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Al este de la provincia de Jaén, en el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, se encuentra Cazorla, la Capital del Turismo Rural 2022 en España. Recorrer sus calles es pasear por la historia de una localidad rica en monumentos, fortalezas, gastronomía de infarto e incluso leyendas de princesas y mazmorras. Un destino perfecto para pasar un fin de semana en un entorno natural lleno de posibilidades de ocio.
Viernes por la tarde
Una buena manera de empezar el fin de semana en Cazorla es visitar uno de sus templos de interés. En la plaza de Santa María se encuentran las ruinas de la iglesia homónima. De estilo renacentista, su construcción data del siglo XVI, aunque este cálculo es aproximado ya que no se conoce oficialmente la fecha en la que se erigió. La autoría del edificio apunta al arquitecto y cantero Andrés de Vandelvira, oriundo de Alcaráz, ya que algunos elementos ornamentales son similares a los de otras construcciones diseminadas en Úbeda.
Una de las curiosidades que la dotan de interés es que está construida sobre el río Cerezuelo. Como indican desde Turismo de Cazorla, para llevar a cabo la obra, hubo que canalizarlo antes. Así: “Entra en una gran bóveda bajo el altar mayor, atravesando toda la iglesia, para continuar su curso bajo la plaza de Santa María”. Es bastante probable que nunca se terminase de construir y que la inundación de 1694 fuese la causante de los daños originales que la han dejado en ruinas.
Ese punto de partida es recomendable ya que la Oficina de Turismo de la localidad se encuentra enfrente de lo que queda del templo, por lo que así será posible concertar visitas guiadas por los monumentos y pedir toda la información que necesitemos para conocer Cazorla a fondo. Además, en el mismo sitio hay un espacio multiusos en el que se organizan actividades como obras de teatro y conciertos.
Sábado
Pasear por las callejuelas del pueblo para empezar el día es una actividad más que apetecible. El punto de partida puede ser la misma plaza de Santa María, ya que en ella se encuentra la bóveda del río Cerezuelo de Cazorla, que es una parada ‘obligada’. Se diseñó para tapar el río cuando se erigió la iglesia de Santa María anteriormente mencionada y así solventar el problema de incomunicación entre los dos márgenes del río.
Siguiendo con la visita a los edificios religiosos de la localidad, otro de las más importantes es la iglesia de San José, que está en el pleno centro del pueblo, en la plaza de la Corredera. Con su bóveda de medio cañón, en su interior se pueden ver tallas de Parejo o Antonio Castillo Lastrucci y copias de pinturas del Greco realizadas por Rafael del Real.
En el mismo lugar también se puede observar la construcción en el que se sitúa el Ayuntamiento, que anteriormente había sido el convento de Nuestra Señora de la Merced. Además, también está el teatro de la Merced, donde se llevan a cabo funciones y espectáculos. Este rincón de Cazorla está lleno de bares y restaurantes en los que los cazorleños se reúnen a disfrutar de la gastronomía y la vida social del pueblo, así que es el lugar ideal para tomar un piscolabis antes de seguir con la ruta.
Cazorla guarda un secreto que hará las delicias de los amantes de las leyendas: la historia de La Tragantía. Según se cuenta, cuando el rey moro se enteró de la masacre de la conquista de Quesada llevada a cabo por los castellanos en la conquista, decidió huir. Él pensaba que no tardaría en volver, así que dejó encerrada en el castillo de la Yedra (que ahora alberga el Museo de Artes y Costumbres Populares del Alto Guadalquivir) a su hija con provisiones y partió del lugar. Pero los planes no se desarrollaron como el monarca previó y murió a manos del enemigo.
La joven princesa fue enloqueciendo conforme pasaba el tiempo y menguaban las provisiones. Cuando comprendió que nadie la encontraría en aquel lugar secreto en el que estaba escondida, dejó de sentir las piernas porque se habían convertido en cola de serpiente. Ahora, la noche previa al día de San Juan, la princesa-reptil canta a los niños y las niñas los siguientes versos: “Yo soy la Tragantía/ hija del rey moro/ el que me oiga cantar/ no verá la luz del día/ ni la noche de San Juan”.
Cuando el hambre apriete, lo ideal es buscar un restaurante en el que poder degustar los platos típicos de la zona. Su cocina tiene influencia andaluza y castellano-manchega. Una de sus recetas estrella es La Gachamiga, un tipo de migas de harina acompañadas de torreznos, chorizo, morcilla, pimientos y en ocasiones de frutas como uvas, melón o cerezas, según la temporada.
Otra recomendación son los Andrajos, unas tortas finas de harina guisadas con liebre, conejo, pimientos, patata y hierbabuena (los ingredientes pueden variar según quien los prepare, claro). Un aperitivo habitual y muy famoso es el Rin-ran, un plato frío con base de patata y pimientos, huevo cocido y bacalao como integrantes del combo. De postre se puede pedir pan de higo, gachas dulces o buenísima fruta de la zona como las cerezas de San Isicio entre otras.
Quienes deseen disfrutar de la naturaleza de los alrededores, pueden consultar la red de senderos locales, acercarse al nacimiento del Guadalquivir, a Los Cortados del Chorro –donde los buitres construyen sus buitreras– o al puente de las Herrerías. Cazorla es un sitio excelente para practicar la escalada y quienes deseen experimentar con el turismo activo tienen a su disposición una gran oferta de posibilidades, incluido el oleoturismo.
Aquellos que prefieran callejear pueden seguir el camino de los Murales Cerámicos, que representan acontecimientos históricos, tradiciones y a personajes ilustres que han modelado la historia del lugar. Y para poner el broche final al día, nada mejor que ver el atardecer desde el balcón del Pintor Zabaleta.
Domingo
Además del Castillo de Yedra, desde Cazorla se puede visitar otra fortaleza situada en lo alto de una peña conocida como El Picacho, a 3 kilómetros de la localidad. Se trata del castillo de La Iruela, cuyo origen data de principios de la época andalusí aproximadamente y tiene tres zonas amuralladas. La parte que más destaca del recinto es su Torre del Homenaje –se puede subir a su parte más alta por unas escaleras– y los restos de la iglesia de Santo Domingo de Silos, cuyos cimientos iniciales se construyeron en el siglo XIII.
Para despedirse de la localidad de manera relajada y con buen sabor de boca, nada mejor que volver al punto de inicio para visitar un último monumento. Se trata de la fuente de las Cadenas, que se construyó en homenaje a Felipe II en 1605 y está en la plaza de Santa María. El broche final de la escapada puede ser un brindis y unas tapas en alguno de los numerosos bares con terrazas que rodean el espacio. Chinchín por Cazorla.
Carmen López
Soy periodista y escribo sobre cosas que importan en sitios que interesan desde hace más de una década.
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Desde el pueblo de Cazorla hasta el nacimiento del Guadalquivir no se llega en un rato; hay q ir en coche y parte del camino es una pista forestal. Si es un paseo por la tarde lo suyo es coger el sendero Del Río Cerezuelo, q sale detrás De la Iglesia de Santa María, y el primer tramo es bastante sencillo además de precioso