Ruta sensorial por el Sendero de los Sentidos, Tenerife

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22.12.2024

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Parte del Sendero de los Sentidos. Por Anna Lurye.
Parte del Sendero de los Sentidos. Por Anna Lurye.

Aquí, en EscapadaRural, somos fans del senderismo y de andar todo lo que se pueda y más. Son varios los artículos donde proponemos diferentes tipos de rutas. Algunas más conocidas que otras, para toda la familia, accesibles o incluso algunas que solo son recomendadas para los más expertos, atrevidos o deportistas. Aunque las hemos visto de todos los colores, esta vez estamos casi seguros de que la ruta que proponemos no la habías escuchado antes. 

Hablamos del Sendero de los Sentidos, un viaje sensorial que atraviesa un bosque de laurisilva con casi 3 kilómetros de longitud. Es apto para los más pequeños de la casa. Y para poder conocer más de este peculiar camino, hemos de trasladarnos hasta la isla canaria de Tenerife. Gracias a esta ruta pondremos en práctica todos nuestros sentidos con la ayuda de varios paneles y signos sensoriales durante todo el camino. 

 Parque Rural de Anaga, un tesoro que invita a la calma

Panorámica del Parque Rural de Anaga. Por Maritxu22

Longitud: 3 kilómetros

Dificultad: fácil

Tipo de ruta: circular

Todo comienza en el Parque Rural de Anaga, un macizo montañoso cubierto de laurisilva que recuerda a las impresionantes montañas escarpadas de North Shore, Kauai. Su imagen más típica es la de un manto verde donde de vez en cuando sobresalen algunos caseríos. Es un espacio natural algo más rural con sabor a una época pasada lleno de áreas recreativas, rutas, miradores y lugares de alto interés. Un emblema que crea un microclima fresco y húmedo, que invita a detenerse y respirar profundamente. 

Ha sido declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO y está a menos de una hora de la capital, Santa Cruz de Tenerife. Pero, ¿dónde comienza el sendero y cuáles son sus orígenes? Pues la mejor forma de comenzar es trasladándose al centro de visitantes, muy cerca de La Laguna, y seguir lo que antes era un antiguo camino entre montañas. Entonces recibía el nombre de Camino Real y conectaba los pueblos de Anaga con La Laguna. Un sendero histórico que comunicaba las poblaciones de interior y que fue obra de los antiguos guanches. 

Paseando por el bosque de laurisilva. Por Santiago.

Desde Anaga sale también uno de los dos senderos de gran recorrido de la isla, el Camino Natural de Anaga-Chasna, o GR-131, que atraviesa gran parte de la isla y descubre a su paso gran variedad de naturaleza tinerfeña. 

Un bosque que habla

El Sendero de los Sentidos no es un simple camino, es un encuentro íntimo con un ecosistema que parece salido de un cuento. Es un viaje multisensorial que comprende variantes de distinta longitud y dificultad, divididos en varios trazados. 

Sendero de los Sentidos. Por Tunatura
  • Trazado número uno: Es el más corto pero está adaptado. Está compuesto por una plataforma de madera y tiene una longitud de 350 metros.
  • Trazado número dos o también conocido como Déjate sorprender: Es de carácter circular, tiene un kilómetro de longitud y es apto para todos los miembros de la familia. Incluso los más pequeños se lo pasarán genial ya que apenas se necesitan unos 20 minutos para poder completarlo y la dificultad es muy baja.  
  • Trazado número tres conocido como Lo que encierra el Monteverde: Es de carácter circular y es algo más largo, con algo más de un kilómetro de duración llegando casi al mirador del Llano de los Loros. 
Sendero de los Sentidos. Por Anna Lurye.

Todos ellos son muy buenas opciones para adentrarse en este entorno boscoso, son de carácter didáctico y están muy bien señalizados, por lo que perderse no es una opción. Su punto de inicio es Cruz del Carmen y por el camino van apareciendo señales donde se muestran unos ojos, una nariz o incluso las palmas de una mano. 

Estos signos sensoriales nos indican si podemos tocar, sentir texturas como las de un tronco; u oler la humedad del lugar y las fragancias únicas que solo existen en este bosque. Observar las raíces de los árboles, o pararse a escuchar el sonido de los pequeños arroyos son otros ejemplos más de cómo el camino invita a cerrar los ojos y nos ayuda a redescubrir nuestros sentidos para conectar con lo esencial. 

Más allá del sendero

Pequeño núcleo en la zona de Anaga. Por Nimbus Works.

La experiencia no termina al salir del bosque o al finalizar los senderos sensoriales. Anaga esconde multitud de rutas, pueblos con mucho encanto, miradores y la blanquecina ermita de Cruz de la Carmen. La ermita se instaló con el fin de bendecir a los caminantes y está justo al lado de varios miradores. Uno de ellos es el mirador de los Enigmas, con vistas al norte de la isla o el mirador del Llano de los Loros, con vistas sobre el barranco de Tahodio. 

Vistas del Barranco de Tahodio. Por Migueli Barrios.

Los pueblos pintorescos que rodean Anaga son también una parada imprescindible. Recomendamos visitar Taganana, un pueblo cercano donde el tiempo parece haberse detenido, y disfrutar de la gastronomía local. Desde los potajes canarios hasta los quesos artesanales, estos sabores complementan a la perfección esta ruta sensorial. 

Alba, redactora

Alba Feliz

Redactora, productora audiovisual y graduada en turismo y dirección hotelera. Creo firmemente que viajar abre la mente y permite conocer otras realidades que quizás desconocemos. Me apasiona la fotografía analógica (la de toda la vida) y darle una oportunidad a los destinos menos conocidos.

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