La llegada de Berlanga a Guadalix de la Sierra coincidió con los últimos momentos del proyecto americano de recuperación económica en Europa, el famoso Plan Marshall. Eran tiempos en los que el régimen franquista se veía forzado a abrirse al exterior e iniciar un tibio aperturismo que trajo algo de aire nuevo al país. Pero el Plan Marshall no llegó nunca a Guadalix… O sí, pero en forma de película, de la mano de Luis García Berlanga.
Hasta este pueblo situado al norte de la Comunidad de Madrid, en el piedemonte de la sierra de Guadarrama a 832 metros de altitud, llegó hace 70 años el director y todo el equipo de rodaje de “Bienvenido, Mr. Marshall”. Para los guadaliseños el hito aún sigue estando muy presente y a poco que uno se esfuerce se encontrará con escenas costumbristas y rincones que trasladan a aquella época. Como ocurre con Sos del Rey Católico, Guadalix de la Sierra ha ido siempre de la mano de Berlanga y de su película.
Una estatua da la bienvenida a Guadalix de la Sierra
No fue hasta enero de 2008 cuando se inauguró en Guadalix de la Sierra el conjunto escultórico dedicado a la película dirigida por Luis García Berlanga. El conjunto es obra de Ana Hernando y se instaló en la glorieta de entrada al municipio, en la carretera M-608, para que todos lo puedan ver cuando llegan al pueblo. Representa al actor Pepe Isbert y a los vecinos de la imaginaria Villar del Río en la película, con tres carteles que dicen respectivamente «Bienvenidos», «Hola» y «Welcome».
Un ayuntamiento de película
Cuando se llega a la plaza, donde antiguamente se realizaban los encierros y las corridas de toros, se puede divisar la silueta del alcalde don Pablo (interpretado por Pepe Isbert en la película) en el balcón del ayuntamiento. Parece que vaya a arrancarse en un momento u otro con aquel discurso surrealista de la película: «Como alcalde vuestro que soy, os debo una explicación, y esa explicación que os debo, os la voy a pagar; porque yo, como alcalde vuestro que soy, os aseguro que para pagar esto ni un céntimo ha salido de las arcas públicas, porque en las arcas jamás ha habido un céntimo”.
En la fachada hay una placa que inmortaliza el genial discurso.
La iglesia, la estrella de la corona patrimonial
Pero por muy icónico que sea el ayuntamiento, el principal patrimonio artístico municipal es la iglesia de San Juan Bautista. Se trata de una edificación realizada en varias etapas, siendo la torre su parte más antigua. Fue construida por los Campero, un padre y un hijo, en el primer tercio del siglo XVI. Como mínimo, se tiene constancia documental de que en 1529 estaba ya terminada. Aunque la torre de tres cuerpos, construida con sillería y rematada por un capitel, es de lo más estética, le colocaron un añadido más visual para el rodaje de la película.
Una pequeña joya de arquitectura moderna
Una vez que se acabó la construcción del embalse de Pedrezuela, el agua rodeó la antigua ermita de Nuestra Señora la Virgen del Espinar, patrona de la villa. Algo que ya estaba calculado, por lo que el municipio había contactado con el revolucionario Miguel Fisac, conocido como “arquitecto de las iglesias”, del que hay edificios emblemáticos por todo el territorio español.
Sin embargo, a los vecinos no les acabó de gustar la nueva ermita. Poco a poco fue quedando abandonada en la zona conocida como “La Cabeza”, por lo que se acabó por improvisar otra ermita. Esta se levantó en una zona muy próxima a la que anteriormente había ocupado el pantano y a la que se puede llegar cómodamente por un camino peatonal.
Deportes acuáticos y senderismo
En cierto modo, el embalse de Pedrezuela afectó de igual modo que la película de Berlanga a Guadalix de la Sierra: cambiándole el futuro. Aunque el embalse, además, cambió la fisonomía geográfica del municipio, convirtiéndolo en lugar de veraneo, con club náutico incluido en el que han llegado a entrenarse los integrantes del equipo olímpico de vela. Pero no hace falta ser olímpico para practicar un poco de piragüismo, paddle surf, kayak y otros deportes náuticos en el pantano. En el entorno, además, existe una nutrida red de senderos y caminos con los que poder disfrutar del privilegiado entorno natural en el que se ubica el pueblo.
El sendero a Peña Rubia es para todos los públicos, nada complicado y muy agradable de caminar, entre sombras de los chopos y fresnos. Siempre junto al embalse, conduce hasta la ermita de Nuestra Señora la Virgen del Espinar. Es solo una de las opciones más populares, pero se puede vivir incluso la emoción de hacer parte del Camino de Santiago con la ruta del Mendocino (una distancia de 5,2 km).
¿Y una cervecita?
Ya sea tras una buena caminata o tras rememorar las imágenes más célebres de la película de Berlanga frente al ayuntamiento de Guadalix de la Sierra, se puede optar por tomar tranquilamente una cerveza… Cómo no, con referencia cinéfila obligada: Bienvenido Mister Marshall Cerveza es una cervecería artesanal en la entrada del pueblo. Tienen hasta siete estilos propios de cervezas que se pueden acompañar con alguna de las tapas que suelen proponer.
José Alejandro Adamuz
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