Ruta al nacimiento del río Pitarque: el monumento natural del Maestrazgo
Escrito por
24.04.2024
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Si bien Teruel ha tenido siempre la fama de ser una gran desconocida lo cierto es que, afortunadamente, poco a poco, esta situación está cambiando. Y uno de los motivos es que cada vez más gente se va haciendo eco de sus muchos recursos naturales como el que vamos a conocer hoy: el nacimiento del río Pitarque.
Este lugar, además de por su belleza, destaca por su interés geológico. Es un rincón que representa la dinámica de las aguas subterráneas así como los procesos hidrogeológicos vinculados a los manantiales y a la génesis de travertinos o tobas.
Ruta de senderismo al nacimiento del río Pitarque
El río Pitarque es un afluente del río Guadalope y su nacimiento, en plena sierra de Gúdar, es una de esas maravillas que todo amante de la naturaleza y el senderismo debería conocer.
Para visitar este enclave nos dirigimos a la localidad turolense de Pitarque, en la comarca del Maestrazgo, una zona conocida por sus imponentes paisajes montañosos que hacen las delicias de los senderistas así como de los amantes de la escalada y las actividades al aire libre.
Longitud: 9,8 kilómetros ida y vuelta
Desnivel: 150 m
Dificultad: sencilla
Son muchas las voces que hacen referencia a un renacimiento cuando hablan del río Pitarque. Esto es así porque, si bien su caudal ve la luz por primera vez en Fortanete, éste desaparece y vuelve a renacer en el conocido como El Ojo de la Fuente, un lugar donde puede llegar a alcanzar un caudal de 1.500 litros por segundo.
¿Cuándo visitarlo? Es una ruta accesible en cualquier época del año pero que recomendamos visitar en primavera, si lo que queremos es contemplar este enclave en todo su esplendor, o en otoño, si nuestra intención es darnos un baño de color y juegos de luz.
De dificultad técnica sencilla, la única preocupación es fijarse bien en cada pisada pues hay tramos en los que la senda resulta un tanto pedregosa y es aconsejable llevar un buen calzado que proteja los tobillos. Por lo demás, solo nos debemos centrar en alzar bien la vista para admirar la majestuosidad de las moles rocosas que nos acompañan en el recorrido y volverla a bajar para relajarnos con el curso del río.
El camino está muy bien señalizado por lo que no hay pérdida alguna. Comienza en la propia localidad y, según se avanza, la senda se va haciendo más angosta a la vez que nos adentramos en el fondo de la hoz.
Una de las paradas obligatorias es el famoso mirador La cara del indio. Un nombre que no le viene por casualidad a este balcón natural pues, efectivamente, se trata de un capricho de la naturaleza que refleja a la perfección, y sin hacer mucho esfuerzo visual, la silueta del rostro de un indio de los western.
Poco antes de la subida final, llegamos al paraje conocido como “Chimenea”, una gran hendidura en la roca por donde el agua brota con mucha fuerza, especialmente después de días de intensa lluvia. Pocos metros después, el nacimiento del río Pitarque hace su entrada triunfal para nuestro regocijo.
La ruta hasta el Nacimiento del Río Pitarque tiene 9.8 kilómetros ida y vuelta, es lineal y se completa en unas dos o tres horas dependiendo del número de paradas y del tiempo que dediquemos a disfrutar del entorno.
Elísabet García