Quien más quien menos lo ha probado alguna vez. Otros, incluso, son aficionados. Nos referimos a ese tipo de vino que está como bañado en flores, es dulce y tiene toques a especias, a madera y que se suele servir con un trocito de naranja. El vermut nunca pasó de moda; pero ahora lo está más que nunca. ¿Aunque, sabías que una de sus capitales internacionales está en Cataluña?
«Reus, París y Londres», eso es lo que se decía en el S. XVIII, y aún se escuchan los ecos de la frase en la capital del Baix Camp. Las tres ciudades eran los lugares donde se fijaba el precio mundial del aguardiente. Con el pasar del tiempo, Reus se convirtió en el principal productor del vermut en Cataluña y España, llegando a existir más de 30 fabricantes que elaboraban hasta un centenar de marcas distintas. En 1892, Joan Gili registró la primera marca de vermut de Reus. Parte de aquel glorioso pasado está presente aún en nuestros días.
La ruta del vermut de Reus
Reus destaca en la Costa Daurada por ser la ciudad donde nació Antoni Gaudí y vivió hasta su marcha a Barcelona. Y si bien no hay ninguna obra suya, sí que cuenta con un espectacular patrimonio modernista gracias a arquitectos tan representativos del Modernismo catalán como Domènech i Montaner. De él podemos disfrutar, entre otras obras, de la Casa Navàs y del Instituto Pere Mata, adelanto del que sería después el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, en Barcelona.
Si accedemos caminando por la comercial calle de Monterols llegaremos al Gaudí Centre, en la popular Plaça del Mercadal, un buen lugar para comenzar a probar el vermut de Reus como se debe hacer: sentados en una de las terrazas que dan a la plaza, con una tapa de aceitunas, viendo pasar el tiempo lentamente como si no importara.
Tomemos prestada la famosa frase de Gaudí en la que decía que lo original consiste en volver a los orígenes, y volvamos a los sabores originales. Para ello, a pocos minutos caminando por el casco antiguo de Reus llegaremos a nuestra siguiente parada: el Museo del Vermut, propiedad de Joan Tapias.
El edificio modernista que ocupa en la calle de Vallroquetes 7 alberga la que probablemente sea la mejor colección acerca de la cultura del vermut que se pueda encontrar. En la entrada, hay un ambiente con una vitrina donde se expone algunas de las 1.400 botellas de la colección, representativas de diferentes épocas y lugares. Entre ellas, una de la popular marca Cinzano, que fue la primera de la colección de Joan Tàpias y Pau.
El edificio, que antaño tuvo la función de bodega, presenta diferentes espacios que podemos recorrer libremente. En ellos encontraremos afiches, unos 300 carteles publicitarios, etiquetas, cuadros, ceniceros, vasos, bandejas y muchos otros objetos relacionados con distintas marcas de vermut.
Podemos entretenernos tanto tiempo como queramos, pero conviene no olvidar que la ruta sigue… Nuestra siguiente parada está en el número 21 de la calle Sant Vicenç. Allí nos aguarda otra de las marcas míticas de Reus: Vermuts Rofes. Pero antes nos encontraremos con un Gaudí niño jugando sobre la superficie de un banco y, pocos pasos más allá, la casa natal del arquitecto catalán.
La casa es propiedad privada y no se puede visitar. En la fachada, en la planta baja donde existió la calderería del padre y del abuelo de Antoni Gaudí, hay un cartel en el que se recuerda que el 25 de junio de 1852 aquí nació el arquitecto catalán más universal.
Unos cuantos años después de Gaudí nació la marca Vermuts Rofes. Fue Marcelino Rofes Sancho quien, en 1890, lanzó al mundo una de las marcas más reconocidas de esta bebida. Aquella pionera fábrica que se ubicó en 1908 en la calle Sant Vicenç 21-23 se ha convertido en la actualidad en un restaurante que supo mantener la esencia tradicional. Por ejemplo, al entrar, las enormes botas originales nos llamarán la atención. El espacio acoge el Vermut Experience: una imprescindible cata con la que descubriremos el origen y algunos de los secretos de los vermuts de la marca.
Desde aquí, habrá que retroceder hasta la Plaça Prim, otro de los populares espacios que articulan el centro histórico de Reus. Desde allí, hay que pasear por la calle de Sant Joan, donde nos aguardan algunas de las joyas modernistas de la ciudad como la Casa Rull y la colindante Casa Gasull, ambas de Domenech i Montaner y, sin embargo, tan diferentes. En la esquina siguiente a la Casa Gasull, el edificio del mercado nos indicará que estamos a punto de llegar a nuestra última parada para conocer la fascinante historia del vermut de Reus.
La antigua fábrica de Ca’l Massó, diseñada por el arquitecto Pere Caselles y construida en 1920, es en la actualidad un importante espacio cultural en el que es habitual encontrar interesantes programaciones de música, cine o teatro. Y, por supuesto, para no desmentir aquello de volver a los orígenes que proclamaba Gaudí, Ca’l Massó dispone de una vermutería y una terraza interior desde la cual despedirnos de esta jornada con tanto sabor.
José Alejandro Adamuz
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