Pulso a la despoblación: este paraíso rural salva ‘in extremis’ una de sus escuelas
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21.09.2024
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Si cerramos los ojos e intentamos imaginar un auténtico paraíso natural nos surgirán imágenes con imponentes montañas y rincones en los que el agua y la vegetación se apoderan de la estampa. Hoy, EscapadaRural te invita a visitar el valle de La Fueva (Huesca), un edén rural formado por 25 núcleos habitados. Entre ellos, Tierrantona (capial de La Fueva) y Caneto, un pueblo que permaneció 20 años deshabitado y que ahora ha salvado su escuela a las puertas de la vuelta al cole.
Nos vamos un enclave estratégico entre las conocidas localidades de Aínsa y Benasque y próximo a parques naturales y montañas como Monte Perdido y Aneto. ¿Nos acompañas?
Pulso a la despoblación: Caneto salva su escuela del cierre
Con el fin del verano muchos pueblos de España vuelven a una cruda realidad marcada por las calles vacías y un silencio sepulcral. El regreso de turistas y propietarios de segundas residencias a la gran ciudad es el resultado de la despoblación, un fenómeno implacable que ha abocado a la desaparición a rincones de nuestra geografía en los que cualquier ser humano soñaría vivir.
Caneto (uno de los 25 núcleos habitados de La Fueva) quedó abandonado en los años 60, cuando el pueblo fue expropiado a raíz de la construcción del pantano de El Grado. Sin embargo, dos décadas después se repobló gracias a una familia que quería vivir en el Pirineo e inició un proyecto de recuperación. A esta se sumaron más familias y crearon una asociación para que la Confederación Hidrográfica del Ebro les concediese la cesión del territorio, el cual empezaron a reconstruir con ilusión. En ese primer momento se creó una escuela pública, ubicada en la ermita.
Sin embargo, con el paso de los años, cuando los hijos de estas familias crecieron y se marcharon al instituto o universidad, el pueblo perdió el relevo de menores en edad escolar y Caneto quedó habitado por pocas personas adultas.
Peña Pérez, vecina de Caneto y portavoz de las familias que habitan en la actualidad esta aldea, ha explicado a EscapadaRural que, tras unos años, estos chicos y chicas que marcharon a realizar sus estudios superiores fuera de Caneto volvieron a llenar la aldea de vida, ya que decidieron volver allí con sus hijos. A día de hoy, hay 54 personas censadas y 23 de ellas son menores en edad escolar.
En 2015 arrancó el proyecto educativo O’Chinebro (enebro en aragonés), una escuela rural situada en la ermita, en la plaza de Caneto, y en la que dos profesores contratados por las familias enseñaban a los niños con metodologías activas. «Cuatro años después, se solicitó la creación de una escuela pública, pero la normativa no permitía que se reabriera en la ermita, donde ya estaba».
Según informaciones del Departamento de Educación, Ciencia y Universidades de Gobierno de Aragón, desde 2019 se ha estado ofreciendo un servicio educativo en un aula “no legalizada”. Así, en noviembre de 2023 se ordenó el cierre de la escuela. «Nos llamaron un jueves y el lunes el aula estaba cerrada», lamenta Peña Pérez.
«Lo único que nos ofrecieron era desplazar a los niños a una escuela de referencia ubicada a una hora por carreteras llenas de hielo y nieve. Esto era un derroche de 2.000 euros semanales», explica. «El autobús venía cada mañana y se volvía vacío con el conductor y el auxiliar, porque no estábamos dispuestos a poner a nuestros hijos en peligro».
Lo único que nos ofrecieron era desplazar a los niños a una escuela de referencia ubicada a una hora por carreteras llenas de hielo y nieve
Peña Pérez
La justicia permite la vuelta al cole en Caneto
Ante la negativa a la reapertura del centro, «decidimos poner un contencioso administrativo en el Tribunal Superior de Justicia de Aragón pidiendo medidas cautelares». Sin embargo, admite «siempre intentamos evitar la vía judicial».
De hecho, se ofreció hacer un pacto extrajudicial y así acabó sucediendo. «Era lo más lógico, porque además sabían que el caso lo tenían perdido».
La portavoz de las familias celebra que el tribunal admitiese inmediatamente la solicitud de medidas cautelares y permitiese la vuelta al cole de los peques este pasado 9 de septiembre. «Están muy felices. Todos estamos muy felices», celebra.
Al fin y al cabo, si este lugar ha recobrado la vida y ganado el pulso a la despoblación es gracias a aquellas personas que apuestan por vivir allí. Eso, por supuesto, implica que a sus hijos se les garantice su derecho a recibir una educación e ir cada día a su escuela sin tener que jugarse la vida.
Qué ver en La Fueva
El entorno natural del valle de La Fueva tiene un enorme valor paisajístico. Esas estampas de picos y agua de las que hablábamos no son imaginarias. Como verás, se repiten una y otra vez en este enclave pirenaico a cada paso.
Sin embargo, a parte de su tesoro natural, el valle tiene muchas otras cosas que te van a fascinar. Entre ellas, el legado arquitectónico militar y religioso de diferentes siglos, su gastronomía, sus tradiciones y sus famosos carnavales.
Viaja al pasado con las rutas del románico y las casas fuerte
Una propuesta a tener en cuenta para una escapada es realizar la ruta del románico, un itinerario que te permitirá conocer el castillo de Samitier, el complejo militar de Muro de Roda o el castillo de Troncedo, construcciones defensivas que datan del siglo XI y que han sido declaradas como Bien de Interés Cultural.
EscapadaRural ha hablado con Jesús Solano, alcalde de La Fueva. El edil ha destacado, entre otros atractivos, el congosto del Entremón o el conjunto fortificado de Muro de Roda entre los lugares que no puedes perderte durante tu visita al valle. Situado en un emplazamiento estratégico, a 1.107 metros de altura, esta joya del Medievo es un balcón privilegiado desde el que disfrutarás de unas panorámicas increíbles del Pirineo aragonés.
De la misma forma, la ruta de las casas fuerte te transportará en el tiempo. Concretamente al siglo XVI, cuando la hostilidad entre familias pudientes, vasallos y bandoleros por hacerse con el control de las tierras dio lugar a una arquitectura defensiva.
La ruta se articula alrededor de diez casas fortificadas con paneles descriptivos en cada una de ellas. Entre ellas destacan casa Palacio en Salinas de Trillo, casa Fantova en Humo de Rañín, Morillo en Arasanz y las dos casas vinculadas a la familia de los Mur en Formigales y Aluján.
Arquitectura militar y religiosa
Y si eres de los que se rinde ante la arquitectura religiosa también estás de suerte. En este maravilloso destino encontrarás las primitivas iglesias románicas de San Bartolomé de Muro, San Juan de Toledo, San Emeterio y San Celedonio, en Samitier.
La ermita de los Santos Emeterio y Celedonio está ubicada en el desfiladero del Entremón, a unos 750 metros de altitud, en la localidad de Samitier (La Fueva) y fue construida con fines militares y religiosos. En el origen, este edificio de gran envergadura fue la iglesia o capilla del castillo.
Forma, junto a la torre del homenaje y a los otros elementos que se conservan del antiguo castillo de Samitier, un importante
conjunto religioso-militar que está declarado Bien de Interés Cultural.
Y como ya te hemos comentado, durante tu escapada no te escaparás, valga la redundancia, de tropezarte con imponentes parajes naturales a cada paso que des. ¿Quieres ver el paisaje que podrás disfrutar desde este conjunto religioso militar? Atento.
El campanario de la iglesia de Mediano emerge como una boya en medio de este embalse, uno de los más grandes de Aragón. Ubicado en La Fueva (Huesca), como tantos otros, este embalse nace de la inundación de un municipio. El pantano de Mediano recoge las aguas de los ríos Ara y Cinca.
Te conviene saber que hay varias empresas que ofrecen travesías en kayak, canoa y piragua, con interpretaciones de la flora y fauna del lugar. Además, está permitido el baño y el uso de embarcaciones a motor para la pesca o actividades de recreo.
Como ves, el valle de La Fueva, Caneto y todo ese mosaico de municipios que dan vida al lugar son destinos que nadie debería perderse. Esperamos haber despertado tu interés y que nos cuentes tu opinión a la vuelta.
Verónica Gómez
Periodista, madre de Hugo y Enzo a tiempo completo e investigadora incansable, diría que hasta cuando duermo. Antes en Crónica Global, El Liberal y El Mundo Catalunya
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