Sierra de la Demanda, rutas y paisajes en la «Laponia burgalesa»
Escrito por
15.02.2024
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Tal y como ya avanzaba Francesc Ribes en su libro Los pueblos más bonitos de la España Vacía: “A la bonita sierra de la Demanda también se la ha llamado la Laponia burgalesa por su escasa población. En sus pueblos, la España vacía no es un concepto abstracto, sino una realidad diaria”.
Sorprende con una superficie de unos 1.400 Km2 y unas densidades de población bajísimas. Por ejemplo, Santo Domingo de Silos no supera los 3,3 habitantes por Km2. Por otro lado, resulta increíble la cantidad de cosas que ofrece esta población y sus alrededores como paisajes de cine (literalmente, ya que tiene el famoso cementerio de Sad Hill), un fuerte patrimonio histórico, gran tradición forestal y ganadera o parques de ensueño, como el Parque Natural Sabinares del Arlanza-La Yecla. ¿Sabías que aquí se encuentran los sabinares más extensos y mejor conservados? ¿O que en el monasterio de la villa de Santo Domingo de Silos se puede escuchar a día de hoy el canto llano, también conocido como el canto gregoriano?
Así es Sierra de la Demanda, comarca llena de historias, rutas, secretos y con varios municipios. Algunos de los cuales tienen nombres bastante curiosos y graciosos como Cabezón de la Sierra, La Gallega, Moncalvillo o Salas de los Infantes, su capital. ¿Te animas a descubrirla?
Sierra de la Demanda: una de las zonas más bonitas de la España Vacía
¿Qué es ese concepto tan extendido de la España Vacía? Pues bien, se conoce como España Vacía las zonas que quizás han sufrido más movimientos de población y emigraciones masivas de lo rural a la ciudad. Las provincias de Soria, Teruel y Cuenca han sufrido bastante pero no son las únicas ya que son muchos los municipios con un alto riesgo de despoblación. Zamora les sigue de cerca como una de las provincias que más población ha perdido este último año y eso que la población ha ido creciendo año tras año sin notarse en todas las zonas por igual.
Pero…¿Siempre ha estado tan lleno nuestro país? Tal y como se explica en el libro Los pueblos más bonitos de España, quizás nunca estuvo tan poblada. “En 1900, cuando la Francia metropolitana, con una extensión algo superior a la nuestra, rondaba los 39 millones de habitantes, en España no llegábamos a los 19 millones. Este es solo un ejemplo del contraste que supone la demografía española frente a la densidad de Europa”.
Por otro lado, puede ser que haya menos habitantes en determinadas zonas debido a la geografía única que presenta el territorio español y al suelo ibérico. En la península encontramos desde fascinantes bosques, zonas áridas y el único desierto de Europa, tierras volcánicas, llanuras y lugares sumamente remotos. “Como cuando a Miguel de Unamuno, cuyas críticas a la dictadura de Primo de Rivera le valieron la pérdida de la cátedra en Salamanca y el exilio en Fuerteventura, un paisaje triste y desolado pero hermoso a la vez”, cuenta Francesc Ribes.
Santo Domingo de Silos, tierra con infinidad de posibilidades
No es la capital de la Sierra de la Demanda pero bien merece una parada en nuestro recorrido por estas tierras. Pero…¿Qué esconde esta población pensaréis? Pues muchas rutas ya que es un cruce de caminos inimaginable, por aquí pasa el Camino del Cid, una variante del Camino de Santiago, el Camino de la Lengua Castellana e incluso la ruta del vino de la DOP Arlanza o la vía verde de la Sierra de la Demanda, parque natural fascinante.
Si nos dejamos perder por sus soleadas calles y casas de piedra encontraremos su maravilloso monasterio, el cual el original se remonta a la época de los visigodos para más tarde construirse una iglesia románica y luego se levantó la que hay actualmente, de planta barroca. De todos modos, el claustro románico si que se conservó y hoy en día es una de las visitas obligadas si te encuentras por la villa así como el original Museo Sonidos del Mundo. Este museo se creó en una casa del pueblo que data del siglo XVII (1624) y que fue rehabilitada, aquí los sonidos son los protagonistas y cuenta con instrumentos de todas las partes del mundo (Japón, Madagascar, Burkina Fasso, etc).
No podemos dejar atrás la población sin ver la secuoya (una de las pocas que hay en territorio español), se encuentra en la entrada principal del monasterio o escuchar el canto llano, una gran aportación cultural que no es tan fácil de encontrar a día de hoy y que es ya tradición desde la Edad Media.
Por último y ya saliendo de la población nos topamos con el famoso desfiladero de la Yecla, en dirección a Caleruega. Un cañón-desfiladero con pasarelas de 600 metros de longitud y paredes verticales de más de 100 metros de altura. Recuerda a un pequeño Gran Cañón, el cual fue creado con el paso de los años y la erosión del arroyo Cauce, afluente del río Mataviejas. Este cañón ofrece caminos bastante sencillos y aptos para todos los miembros de la familia. Pero esto no es todo ya que como avanzábamos antes, esta villa con tan solo 261 habitantes (INE 2023), esconde el famoso cementerio Sad Hill, escenario de la conocidísima película El bueno, el feo y el malo.
El cementerio de Sad Hill, claro competidor de Silos
Sí, el que fue el cementerio de Sad Hill y donde se rodó la escena o duelo final de la película se ha convertido en un claro competidor del monasterio. Gran parte de turistas se acercan hasta lo que fue el escenario de este film y donde: “Durante un verano, cientos de soldados españoles, estudiantes y vecinos de los pueblos próximos cavaron las 5000 tumbas, mientras los productores y los decorados simulaban ser de parajes de Nuevo México”, comenta Francesc en Los pueblos más bonitos de la España Vacía.
Lamentablemente, después del rodaje el lugar quedó abandonado y olvidado hasta que años más tarde se creó la Asociación Cultural Sad Hill. Y menos mal ya que lo que fue una de las localizaciones más importantes de la historia del cine no podía terminar así. Con el paso de los años también se ha creado la Ruta de el Bueno, el Feo y el Malo, ideada por el Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas de los Infantes.
Entre las localizaciones se encuentra en la ruta la Batalla del Puente Langstone (con las trincheras aún reconocibles). Se trata de una de las escenas más caras del film y tal y como nos explican desde Turismo de Castilla y León, para hacerla se contó con más de 2000 extras y el puente acabó volándose hasta en tres ocasiones ya que Leone “quería algo espectacular”. Cada vez que lo hacían volar, este tenía que ser reconstruido y se tardaba alrededor de una semana.
Más adelante también se pueden ver las ruinas del monasterio de San Pedro de Arlanza, donde se rodó la Misión de San Antonio (los interiores, ya que los exteriores se rodaron en Níjar, Almería).
Nos perdemos por sus municipios y núcleos
Está tocando la provincia de Burgos, La Rioja y Soria y gran parte de la comarca son puros paisajes, historia y mucha vida. La atraviesa el río Arlanza y tiene bastantes cosas que destacaría. Una de ellas es la preciosa población de Covarrubias, el cual su recinto urbano ha sido declarado Bien de Interés Cultural al ser de los mejores exponentes de urbanismo típico castellano de calles porticadas y casas muy típicas donde la madera no puede faltar.
Lerma es otra de las villas bañadas por el río Arlanza, es conocida por ser el principal conjunto arquitectónico herreriano de España (arquitectura muy popular durante el reinado de Felipe II, su nombre viene de Juan de Herrera, el que fue el arquitecto más representativo) y por el precioso Palacio Ducal.
No podía despedir este artículo sin antes nombrar el sendero de Gran Recorrido GR-82 Sierra de la Demanda. Tiene 12 etapas, pasa por 36 localidades y un total aproximado de 270 Km. Es un sendero circular que no tiene pérdida y muy recomendado para poder descubrir en profundidad todo lo que la Sierra de la Demanda ofrece, que como hemos visto no es poco.
Alba Feliz
Redactora, productora audiovisual y graduada en turismo y dirección hotelera. Creo firmemente que viajar abre la mente y permite conocer otras realidades que quizás desconocemos. Me apasiona la fotografía analógica (la de toda la vida) y darle una oportunidad a los destinos menos conocidos.