Razones para visitar la sierra de la Arrábida
Escrito por
29.01.2019
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Es suficiente con llegar al Miradouro da Mina da Brecha da Arrábida, uno de los muchos que hay a lo largo de la carretera, para tener de un vistazo todas las razones por las que es buena idea visitar la sierra de la Arrábida.
El mar y la montaña se unen en esta parte del litoral portugués, una sinuosa costa recortada entre acantilados, donde la arena de las playas destacan de tan blancas y el verde frondoso se expande hasta donde alcanza la vista.
Saliendo de Lisboa por el Puente Vasco de Gama, y a menos de una hora de trayecto, se encuentra la Serra da Arrábida, un impresionante parque natural que, desde 1976, cubre las ondulantes colinas, las playas y acantilados que hay entre Sesimbra y Setúbal.
Al contrario de lo que sucede con la Serra de Sintra, la Serra da Arrábida está alejada de las rutas turísticas más típicas.
Playas de Sierra de la Arrábida
A lo largo de la línea costera, las playas de la Serra da Arrábida se presentan como un ramillete de arenales resguardados del oleaje en el estuario del Sado.
La de Figueirinha es el más extensa y popular. También es famosa por sus aguas cristalinas, aunque de menor extensión, la playa Portinho da Arrábida.
Pero hay otras más, como Galapos y Galapinhos, ambas casi como si fueran una única, que atraerán seguro a aquellos que buscan la tranquilidad de los lugares más aislados. Igual que Playa dos Coelhos, un pequeño arenal abrazado por la vegetación que llega a pie de arena y que tiene justificado el adjetivo de paradisíaca.
Historia en medio de la naturaleza
Entre la vegetación del parque natural, aparece el convento da Arrábida que, desde 1542, salpica el paisaje verde con el color blanco de las fachadas del conjunto.
Se trata de un convento y monasterio franciscano con diferentes dependencias y celdas conectadas entre caminos adoquinados por los que pasear. Para visitarlo hay que reservar visita previa con la Fundación del Oriente.
De él destaca la capilla de Nossa Senhora da Arrábida. La entrada a la capilla está precedida por una escultura de Fray Martinho, uno de los fundadores que, maravillado por el entorno natural, decidió realizar aquí su retiro espiritual (¿cuándo?).
El encantador pueblo de Portinho da Arrábida
Ubicado frente a la bahía, Portinho da Arrábida tiene su bella playa para descansar y probar la gastronomía local, defendida, como lo hace desde el siglo XVII, por la pequeña fortaleza de Santa María.
Aunque hoy tiene un función más valiosa, pues el edificio alberga el actual Museo Oceanográfico.
Su colección se compone de varias especies marinas disecadas. En otra sala, el visitante puede observar algunas especies del litoral de Arrábida dentro de acuarios. También exhibe una interesante colección de flora y fauna del Parque Natural de Arrábida que luego podremos ir identificando en el paisaje.
También podemos aventurarnos a la cueva de la Lapa de Santa Margarita, a los pies de la Arrábida y a tocar el mar.
Por tierra, se llega siguiendo un camino construido por ermitaños, por el que hay que descender unos 200 escalones de piedra. Para los que no quieren cansarse, también se puede llegar en barco.
Una ruta panorámica en coche
La Estrada da Escarpa (N379-1) es una de las carreteras panorámicas más espectaculares de Portugal.
Sus 15 km de se adentran en la Serra da Arrábida. Hay que circular lento para disfrutar del paisaje: primero las ondulantes colinas y la gran caída de los acantilados de la Serra do Risco.
A continuación, la ruta sigue por las empinadas colinas y pasa por el convento da Arrábida antes de seguir la garganta natural y detenernos en el Miradouro do Norte para disfrutar de unas vistas maravillosas.
Para los cinéfilos, ésta es la carretera que James Bond recorre después de casarse, en el final de Al Servicio Secreto de su Majestad (1969).
Senderismo y bicis
Para los más activos, hay una ruta que llega hasta la cima de Formosinho, que con 500 m de altitud, es el punto más elevado de la Serra da Arrábida.
El trayecto de ida y vuelta nos llevará unas dos horas. El desafío quedará recompensado por las magníficas vistas sobre el entorno de las que puede disfrutarse en la cima.
Otra ruta mucho más larga es la Roteiro dos Moinhos, cuyo nombre hace referencia a varios de los molinos tradicionales que pueden encontrarse en ella. Éste recorrido empieza a un kilómetro del pueblo de Palmela y está comparativamente mejor señalizado. Son 14 km que se pueden hacer tanto caminando como en bicicleta.
Vinos y gastronomía
Para los más sibaritas, hay dos planes imprescindibles: la excursión a Vila Nogueira de Azeitão, donde está el Museo del Vino de José María da Fonseca, que ocupa las antiguas bodegas del famoso productor del moscatel de Setúbal y otros vinos de mesa.
Por otro lado, en estas estribaciones de la Serra da Arrábida es donde se produjo históricamente el delicioso queso de Azeitão, de textura mantecosa, cremoso y con un sabor algo picante muy singular.
José Alejandro Adamuz