Ruta al salto de Pozán de Vero, una piscina natural con cascada en Huesca
Escrito por
01.09.2024
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Hay lugares de recreo para las personas en la actualidad que en su momento se crearon para dar un servicio más utilitario. Un ejemplo muy claro es el de las piscinas de agua naturales que no nacieron de una forma orgánica, sino de la mente y la fuerza de la obra humana. El salto de Pozán de Vero, en el Somontano de Barbastro (Huesca), es una de ellas: aunque a simple vista parezca hija de los cambios que se han producido en el planeta con el paso del tiempo es producto de la intervención directa de las personas.
Este rincón acuático, que hasta tiene una cascada se creó, hace muchos siglos, con la construcción de un muro de piedra que deriva las aguas del río Vero a la acequia de San Marcos. El objetivo inicial era regar las plantaciones de Barbastro y Castillazuelo, así como activar los molinos que se encontraban más abajo. Actualmente, la poza que se encuentra a los pies de ese salto de agua es un refugio acuático refrescante en los meses de calor, algo que posiblemente sea considerado un lujo dentro de poco tiempo, si no lo es ya.
Cómo llegar al salto de Pozán de Vero
Para llegar hasta allí hay dos caminos: el muy rápido y el que implica caminar un poco más. El primero parte de un parking situado a 1,4 kilómetros del pueblo de Pozán de Vero accediendo desde la carretera A-232. Desde ahí, solo hay que caminar dos minutos por un camino de tierra en bajada y torcer a la derecha. Es muy fácil, solo hay que estar pendiente durante el trayecto en carretera de encontrar el sitio de estacionamiento del coche porque no hay señales.
El recorrido más largo –pero más interesante, al menos para los ‘andarines’– es el de la ruta de los Azudes de Pozán de Vero. La distancia es de 6,22 kilómetros (ida y vuelta), tiene una dificultad técnica fácil y se completa en poco más de una hora y media. El camino parte del pueblo y transcurre a la vera del río, pasando por un puente medieval, el azud de Arriba, la huerta de Pozán de Vero, el soto del río Vero, el azud del Salto de Pozán de Vero y la acequia y el acueducto de San Marcos (por este orden).
Aunque la estación que más atrae a los bañistas por la necesidad de combatir las altas temperaturas es el verano, puede que la mejor época para ver la cascada sea la primavera. El deshielo llena el cauce del río que alimenta el salto y este pierde agua con el paso de los meses, así que es posible que en el estío la cascada sea apenas un chorrito. Pese a todo, el baño en la poza es posible y, de hecho, en algunos de sus puntos no se hace pie.
Las aguas de la poza pueden apreciarse desde arriba si se accede al mirador del Salto de Pozán de Vero, que está en una roca justo al lado a la que no es difícil subir. Los bañistas más atrevidos saltan desde algunas piedras elevadas (desde los tres hasta los diez metros de altura, aproximadamente), aunque hay que asegurarse de que en dicha piscina natural hay agua suficiente para no tener un accidente.
En los alrededores hay muchos sitios en los que es posible tumbarse a tomar el sol o, también, resguardarse de él en la sombra. Es habitual la presencia de perros y hay que tener en cuenta que los fines de semana la afluencia de visitantes aumenta considerablemente.
El parque cultural del Río Vero
El salto de Pozán de Vero se encuentra dentro del Parque Cultural del Río Vero, un espacio que está ubicado en el centro de la provincia de Huesca. Obtuvo su título en el año 2001, por la Ley de Parques Culturales de Aragón de 1997 y está compuesto por los siguientes municipios: Boltaña, Aínsa, Bárcabo, Colungo, Alquézar, Adahuesca, Santa María de Dulcis, Pozán de Vero, Azara, Castillazuelo y Barbastro. Además, su zona norte forma parte del Espacio Natural Protegido del Parque de la Sierra y Cañones de Guara.
En este parque se pueden realizar actividades como rutas de senderismo, visitas a diversos museos y conocer las muestras de arte rupestre que se encuentran en su espacio. Un dato importante es que la UNESCO lo declaró Patrimonio Mundial en 1998 y forma parte del Itinerario Europeo CARP ‘Caminos de Arte Rupestre Prehistórico’. Sin duda, no está vacío de atractivos.
Los responsables del parque explican en su página web que: “El cañón del río Vero, a su paso por la sierra de Guara, esconde un legado arqueológico excepcional. Con más de 60 abrigos con pinturas rupestres, este enclave natural se convierte en un excepcional museo de la Prehistoria al aire libre”. En 1969, el espeleólogo francés Pierre Minvielle descubrió el primer abrigo con arte esquemático y después del estudio del arqueólogo e historiador Antonio Beltran, el Museo de Huesca inició una investigación a cargo de Vicente Baldellou durante veinte años.
Los ejemplos que se han encontrado abarcan los tres estilos clásicos del arte rupestre europeo, que son paleolítico, levantino y esquemático. Uno de los yacimientos más importantes es la cueva de la Fuente del Trucho, la única con arte rupestre de Aragón. Todos estos lugares de interés rupestre pueden visitarse a través de visitas guiadas.
También es posible conocer los museos, como se mencionó anteriormente. Entre ellos está el dedicado a las leyendas y tradiciones, ubicado en el recinto amurallado medieval de Adahuesca; el Museo de Arte Sacro que está en el claustro románico de la colegiata de Santa María; o el Pozo de Hielo de la Barbacana, en en el Barrio de San Juan de Barbastro.
Como cabe esperar en un entorno natural tan privilegiado como este, la ruta de los Azudes de Pozán de Vero no es la única que se puede recorrer. Además de las que tienen como protagonista el arte rupestre, está la ruta del santuario de Dulcis, la de las pasarelas o la de Ras Vals. Un amplio abanico de posibilidades a los pies del pirineo aragonés.
Carmen López