La Ruta dels 7 Gorgs: cascadas y pozas de aguas cristalinas
Escrito por
28.07.2024
|
5min. de lectura
Hay quien diría que el mundo se divide entre dos: la gente que es de playa y la gente que es de montaña (o de tortilla de patata con cebolla o sin cebolla, pizza con piña o sin ella, invierno o verano) pero lo cierto es que, en este ámbito, no hay por qué elegir. La naturaleza ofrece rincones irresistibles que fascinan a cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad, solo hay que buscarlos. Y, en algunos casos, caminar hasta llegar a ellos. Un ejemplo es el de la Ruta dels Siete Gorgs, en el espacio fluvial Torrent de la Cabana situado en la comarca del Ripollès, en Gerona.
Cómo llegar a los 7 gorgs
Longitud: 8.8 kilómetros
Dificultad: media
Tipo de ruta: circular
Se trata de una ruta circular de 8,8 kilómetros que se recorre en unas tres horas y media aproximadamente. Su nivel de dificultad es media, porque aunque la mayoría del recorrido es sencillo, algunas bajadas a los gorgs (en castellano se llamarían pozas) son un poco complicadas, pero no demasiado. La altitud máxima es de 982 metros y la mínima de 765 metros. Como siempre en las salidas al campo, es importante llevar calzado adecuado y agua suficiente para completar el camino.
Se puede llegar en coche o en transporte público, como el tren o autobús, desde el centro de Barcelona.
Recomendaciones
Antes de plantarse en el punto de partida de la ruta, es importante tener en cuenta ciertas indicaciones que plantea la organización encargada de la preservación de dicho entorno natural. Debido a la afluencia de visitantes, es necesario hacer reserva previa cada día en temporada alta (del 23 de marzo al 01 de abril y del 22 de junio al 15 de septiembre) y en temporada baja (de abril, mayo y junio y fines de semana del 21 de septiembre al 3 de noviembre) hay que reservar los fines de semana, el resto de las jornadas no hace falta.
Asimismo, hay una eco-tasa de 6 euros que se destina a “cubrir el cuerpo de informadores y servicio de vigilancia del espacio, así como a acciones para mejorar el estado de conservación del espacio”, según la web de Torrent de la Cabana. No está permitido entrar con bicicletas o motos, no se puede practicar barranquismo o deportes similares, está prohibido acampar y quien se quiera bañar no puede saltar a las pozas. Los perros sí pueden recorrer el itinerario con sus dueños (debidamente sujetados) y para quienes quieran hacer picnic hay un área recreativa a la entrada habilitada para ello, llamada Font de Querol. Además, también hay un parking para dejar el coche a la entrada.
Los siete gorgs
Estas pozas reciben el agua del Torrent d’Estiula, conocido popularmente como el torrent de la Cabana.
Gorg de la Cabana
Se encuentra apenas a 15 minutos del inicio de la ruta y es uno de los que más llama la atención. La bajada que lleva a él es un poco pronunciada, por eso hay que tener un poco más de cuidado (y de ahí que la ruta tenga un nivel de dificultad medio). La organización responsable del espacio ha instalado una soga a modo de barandilla para poder agarrarse y evitar caídas.
Gorg de la Tosca
Un poco más adelante, a unos cinco minutos, se encuentra esta poza con un salto de agua que cuando va lleno es espectacular. En los meses de invierno puede hasta congelarse y en verano quizá su caudal no esté demasiado lleno, los meses de primavera y otoño suelen ser los más ‘acuáticos’.
Gorg de l’Olla
Aunque también es bonito –todos lo son– quizá resulta menos espectacular porque es más pequeño que los anteriores. Su nombre indica, más o menos, que tiene forma circular y al estar lleno de agua parece un utensilio de cocina en el que hacer pasta, por ejemplo. Ideal para darse un baño.
Gorg de la Bauma
Aquí se encuentra otro de los puntos un tanto complicados del camino. Para llegar a esta poza hay que desviarse un poco hacia la izquierda y bajar por un sendero bastante empinado y estrecho. Nada que no se pueda lograr con mucha calma, cuidado y paciencia. La aventura merece la pena.
Gorg del Forat y Gorg del Petit Colomer
Son los más pequeñitos de todos aunque, por supuesto, también tienen su gracia. El segundo está ligeramente escondido tras una abundante vegetación lo que incrementa la sensación de disfrute de la plena naturaleza.
Gorg del Gran Colomer
El más grande (su propio nombre lo indica) de toda la ruta. Y también el que más llama la atención si no hay sequía porque su salto de agua es el más impresionante de todos. Además, es el último de la ruta y está muy cerca del bar, así que quienes tengan hambre después de la caminata y los posibles baños, seguramente lo agradezcan.
Para completar la ruta, una opción es desandar el camino o caminar hacia la izquierda hasta encontrar una pista señalizada con marcas amarillas que lleva al punto de inicio.
Carmen López
Soy periodista y escribo sobre cosas que importan en sitios que interesan desde hace más de una década.
Etiquetas
Si te ha gustado, compártelo