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En muchas ocasiones, las grandes ciudades eclipsan los encantos de otros núcleos de población repartidos por todo el país en los que la cultura, la gastronomía y el patrimonio histórico se encuentran en cada esquina. Madrid o Barcelona pueden ser destinos estrella para quienes están interesados en estos temas (¿quién no?) pero les faltan unos aspectos que pueden ser cruciales: la comodidad y la tranquilidad. Aranda de Duero es uno de esos lugares en los que confluyen todos esos factores y, por lo tanto, merece la pena una visita. Estas son algunas de las razones más interesantes:
1- Banda sonora
El pasado mes de marzo de 2023, Aranda de Duero presentó ante la UNESCO su petición para obtener el título de Ciudad Creativa de la Música. Lo cierto es que tiene más de un argumento de peso. Uno de ellos es el Festival Sonorama Ribera, que se celebra en el mes de agosto con un cartel cargado de nombres importantes de la música nacional. Además, en él alcanzaron la fama grandes bandas actuales como Vetusta Morla (la plaza del Trigo puede considerarse como un trampolín mágico a la fama). El evento, que dura cuatro días, se reparte por todos los puntos de la ciudad, convertida en un mapa de escenarios.
Otra de las razones que pueden otorgar el título de CCM a la ciudad burgalesa es el Certamen Internacional de Bandas, que también tiene lugar en verano o su pasado musical histórico que incluye una pieza propia: la Zarzuela de Aranda. Asimismo, es bastante habitual encontrarse con músicos y músicas callejeras interpretando sus canciones cada día del año en cualquier calle o plaza.
2 – Gastronomía
Si hay algún plato que represente a Aranda de Duero más allá de sus fronteras es el lechazo asado. Muchos de los visitantes se desplazan hasta allí solo para degustar ese sabor tan típico, pero lo cierto es que existen otras opciones (afortunadamente para los arandinos que busquen innovación cuando salen a comer o cenar). Un ejemplo es el restaurante 51 del Sol, situado en el centro de la ciudad.
Su jefe de cocina David Izquierdo combina la tradición gastronómica de la zona con técnicas culinarias novedosas que dan lugar a platos que casan ingredientes como lascas de foie con frutas o bacalao con base de callos, aunque en su carta también hay sitio para opciones que nunca pasan de moda como las chuletillas de lechal con patatas. La oferta varía según la disponibilidad de los productos de temporada, eso sí. Mucha atención a los postres, porque su tarta de queso o su flan con helado de regaliz negro son más que remarcables.
3 – Vino
Aunque podría entrar en la categoría de gastronomía, el vino tiene tal importancia en la personalidad de Aranda del Duero que merece un puesto propio en la lista de razones para hacer una visita. De hecho, forma parte de la Ruta del Vino Ribera del Duero junto a otras localidades burgalesas como Peñaranda o Roa y sus calles están pobladas de bares y restaurantes en donde la mayor parte de los comensales brindan con caldos de la zona. Además y por si quedaba alguna duda, fue escogida Ciudad Europea del Vino 2022.
Además, hay un dato muy curioso: en el subsuelo de la localidad hay siete kilómetros de túneles y galerías excavados entre los siglos XII y XVIII que conforman las bodegas subterráneas (dos de ellas, propiedad del Ayuntamiento, se pueden visitar a través de su oficina de turismo). Estos lugares sirvieron de refugio para los arandinos durante la guerra de la Independencia del siglo XIX que se libró contra el ejército francés de Napoleón y durante la Guerra Civil.
4- Patrimonio
Pasear por la capital ribereña significa toparse con monumentos históricos a cada paso. Tiene cuatro bienes de interés cultural protegidos: las bodegas subterráneas, la iglesia de Santa María, la iglesia de San Juan (que actualmente es el Museo Sacro Iglesia de San Juan) y el rollo de justicia. También son de interés los diferentes puentes que pasan sobre los ríos de la ciudad como el Puente Mayor, que data –al menos– del siglo XIV y sirve para cruzar el río Duero. Asimismo, está el puente medieval de las Tenerías que está construído sobre el río Bañuelos, afluente del Duero.
Además, en el suelo de la Plaza Mayor hay una representación-homenaje al plano urbanístico en perspectiva de Aranda que se trazó en 1503 y que es el más antiguo que se encuentra en el Archivo General de Simancas (que, desde 2017 es parte de la Memoria del Mundo de la UNESCO). Este mapa se trazó con motivo de un pleito que interpusieron los vecinos de la villa para derruir unas viviendas que impedían el paso directo a la iglesia de Santa María desde la calle Barrionuevo. Básicamente, lo que buscaban era acabar con un callejón ‘con mala fama’ y lo consiguieron, porque finalmente tuvo lugar el derribo.
Por las calles y recovecos de Aranda de Duero es fácil encontrarse con esculturas y obras de arte y, de hecho, hasta hay una casa famosa de un artista (famosa la vivienda, no el habitante). La fachada está adornada con azulejos con mensajes, esculturas y otros elementos que son capaces de captar la atención del viandante durante un buen rato.
5 – Ambiente
Aunque haya quien lo piense, el ambiente festivo de una ciudad no está necesariamente vinculado a su tamaño. Aranda de Duero es un buen ejemplo de ello: no es una gran urbe al estilo de Madrid, pero sus calles (y sus bares) están llenas de vida.
Además, no es necesario coger transporte motorizado para conocerla en profundidad porque se puede ir caminando a cualquier sitio, lo que hace que la visita esté exenta de obligaciones horarias. Asimismo, permite pasar del bullicio a la calma absoluta en pocos minutos porque está rodeada de naturaleza. En apenas unos kilómetros es posible desplazarse a la Edad Media y respirar aire limpio casi sin darse cuenta.
Carmen López
Soy periodista y escribo sobre cosas que importan en sitios que interesan desde hace más de una década.
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creo que no tenéis bien cogida la noticia. no se celebra el festival en abril