El Canal de Castilla, el mayor canal navegable de España y sus pueblos más bonitos

Es fácil imaginar el enorme reto que tuvo que suponer para el arquitecto Antonio de Ulloa, firmar el «Proyecto General de Canales de Navegación y Riego para los Reinos de Castilla y León». En sus manos tenía la ingente tarea de construir la que fue la mayor obra hidráulica del período de la Ilustración española, el conocido como Canal de Castilla. Un proyecto ideado por Fernando VI que tenía, como cometido inicial, la pretensión de unir mediante canales las ciudades de Santander con Segovia.

Finalmente, la obra fue significativamente menor pero, aún así, se construyeron 207 kilómetros quedando comunicados fluvialmente un nutrido desfile de localidades de Castilla y León pertenecientes a las provincias de Burgos, Palencia y Valladolid. Tres ramales (Norte, Campos y Sur), que tienen su inicio y fin en las localidades de Alar del Rey, Medina de Rioseco y Valladolid.

La repoblación de la ribera

El objetivo inicial de la construcción del Canal de Castilla era dar salida marítima a la importante producción agraria que se cosechaba en los campos castellanoleoneses. No se consiguió aunque, tras continuas paradas -por escasez presupuestaria y contiendas bélicas- y nuevos emprendimientos de las obras, se logró mejorar la comunicación y traslado de víveres y mercancía entre los pueblos de la ribera, así como regar las huertas de los alrededores. En diciembre de 1849 terminaron por fin las obras iniciadas el 16 de julio de 1753.

Una de las consecuencias directas de la creación de este canal fue la repoblación de varias localidades y la creación de otras nuevas. Un hecho que tuvo lugar gracias a la orden expresa del entonces monarca Carlos IV. Así, por ejemplo, se retomó la vida en núcleos como Nestar, Quintanilla y Calahorra, siendo este último, a día de hoy, uno de los pueblos con encanto de la geografía española y un auténtico vergel de verduras y hortalizas.

Actualmente, el Canal de Castilla abastece a un total de 400.000 habitantes, ofrece recursos hídricos de regadío gracias, en parte, a su red de canales derivados y produce energía eléctrica. Asimismo, también sirve como zona recreativa para caminantes y ciclistas en el 100% de su trazado y es navegable.

El tramo que comprende la dársena de Medina de Rioseco -consagrada como Conjunto Histórico Artístico- y la séptima esclusa de Tamariz de Campos, un apacible pueblecito de Valladolid abrazado por verdes praderas que cuenta con su propia laguna, se puede realizar en barco.

Qué ver en el Canal de Castilla

El Canal de Castilla cuenta con 207 kilómetros de recorrido salpicado de pueblos que ofrecen el escenario perfecto para una escapada rural. Además de poder recorrer varios de sus tramos en barco, el Canal de Castilla también se puede recorrer a pie o en bicicleta a lo largo de su ribera. El trayecto está dividido en 9 etapas.

La primera de ellas parte desde su nacimiento, en Alar del Rey, y sigue durante 9,85 kilómetros hasta Herrera de Pisuerga, donde se cruzan las aguas del canal con las del río Pisuerga y está la primera presa. Esta zona es conocida por el kayak, pues en Alar se celebra la Fiesta del Descenso del Pisuerga, de Interés Turístico Nacional.

La segunda etapa es algo más larga: 26,35 kilómetros que van desde la presa de San Andrés hasta Osorno la Mayor. Al inicio de esta etapa está el Centro de Interpretación del Canal de Castilla, además de ser desde donde parte el barco turístico Marqués de la Ensenada que nos llevará hasta Frómista. Si optamos por realizar el itinerario a pie, durante el trayecto veremos que hay un punto donde la senda se junta con el Camino de Santiago. Además de por su patrimonio, Frómista cuenta con una esclusa cuádruple. La de Calahorra de Ribas también es bastante impresionante, con las compuertas que se abren y cierran para la navegación.

Por el camino, podemos acercarnos hasta la laguna de la Toja, uno de los humedales más grandes del canal, perfecto para avistar aves. En la quinta etapa, que va desde Calahorra de Ribas hasta Sahagún La Real (25,04km) es donde se iniciaron las obras. El puente de Valdemudo, en Calahorra de Ribas, fue el primero que se levantó para poder cruzar de una orilla a otra.

Un poco más adelante, en Villaumbrales podemos visitar el Museo del Canal de Castilla; y Becerril de Campos, un pintoresco pueblo a orillas del canal de Castilla que, además de ser elegido en 2016 como el pueblo más bonito de España, fue acreditado en 2019 como el primer Monumento Astronómico Starlight del mundo por la calidad de sus cielos. Aquí os recomendamos la visita a San Pedro Cultural, una antigua iglesia reconvertida en templo de la astronomía.

El camino continúa hasta Castromocho, pasando por paredes de Nava y el acueducto Arroyo Mayor. En Tierra de Campos no podemos dejar pasar la oportunidad de visitar Ampudia y su castillo, que es la fortaleza mejor conservada de toda Palencia; y el humedal de la laguna de la Nava. De ahí la séptima etapa (24,9 km) pone rumbo a Medina de Rioseco, ya en Valladolid. Conocida como la ciudad de los almirantes, su dársena es la más grande de todo el canal. En ella está la fábrica de harinas, que se puede visitar. En ella también está el Centro de Recepción de Viajeros.

Las últimas etapas del Canal de Castilla van desde El Serrón hasta Dueñas (24,76 km), declarada Conjunto Histórico Artístico; y de Dueñas a la dársena de Valladolid (29,7 km). Este último tramo es el más urbanizado y de los más transitados, debido a su cercanía a la capital.

Independientemente del trozo de canal que hagamos, por el camino encontraremos pueblos singularmente bellos, repletos de patrimonio arquitectónico e historia donde, cómo no, se puede degustar la mejor gastronomía castellana.