Hay personajes de la cultura (al menos en la española) a los que no se les puede negar su importancia en el imaginario popular. Cada comunidad autónoma puede tener los suyos, pero hay algunos que son comunes para todo el país. Uno de ellos, sin duda, es el Ratoncito Pérez. Por si existe alguien que no conozca a este encargado de repartir felicidad –¿dónde ha estado metido?—, se trata de un pequeño roedor que deja en la almohada de los niños un regalito cuando se les cae un diente de leche. Este ser mágico solo aparece si el infante está dormido, así que esa noche tiene que irse a la cama sin oponer resistencia y dormirse pronto.
Se dice que su origen está en el cuento francés La Bonne Petite Souris, escrito por la baronesa d’Aulnoy en el siglo XVIII, pero la responsabilidad de su introducción en la mitología española se atribuye, en principio, a Luis Coloma. Se supone que este señor escribió, en 1894, un cuento con este argumento para el niño que años después sería el rey Alfonso XIII. El personaje también aparece en la novela La de Bringas de Benito Pérez Galdós de 1884, así que su autoría no está del todo clara. Lo que sí es seguro es que su fama ha permanecido inalterable hasta el día de hoy.
De ahí que la ruta del Ratoncito Pérez, que se puede hacer en el municipio Velilla del Río Carrión, en Palencia, sea una atracción que casi seguro hará ilusión a los más pequeños. Al menos, eso se puede deducir de las cifras de visitantes que ha tenido desde que se inauguró el 19 de diciembre de 2020: nada menos que 80.000 personas han realizado el recorrido del roedor, explica Eduardo Ibáñez, uno de los responsables de la empresa que está detrás de esta actividad La Ruta de las Ilusiones.
El pasaporte de la ruta del Ratoncito Pérez
El recorrido de esta ruta dirige a los participantes en la aventura por lugares interesantes de la localidad. Al comenzar la actividad, la organización entrega a los integrantes de la exploración un ‘maparatón’ que sirve de guía para llegar a los espacios interesantes: allí se pueden conocer a los amigos o a la novia del ratoncito, que se encargarán de poner un sello que acredita que se ha visitado su puesto, como si de un pasaporte se tratase. En total, hay que conseguir ocho.
El recorrido tiene una longitud de 3,6 kilómetros, pero no existe una duración establecida. Hay que tener en cuenta que, por norma general, una parte de los participantes en la ruta son niños, así que las paradas para descansar, comer o conocer a fondo los puntos estrella del camino serán habituales.
Al finalizar la ruta y mostrar las ocho plicas, la organización hace entrega de un regalito, como corresponde al Ratoncito Pérez y a sus secuaces. “Lo que más les gusta [a los niños] es conocer quién es el que lleva cada regalo a cambio de los dientes porque no siempre es el Ratoncito Pérez”, comenta Ibáñez. Asimismo, los participantes más pequeños celebran mucho: “el ver los almacenes de dientes e ir encontrando las diferentes casitas donde viven los amigos de Pérez”, confirma el responsable.
Esta es una manera perfecta para conocer Velilla del Río Carrión con niños, porque la ruta pasa por los parques infantiles de la localidad así como por otros puntos reseñables de la zona como el museo de la mina de carbón. El Club de Entibadores Palentinos, formado por 37 mineros y sus familias, decidió abrir este espacio para mostrar cómo es el trabajo en ese sector a través de la exposición de herramienta y fotografía, así como de otros elementos como una galería posteada en madera.
La Ruta de las Ilusiones es la responsable de otros cuatro recorridos también orientados a las familias: “la Ruta del Arco Iris también en Velilla, que tiene como objetivo combatir el bullying; la casa de los Reyes Magos en Becerril de Campos; Las aventuras de Pignon en Pedrajas de San Esteban y El Gran Viaje de Avu”, enumera Ibáñez. Asimismo, indica que están esperando: “nuevas peticiones de otros ayuntamientos que tenemos en otros lugares de España”.
Además, el responsable de traer al Ratoncito Pérez a Velilla apunta que dentro de poco habrá otro motivo para visitar la localidad: “El faro del Camino de Santiago, que es el único faro de interior para guiar a los peregrinos del camino olvidado a Santiago y que por la noche va a proyectar la concha del Camino de Santiago en la montaña de Velilla. Se verá a varios kilómetros de distancia”.
Por último, Ibáñez menciona otros aspectos interesantes del pueblo relacionados con la naturaleza. Este municipio se encuentra a las puertas de la Montaña Palentina, lo que le convierte en el inicio de muchas rutas de senderismo como la senda de los pescadores, la del pino enroscado, la ruta del Roblón de El monasterio o la de los pueblos abandonados.
Tampoco hay que perderse el parque Fuentes Tamáricas, un conjunto considerado Monumento Histórico Artístico desde 1960. Allí se puede ver su manantial conocido como la fuente de la Reana y la ermita de San Juan de Fuentes Divinas. No se sabe si el Ratoncito Pérez pasa por allí a disfrutar de su tiempo libre después de cuidar de su ruta y recoger dientes, pero sin duda es un buen lugar para relajarse.
Carmen López
Soy periodista y escribo sobre cosas que importan en sitios que interesan desde hace más de una década.
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