiento natural te dejará sin respiración por su combinación de colores, sus bosques mágicos y sus aguas.
A la hora de descansar, Amalur Etxea se abre paso entre la vegetación frondosa para ofrecer a los visitantes una forma de mezclarse con los vecinos. Los apartamentos tienen cocina equipada, salón con chimenea, jardín con barbacoa y tres habitaciones dobles con baño individual en cada una de ellas.
La Adrada y el castañar “El Tiemblo”
Este pueblo medieval (coronado por un castillo) es perfecto para los amantes del otoño y de la historia. Se encuentra en pleno paraíso natural, por lo que cuenta con unas vistas panorámicas alucinantes. Para los fanáticos del senderismo otoñal, a tan solo 40 minutos en coche, se encuentra el castañar “El Tiemblo”, en plena sierra de Gredos. Existe una ruta ideal que consta de cuatro kilómetros y que tiene muy poca dificultad, lo que hace que sea fantástica para familias con niños.
Durante el otoño, este sendero está protagonizado por colores cobrizos y un mar de hojas a los pies. Podrás observar castaños ancestrales de un tamaño gigantesco, aunque también hay cabida para los acebos, los serbales, los pinos y los robles.
Al llegar la noche, tu cuerpo estará ávido por descansar y te aconsejamos Paraíso del Tiétar, en la propia La Adrada. Está localizado en un paraje magnífico repleto de pinares centenarios que te impulsará a estar en sintonía con la naturaleza. Además, cuenta con visitas culturales y gastronómicas exquisitas, con una tradición culinaria variada.
Sarría y el Parque Natural de Gorbeia en otoño
Sarría es una aldea que transmite calma y más en otoño, un momento del año en el que la naturaleza afronta el cambio de temperaturas y muda su piel. Este asentamiento se encuentra a escasos metros del parque natural más grande del País Vasco. Cuenta con una extensión total de 20 mil hectáreas y su punto más alto está a 1.482 metros.
Es un lugar precioso para acudir en familia o en una aventura romántica, ya que tiene unos caminos de cuento. Por otra parte, también tienes a tu disposición rutas en bicicleta y a caballo.
El objetivo de este entorno natural privilegiado es deleitar a los visitantes con el sonido de los pájaros, la hermosura de los árboles, las visiones fugaces de los ciervos y, en ocasiones, el silencio total.
Para dormir, te recomendamos Gorbea Bide, una antigua casería de piedra del siglo XVI que se encuentra completamente adaptada a la actualidad para cubrir todas tus necesidades. La cocina está equipada, el salón alberga una chimenea y tiene un jardín con barbacoa, mesas y sillas para poder charlar hasta altas horas de la madrugada. En todo su conjunto, acudir al Parque Natural de Gorbeia es como estar en un cuento.
La clave de los paisajes otoñales es que son una oportunidad para alejarte del ruido y del estrés. Durante los veranos, estamos acostumbrados a actividades más intensas, pero en otoño, lo ideal es realizar todo tipo de rutas entre frondosos bosques de colores cobrizos que te inviten a reflexionar sobre lo que es verdaderamente importante. Además, este tipo de senderos no destacan por ser un reto a nivel deportivo, sino por la belleza de los parajes que calan en el alma para toda la vida.
Redacción ER
Nos encanta inspirar a viajeros y ayudar a los propietarios con nuestros contenidos
Etiquetas
Si te ha gustado, compártelo
Sitio bonitos donde hacer senderismo: Páramo del Sil y alrededores. En el Bierzo
Tenéis información sobre rutas en un radio e 50 km de Benidorm?