Con poco más de 600 habitantes, pasear por Sos del Rey Católico es hacer un viaje a otra época. Situada en la zaragozana comarca de las Cinco Villas, en su día fue una atalaya clave en la historia fronteriza entre los antiguos reinos de Aragón y Navarra.
En aquellos tiempos, Sos del Rey Católico era solo Sos, un topónimo que viene a significar algo así como “sobre un alto”. Su nombre actual le llegó entrado el S. XIX, con una orden de Alfonso XIII que pretendía relacionar para siempre el lugar con un hito clave en la historia de España: el nacimiento de Fernando el Católico, el 10 de marzo de 1452.
Declarado Conjunto Histórico-Artístico desde 1968, Sos del Rey Católico conserva uno de los mejores conjuntos medievales de Aragón, con bellas casas de piedra, aleros de madera, fachadas con sillares y escudos, ventanas góticas y renacentistas y calles peatonales.
Una puerta para cada día de la semana
A Sos del Rey Católico le abraza uno de los recintos amurallados más completos de todo Aragón. Quedan de él siete puertas defensivas, una por día de la semana. Por una de estas puertas accedió Doña Juana Enríquez embarazada del futuro rey Fernando el Católico.
A la puerta le quedó el nombre de Torreón de la Reina y se diferencia del resto, mucho más sencillas, por su estructura de torre almenada con matacán incluido. Se acceda como la reina o se haga por cualquier otra de las puertas, en su interior aguardan unas callejuelas con casas de piedra, balcones y palacetes que transmiten espíritu medieval.
Un mirador algo frío
Los del pueblo llaman a la explanada donde se encuentra la iglesia de San Esteban “el rechelao”porque es el punto más helado del lugar. Allí el viento sopla fuerte la mayoría de las veces, tanto que ha ido desgastando los relieves de la portada de la iglesia.
No obstante, también es un lugar de visita imprescindible porque sirve para comprender la elección de la estratégica ubicación que se escogió para su fundación, que servía para controlar las tierras más noroccidentales durante la Edad Media. Desde este mirador se puede observar con detalle el valle de Onsella, lleno de robles y carrascas, el santuario de Valentuñana, y, algo más lejano, Sangüesa.
Pero, si se trata de llegar a lo más alto de Sos del Rey Católico, habrá que dar unos pasos más hasta el antiguo castillo del que solo queda la torre del Homenaje, asentado sobre la Peña Feliciana, el promontorio más alto del pueblo.
Iglesia de San Esteban
En la parte más alta de Sos del Rey Católico es donde se asienta también la bellísima iglesia de San Esteban (siglo XII), levantada sobre la cripta de Santa María del Perdón para salvar el fuerte desnivel existente. Una buena muestra es la vertical caída de los ábsides.
Mientras duró la construcción de la iglesia, la cripta se usó de lugar de enterramiento y de culto, por lo que recibió una profusa decoración que aún hoy maravilla por su maestría y por el subido tono rojizo de sus pinturas góticas. Para los curiosos, en la iglesia se puede ver la pila bautismal del s. VII en forma de flor donde fue bautizado Fernando el Católico. Es la misma pila con la que se ha seguido bautizando a los niños del pueblo.
La judería
Ya descendiendo desde la parte más alta del conjunto monumental, se accede al trazado que conforma la interesante judería de Sos del Rey Católico. Hay muchos elementos destacados, como la popular plaza de la Sartén o la calle Salsipuedes, verdadero epítome del tortuoso trazado de estas calles.
Como muestra del cuidado que se tiene con el patrimonio en el pueblo, hoy la sinagoga se ha convertido en una vivienda de alquiler de turismo rural que recibió el Primer Premio de Restauración de Fachadas en 2007.
Hacia el epicentro del pueblo
Se continúa hacia la plaza de la Villa, donde se encuentra el ayuntamiento (del s. XVI). Su belleza renacentista, con su hiperbólico alero de madera, contrasta con la sobriedad del soportal del mercado que hoy da cobijo a la terraza de un pequeño restaurante desde la que se puede ver el colegio Isidoro Gil de Jaz.
Otros puntos que no pueden faltar en un paseo por Sos del Rey Católico son la lonja medieval, donde se reunía el concejo en la Edad Media y que hoy sirve de patio de colegio para los pocos niños que quedan con la despoblación. Por supuesto, el palacio de Sada es otro lugar imprescindible. La casa nobiliaria en piedra de sillería destaca por encima de todas las otras y sirve de emblema. Ahora ubica la oficina de turismo, donde empieza y acaba un interesante recorrido guiado por el pueblo.
Espacio Berlanga
Han pasado ya más de 35 años, pero en Sos del Rey Católico aún recuerdan a Luis García Berlanga y a los actores que dieron vida a la famosa película La vaquilla. Recientemente se celebró el centenario del nacimiento del director con varios actos y se puede seguir una ruta para descubrir los espacios que aparecieron durante el rodaje.
Sin duda, una original y cinéfila forma de recorrer el pueblo. Frente al museo parroquial se encuentra la estatua de bronce que recuerda al director. Y se pueden buscar las 12 sillas que recuerdan también al resto del elenco de protagonistas del film.
Entre ruinas y excursiones
Ruesta es el destino de una de las excursiones que se pueden hacer en los alrededores, ¿pero qué hay en Ruesta? Algunos dirán que ruinas. Otros, como el arquitecto Sergio Sebastián Franco (1976), dirán que son “ruinas bellas”. Él es el director de una series de intervenciones que se han realizado en el antiguo pueblo abandonado para consolidar el entorno urbano y recuperar el trazado del Camino de Santiago francés a su paso por el entorno de Yesa.
Las intervenciones realizadas hasta ahora han sido distinguidas recientemente con el Premio Hispania Nostra 2021. Otras opciones para calzarse las botas de caminar son algunos de los itinerarios marcados por la Val d’Onsella o la ruta que se interna por algunos de los pueblos de las Cinco Villas o la que lleva hasta el paisaje semidesértico de las Bardenas Reales desde Carcastillo.
José Alejandro Adamuz
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